Hablar de Brigitte Bardot es hablar de alguien de quien todo el mundo lo sabe todo pues es un auténtico mito del cine y del erotismo de alcance universal. O quizás hay cosas que no son conocidas por tanta gente y de eso es de lo que, quien esto escribe, prefiere hacer sus comentarios. De ella llegó a decir Charles de Gaulle, presidente de la república francesa durante los años de esplendor del mito, que la Bardot aportaba a Francia más divisas que la Renault y el Louvre juntos.
Semejante desatino sólo puede entenderse por el deseo de hacer un gran elogio a alguien que, en esos años -cincuenta y sesenta del siglo pasado- tenía a Francia en el punto de mira universal, con el mundo, literalmente, pendiente de la belleza y del erotismo del personaje. Bardot, por sí misma, atraía oleadas de turistas a su país.
Brigitte Bardot, como casi todas las que después fueron de rompe y rasga, empezó siendo una jovencita monilla pero sin que se le intuyeran especiales cualidades para alcanzar el estrellato. Lo normal cuando se tenían poquitos años en una época en que no era bien visto que las jovencitas se mostraran abiertamente sexuales. Precisamente la Bardot rompió esa regla en cuanto cayó en manos de Roger Vadim, que la reinventó conformando su personaje definitivo. Lo de que cayó en manos de Roger Vadim no es una mera metáfora, pues, además, la convirtió en su pareja y, después, en su esposa.
Semejante desatino sólo puede entenderse por el deseo de hacer un gran elogio a alguien que, en esos años -cincuenta y sesenta del siglo pasado- tenía a Francia en el punto de mira universal, con el mundo, literalmente, pendiente de la belleza y del erotismo del personaje. Bardot, por sí misma, atraía oleadas de turistas a su país.
Brigitte Bardot, como casi todas las que después fueron de rompe y rasga, empezó siendo una jovencita monilla pero sin que se le intuyeran especiales cualidades para alcanzar el estrellato. Lo normal cuando se tenían poquitos años en una época en que no era bien visto que las jovencitas se mostraran abiertamente sexuales. Precisamente la Bardot rompió esa regla en cuanto cayó en manos de Roger Vadim, que la reinventó conformando su personaje definitivo. Lo de que cayó en manos de Roger Vadim no es una mera metáfora, pues, además, la convirtió en su pareja y, después, en su esposa.
Y como quiero obviar lo archisabido, vamos a comentar algunas anécdotas de andar por casa. Bardot estuvo a punto de ser la protagonista de la primera película del español Luis García Berlanga. El director la había visto en la portada de un número de la revista Elle cuando Brigitte era sólo una starlette en busca del éxito y él preparaba, junto a Juan Antonio Bardem, Novio a la vista, el debut de ambos en la dirección. ¡Y menudo ojo demostró tener después el erotómano Berlanga para descubrir a señoras de gran poderío sexual!
La Bardot no vino entonces a España a rodar pues, parece ser, que para las fechas en que fue requerida estaba comprometida con otro trabajito en Francia, Manina (en la que tenía su primer protagonista), y pidió a la productora española que la esperara por unas semanas. Berlanga aceptó convencido de que tenía a su alcance a una bomba sexual en potencia y quería ser su descubridor, pero los productores españoles de Novio a la vista no estaban por la labor de la espera y le impusieron a otra francesita, una tal Josette Arnó, de la que nadie más supo después. Luego se tiraron de los pelos por no haber esperado a Brigitte, pues inmediatamente después se producía el impresionante boom del personaje Brigitte Bardot. Pero no por aquel desplante Brigitte Bardot dejó de tener una recurrente relación con “lo español” ya que fue la Concha Pérez de una de las tantas versiones de la obra de Pierre Loüys La mujer y el pelele. También protagonizo una cosa titulada Los amantes del claro de luna, que transcurría en un pueblo español indeterminado, abrasado por el sol de un tórrido verano andaluz, donde tenía escenas auténticamente “tórridas” con el Mesala de Ben Hur, Stephen Boyd, actor que ya tiene su comentario en este blog. El personaje Bardot caló tanto a nivel mundial que fue motivo central de películas y hasta de canciones veraniegas. Recordemos que en Hollywood rodaron una película que se tituló Querida Brigitte, de Henry Koster, donde un niño de ocho años estaba enamorado de la estrella francesa y le escribía cartas de amor. El papá del “cándido” chiquillo era nada menos que James Stewart. Otra película fue La pequeña BB, título de un filme muy menor y que se le puso en España para embaucar a los espectadores con sus iniciales, aunque el título original y el argumento nada tenía que ver ni con ella. Y, como colofón, también se gestó un exitazo musical que, en clave de samba, se tituló Brigitte Bardot y que cantaron infinidad de grupos y solistas en infinidad de idiomas diferentes. Brigitte Bardot fue número uno de ventas en casi todo el mundo. Cualquier cosa más que ahora pudiera decir del personaje entraría dentro de lo que se puede leer en cualquier biografía de la estrella y éste blog tiene su especial razón de ser en comentar sólo lo más anecdótico. Así que obviaremos su agitada vida sentimental, política y profesional y sólo diremos, parafraseando a la mismísima Biblia, lo mismo que hizo su marido y mentor Roger Vadim en Y Dios creó a la Mujer. Así, vamos a decir... y Vadim creó a la Bardot.
