24/9/10

El coleccionista


"Sólo mía"

El coleccionista fue toda una sensación en el cine de mediados de los sesenta. William Wyler sorprendía y asombraba a público y crítica con una película que rompía con todos los postulados de su anterior cine.
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Cuando ya era directamente tachado de anquilosado y de mantenerse a base de repetir los códigos de un cine al que tachaban de ampuloso, afectado y de acartonada espectacularidad, anticuado y “pasada de moda”, irrumpe en el Festival de Cannes con El coleccionista.

Demostró que podía hacer un cine “moderno” y que era capaza de codearse con los mejores cultivadores del llamado “free cinema”, que por esos años abría nuevos caminos expresivos desde la cinematografía inglesa. A Tony Richardson, Carel Reisz o John Schlesinger, les salía un competidor inesperado en donde menos se podían imaginar.

Basada en la primera novela del escritor John Bowles, El coleccionista tuvo un extraordinario éxito a todos los niveles. La película ha sido imitada y fuente de inspiración para muchos cineastas, entre los que voy a citar a Pedro Almodóvar, cuya película Átame es un clarísimo homenaje a esta obra maestra que uno no se cansa de visionar una y otra vez.


Pongo los carteles español, americano y polaco, este último realmente original basado en el pop art, estilo que hacía furor en esos años.

13 comentarios:

  1. Muy curioso el cartel polaco. Lo que hizo William Wyller con "El coleccionista" sólo lo pueden hacer los más grandes. Reinventarse para sobrevivir y encima creando un cine al nivel de lo que ya nos tenía acostumbrados.

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  2. Hace poco volví a verla. Escalofriante...

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  3. Genial. Los grandes maestros sabían hacer de todo y este es un buen ejemplo como bien dices.
    Esta escena es impagable, la primera vez que la vi me preocupé, me di cuenta de que no estaba muy en desacuerdo con ese chiflado de la peli.
    http://www.youtube.com/watch?v=3UyOy5HvNx8

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  4. Lo que me impactó esta película.
    La vi de niño en Sábado Cine (supongo que tendría dos rombos, pero a mí me dejaban ver de todo los fines de semana).
    Lo primero. Me enamoré de Samantha Eggar, a pesar de mis pocos años. La encontraba guapísima.
    Lo segundo. Qué pena me dio lo que le pasa al final a la chica y cómo me sorprendió ese "final".
    Hace años que no la he vuelto a ver, pero me parece que sigue manteniéndose perfectamente. La escena que has puesto es prueba de ello. Estupenda película.
    Me gusta el primer cartel, pero obviamente en esta historia no hay nada de amor. El tercero también es curioso.
    Un saludo.

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  5. Muy bueno el cartel polaco. La película es magnífica pero recomiendo la novela de John Bowles que está narrada bajo dos puntos de vista: el del secuestrador y el diario que la chica escribe durante su reclusión. Como apunta Lombreeze llega un momento que casi te pones de parte del secuestrador hasta que llega la última escena en la que se ve claramente lo desequilibrado que está. Saludos. Borgo.

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  6. Menuda lección le dió a todos esos sabiondos pretenciosos de Cahiers de Cinemá que siempre le estaban ninguneando.

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  7. Qué recuerdos.. yo creo que la vi también en Sábado Cine, a mi madre le entusiasmaba y me la recomendó..

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  8. Yo leí la novela y he visto la película a fragmentos. Muy bueno el duelo interpretativo de los protagonistas. Y sí, como dice Athena, escalofriante...

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  9. Pues no la he visto amigo Scotty, pero tiene una pinta tremenda y los posters son geniales. En cuanto al cartel polaco, hay por ahí algunos que son una maravilla absoluta.
    Un saludo

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  10. Sí, Marcos, pero que podía ser un cineasta tan "moderno" como el que más ya lo dejó claro en su segunda versión de Esas dos/La calumnia, rodada unos años antes. Wyler tenía entre sus manos el guión de Sonrisas y lágrimas cuando leyó la novela de Fowles y se movío para adaptarla al cine, abandonando el proyecto sobre La familia Trapp, que fue a parar a Roberty Wise y que luego arrasó en los Oscar. Evidentemente no hay color entre el bodrio de Wise y la extraordioria El coleccionista.

