23/2/11

Sin retorno

Muerte de un ciclista

Sin retorno es un thriller con implicaciones sociales impregnado de problemas éticos y morales. Producido por Tornasol Films (Gerardo Herrero y Mariela Besuievsky) el argumento que nos propone está ubicado en los entresijos de la sociedad argentina actual. Una sociedad heredera de la crisis económica que sacudió al país hace una década, y que, al socaire de aquel shock, aparece en las últimas películas "de Gerardo Herrero" contaminada de cierta paranoia, obsesionada en mantener su status y los privilegios conseguidos tras la recuperación del país, a los que se aferra casi con ansiedad, como temiendo que pueda perderlos en cualquier momento y por cualquier circunstancia.

El discurso de Sin retorno, que en esencia viene a ser el mismo que el de las tres últimas películas en las que interviene la productora Tornasol Films, destila una aparente intención por ofrecer un nuevo elemento de continuidad en ese repaso a las clases acomodadas argentinas. Un discurso que escarba en determinadas capas ocultas, en inconfesables miedos soterrados que parecen anidar en esos estratos de la burguesía, como un elemento perturbador e inquietante: como una aletargada enfermedad crónica que la corroe, dispuesta a emerger ante el menor detonante. La posición social es lo primero que hay que mantener a salvo y hay que conservarla a toda costa.
    Este discurso se viene repitiendo en el cine que produce Gerardo Herrero desde la extraordinaria y oscarizada película de Juan José Campanella El secreto de sus ojos (2009) tras la cual hemos podido ver Las viudas de los jueves (2010) de Marcelo Piñeyro, El corredor nocturno (2010) del propio Gerardo Herrero y Sin retorno, opera prima de Miguel Cohan, cuyo trabajo había sido hasta ahora el de ayudante de dirección en las últimas películas de Marcelo Piñeyro. En definitiva, la marca Gerardo Herrero-Mariela Besuievsky, pesa tanto en Sin retorno como la propia impronta de su director, que es en definitiva un hombre de la casa.

    Esa unidad temática, evidente al menos en estas cuatro películas, por fortuna no perjudica la independencia de cada una de ellas y Sin retorno vuelve a ser otra conveniente vuelta de tuerca a ese discurso. Un discurso en el que también se pone en evidencia a los estamentos políticos y judiciales del país, que juegan su propio papel en la alimentación del caldo de cultivo que vicia el comportamiento de dicha sociedad.

En Sin retorno, un hombre inocente acabará siendo victima de una fatal casualidad. Un ciclista muera atropellado por un coche cuyo conductor se da a la fuga. Unos minutos antes del desgraciado accidente, este hombre había arrollado la bicicleta de la víctima sin que tuviera mayores consecuencias para quien la montaba. El incidente lo pone en el punto de mira de la Justicia como sospechoso del atropello y le supondrá el comienzo de una aventura cafkiana que, varios años después, lo habrá convertido en otra persona. En su fatal odisea intervienen una serie de intereses, de prejuicios y de actitudes propios de esa sociedad viciada, en la que todos los estamentos tienen su parte de responsabilidad.

Es curioso que Sin retorno incida en un mismo tema que ya habíamos visto, que yo recuerde, en dos películas anteriores, la española Muerte de un ciclista (1955) de Juan Antonio Bardem y La mujer rubia (2008) de Lucrecia Martel. Es con ésta con la que Sin retorno guarda más paralelismos. No podía ser de otra forma ya que en ambas películas, la de Claudia Martel y la de Miguel Cohan, desarrollan sus tramas en el mismo país y en el mismo paisaje social.

Al contrario que en La mujer rubia, en Sin retorno se opta por un enfoque narrativo y un registro en el que predomina la intriga al estilo del thriller policíaco más convencional y las implicaciones sociales y morales de la historia quedan bastante desdibujadas al ser narradas desde un mismo punto de vista. Parece que lo que interesa es el suspense de la trama. La falta de complejidad narrativa perjudica muchísimo a Sin retorno y la parte en que entran en juego los dilemas morales y éticos se difumina y se dispersa. Esto deja a la película sin desarrollar convenientemente su baza más sustanciosa. No estamos ante la complejidad de un George Simenon, de un Jean Pierre Melville o de un Claude Chabrol, por ejemplo, que sabían conjugar con maestría los vericuetos policiales, morales y sociales de las historias que contaban.

Miguel Cohan, como guionista y director sólo consigue un film en apariencia complejo pero sin lograr la ambigüedad moral que pretende dar a la historia y a los personajes, quedando más bien una película que se ve con cierto interés pero sin apasionar en ningún momento. No puede hablarse de una filme fallido, pero esperaba muchísimo más después de que la película viniera avalado con los premios a la mejor película, al mejor director novel, además del premio de la crítica internacional del festival de cine de Valladolid: la prestigiosa SEMINCI.

Sin retorno me ha parecido una película con aspectos interesantes pero sin la calidad que cabía esperar tras su sorprendente éxito en Valladolid. Esperaba mucho más después de saber que ha compartido el premio ex aequo con esa obra realmente compleja y apasionante que es Copia certificada, de Abbas Kiarostami.

No es suficiente que cuente con unos intérpretes realmente inspirados (en realidad lo mejor de la película), donde Leonardo Sbaraglia consigue la que quizás sea su mejor interpretación . El resto de los actores no desmerecen, con el siempre estupendo Federico Luppi en el papel más significativo de la película. De todos modos, Sin retorno me ha gustado bastante y las pegas que pueda ponerle vienen condicionadas por las elevadas expectativas con que acudí a verla.


Mariela Besuievsky, Elsa Martínez y Miguel Cohan, presentan la película (Foto by Scotty)

Sin retorno se presentó al público alicantino el pasado día 21, en un acto en el que estuvieron presentes el director, Miguel Cohan, la productora Mariela Besuievsky y Elsa Martínez, directora de los estudios de cine Ciudad de la Luz, donde ha sido rodada la película. Tras la proyección se desarrolló un interesante debate entre los asistentes al acto y el público que llenaba la sala.

Para leer la entrada dedicada al rodaje de Sin retorno, pinchar aquí.

Calificación: ***

5 comentarios:

  1. Recién me entero de ésta película, no la han promocionado mucho realmente, tiene un festival que la respalda, el gusto cinéfilo de ese jurado, pero veo que no te ha gustado, la veré con reticencias, si la encuentro, me gusta el cine latinoamericano, como que tiene una visión distinta a otros cines y varía con cada país si bien tiene algunas pequeñas semejanzas. Agradezco la información. Un abrazo.

    Mario.

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  2. Scotty,
    no te he visto esta vez muy apasionado, pero la veré y te contaré.
    Por cierto,El secreto de sus ojos,me pareció un thriller apasionante.
    bsts

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  3. Mario, es una película interesante. Si soy algo crítico es con la excesiva valoración que se le da con esa serie de premios de un festival que, sin ser demasiado conocido, sí que proyecta películas bastante buenas. O este año la sección competitiva estaba muy floja.

    Pero la película merece la atención y el respeto del espectador.

    Un cordial saludo.

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  4. Troyana, como coindidimos bastante, sé que no te decepcionará verla, pero no no lo haces, tampoco pasa nada.

    El secreto de sus ojos me parece una película excepcional, apasionante: de lo mejor que he visto en varios años. Un Oscar merecidísimo y que yo me esperaba. (Ver mi comentario sobre la película).

    Abrazos...

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  5. Vértigo y Pasión...
    Una carta de presentación de lo más suculenta.

    El cine claro, me gusta.
    Te sigo y te leo.
    Un saludo Cancer.

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