27/10/09

Milenium II

La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina

La segunda entrega de la saga Milenium está tan dignamente realizada como la primera, Los hombres que no amaban a las mujeres, y las nuevas vicisitudes de sus protagonistas, Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist, vuelven a atrapar al espectador en una increíble maraña de acontecimientos y resoluciones argumentales absolutamente desbordantes. Ocurren tantas cosas y de tanto calibre en las aventuras de ésta muchacha tan hostigada por la vida y tan resuelta a sobrevivir a base de tesón y coraje, que sin una habilísima dosificación de los tiempos narrativos y de los resortes emocionales que conmuevan al espectador, la truculencia y la impostura se hubieran instalado en ambas películas, destrozándolas.

No ha ocurrido en ninguna de las dos partes ya vistas y La chica que soñaba con una cerilla y un visón de gasolina nada tiene que desmerecer de la primera entrega, a pesar de que es otro director el que se encarga de transcribir a imágenes el segundo libro de éste gran best-seller literario. Queda por pasar la tercera entrega en los cines, que llegará a España en Noviembre, de título tan atractivo, original y sugerente como las dos primeras partes: La reina del palacio de las corrientes de aire.

La tradición de hacer la película de todo gran éxito literario, no da siempre buenos resultados, pero no es el caso que nos ocupa. Centrándonos en La chica que soñaba con una cerilla… estamos ante una película, también, realizada en Suecia pero, como en la anterior, con un estilo y una concepción del cine plenamente asumida de las adaptaciones literarias americanas. Bien por el cine sueco, que en nada tiene que envidiar, e incluso supera con éstas dos, a la mayoría de de las películas de éste tipo hechas por el cine americano. Pienso en El código Da Vinci y Ángeles y Demonios por ejemplo, muy inferiores a las dos primeras entregas de Milenium.

No he leído ningún libro de la trilogía Milenium, pero las dos películas están realizadas con tal pericia, que sus dos horas largas de duración se pasan sin pensar y revelan que detrás tiene que haber una buena base literaria. Sin duda que la hay, dado el éxito de la trilogía escrita, algo que no me voy a parar a comentar pues es algo archisabido por cualquiera, como no voy a caer en la obviedad de relatar de qué va la película, y menos cuando es mejor verla si las influencias de lo que alguien pueda decir del argumento. Es verdad que no se han parado en escatimar presupuesto y eso se nota muchísimo, pero no podía arriesgarse la traslación a imágenes de tan importante éxito literario, y se consiguen las dos mejores películas de género que se han hecho en Europa en años. Como no es cuestión de desgranar de qué va el tema (algo que, por otra parte, cualquiera ya sabe), hacer elogio de todo el equipo y hacer una especial mención a la actriz protagonista, que literalmente, es Lisbeth, al encarnarla con tanta pasión y convicción. Una desconocida, hasta ahora, Noomi Rapace, que entra con éste personaje, de lleno, en la mitología de los personajes inolvidables del cine.

Los elogios que, a mi entender, merecen éstas películas, están al margen de que, como género, thriller literario, habitualmente se las despache alabando sus cualidades técnicas y su eficacia comercial obviando las cuitas sensacionalistas y superficiales de sus contenidos argumentales. Aquí estamos ante algo más, pues el personaje de Lisbeth Salander y todo su itinerario vital, tan excedido en acontecimientos de naturaleza truculenta, siempre resultan creíbles y ella absolutamente viva y real. Es un milagro que, por una vez, los excesos argumentales y su puesta en imágenes no acaben en el impacto más gratuito, como sería de esperar. La chica que soñaba…, tanto como Los hombres que no amaban..., es una muy digna película que se ve sin pestañear. Espero con interés el estreno de la tercera entrega.
Calificación: ***

1 comentario:

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