La Bardot no vino entonces a España a rodar pues, parece ser, que para las fechas en que fue requerida estaba comprometida con otro trabajito en Francia, Manina (en la que tenía su primer protagonista), y pidió a la productora española que la esperara por unas semanas. Berlanga aceptó convencido de que tenía a su alcance a una bomba sexual en potencia y quería ser su descubridor, pero los productores españoles de Novio a la vista no estaban por la labor de la espera y le impusieron a otra francesita, una tal Josette Arnó, de la que nadie más supo después. Luego se tiraron de los pelos por no haber esperado a Brigitte, pues inmediatamente después se producía el impresionante boom del personaje Brigitte Bardot. Pero no por aquel desplante Brigitte Bardot dejó de tener una recurrente relación con “lo español” ya que fue la Concha Pérez de una de las tantas versiones de la obra de Pierre Loüys La mujer y el pelele. También protagonizo una cosa titulada Los amantes del claro de luna, que transcurría en un pueblo español indeterminado, abrasado por el sol de un tórrido verano andaluz, donde tenía escenas auténticamente “tórridas” con el Mesala de Ben Hur, Stephen Boyd, actor que ya tiene su comentario en este blog. El personaje Bardot caló tanto a nivel mundial que fue motivo central de películas y hasta de canciones veraniegas. Recordemos que en Hollywood rodaron una película que se tituló Querida Brigitte, de Henry Koster, donde un niño de ocho años estaba enamorado de la estrella francesa y le escribía cartas de amor. El papá del “cándido” chiquillo era nada menos que James Stewart. Otra película fue La pequeña BB, título de un filme muy menor y que se le puso en España para embaucar a los espectadores con sus iniciales, aunque el título original y el argumento nada tenía que ver ni con ella. Y, como colofón, también se gestó un exitazo musical que, en clave de samba, se tituló Brigitte Bardot y que cantaron infinidad de grupos y solistas en infinidad de idiomas diferentes. Brigitte Bardot fue número uno de ventas en casi todo el mundo. Cualquier cosa más que ahora pudiera decir del personaje entraría dentro de lo que se puede leer en cualquier biografía de la estrella y éste blog tiene su especial razón de ser en comentar sólo lo más anecdótico. Así que obviaremos su agitada vida sentimental, política y profesional y sólo diremos, parafraseando a la mismísima Biblia, lo mismo que hizo su marido y mentor Roger Vadim en Y Dios creó a la Mujer. Así, vamos a decir... y Vadim creó a la Bardot.
Algo de lo que todos los varones, erotómanos o no, le esteremos eternamente agradecidos, incluso después de mirar la foto que hay inmediatamente arriba.
gran belleza
ResponderEliminar"BRIGITTE BARDOT " una gran estrella del cíne y gran defensora de los animáles....."Yo soy un veléro, pero no puedo ser mi propio viento para podér impulsarme"
Eliminarhttps://picadelibro.blogspot.com/2018/08/briggite-bardot-iniciales-b-b-memorias.html
ResponderEliminarBriggite Bardot Iniciales B. B. Memorias / Norma / 607 Págs.
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