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    Athena, escalofriante, sí. Hubiera sido más desoladora si a Wyler le hubieran dejado finalizar donde él quería: cuando Freddie mata a Miranda y se sienta en el escalón del sótano con las piernas encorvadas y abrazadas en un plano general bastante lúgubre. Tuvo que añadir una explicación en off para hacer circular el relato, mostrando al Freddie siguiendo a otra chica.
    -----------

    Efectivamente Lombreeze, la película consigue que no sólo la chica acabe padeciendo el síndrome de Estocolmo, el espectador también. En este sentido, hay que caer en la cuenta de que el personaje de Freddie y el de Norman Bates en Psicosis tienen grandes paralelismos.¿No coleccionan los dos animales disecados/ensartados (seres) inertes?
    --------
    David, de esa emisión en Qué grande es el cine hace ya sus veinte años. Qué grandes debates se hacían allí. Samantha Edgar debutaba en esta película y ambos, Stap y ella, consigueron el premio de interpretación en Cannes.
    ----------

    Borgo, según Fowles, que escribió la novela en 1963, se inspiró en un suceso real que había leído en la prensa y en una ópera, El castillo de Barba Azul, de Bela Bartok. Perece ser que la crónica de sucesos contó que la chica había podido escapar antes de ser asesinada, pero se quedó con el secuestrador.
    ----------
    Pepe Cahiers, sin embargo, hubieron voces en contra de la película, por ejemplo André Techiné la destrozó en la revista Cahiers (vaya por Dios, jajaj..!)tras su pase ofical y la tacho de "glacial" (¡?!)
    -------------
    Justo, bienvenido al blog. Buen gusto el de tu madre y buenos consejos que te daba...

    Nos leemos.
    -------------
    Wunderkammer, pasajes de la novela fueron modificados para el cine. Cuando Miranda está bañándose y llaman a la puerta, en la película es un vecino; en la novela una pareja de turistas. La idea del agua derramándose de la bañera y bajando por las escaleras (es la parte de más tensión de la película) fue de Wyler.
    ------

    Saludos...

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  11. Sí, Marcos, pero que podía ser un cineasta tan "moderno" como el que más ya lo dejó claro en su segunda versión de Esas dos/La calumnia, rodada unos años antes. Wyler tenía entre sus manos el guión de Sonrisas y lágrimas cuando leyó la novela de Fowles y se movío para adaptarla al cine, abandonando el proyecto sobre La familia Trapp, que fue a parar a Roberty Wise y que luego arrasó en los Oscar. Evidentemente no hay color entre el bodrio de Wise y la extraordioria El coleccionista.

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    Athena, escalofriante, sí. Hubiera sido más desoladora si a Wyler le hubieran dejado finalizar donde él quería: cuando Freddie mata a Miranda y se sienta en el escalón del sótano con las piernas encorvadas y abrazadas en un plano general bastante lúgubre. Tuvo que añadir una explicación en off para hacer circular el relato, mostrando al Freddie siguiendo a otra chica.
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    Efectivamente Lombreeze, la película consigue que no sólo la chica acabe padeciendo el síndrome de Estocolmo, el espectador también. En este sentido, hay que caer en la cuenta de que el personaje de Freddie y el de Norman Bates en Psicosis tienen grandes paralelismos.¿No coleccionan los dos animales disecados/ensartados (seres) inertes?
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    David, de esa emisión en Qué grande es el cine hace ya sus veinte años. Qué grandes debates se hacían allí. Samantha Edgar debutaba en esta película y ambos, Stap y ella, consigueron el premio de interpretación en Cannes.
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    Borgo, según Fowles, que escribió la novela en 1963, se inspiró en un suceso real que había leído en la prensa y en una ópera, El castillo de Barba Azul, de Bela Bartok. Perece ser que la crónica de sucesos contó que la chica había podido escapar antes de ser asesinada, pero se quedó con el secuestrador.
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    Pepe Cahiers, sin embargo, hubieron voces en contra de la película, por ejemplo André Techiné la destrozó en la revista Cahiers (vaya por Dios, jajaj..!)tras su pase ofical y la tacho de "glacial" (¡?!)
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    Justo, bienvenido al blog. Buen gusto el de tu madre y buenos consejos que te daba...

    Nos leemos.
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    Wunderkammer, pasajes de la novela fueron modificados para el cine. Cuando Miranda está bañándose y llaman a la puerta, en la película es un vecino; en la novela una pareja de turistas. La idea del agua derramándose de la bañera y bajando por las escaleras (es la parte de más tensión de la película) fue de Wyler.
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    Saludos...

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  12. Me sorprende usted, Crowley. Cómo que no ha visto El coleccionista. Búsquela de inmediato, no se arrepentirá.

    Saludos...

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  13. Pues qué añadir a lo que se ha dicho: la película es magnífica, Wyler demuestra (y no le hacía falta) que es director sobresaliente. La historia es escalofriante, y mucho más. Muestra ternura por "el coleccionista", luego le desenmascara. Una película tantas veces imitada, emulada, envidiada.

    Un clásico imprescindible del cine de intriga.

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