31/1/11

Soy leyenda, de Richard Matheson

La Cibeles, según Matheson, en la película de Will Smith Soy leyenda.

Richard Matheson y el Apocalipsis: Soy leyenda

“Soy leyenda”, una de las novelas más conocidas del Richard Matheson, se desarrolla a caballo entre el relato de vampiros, el de terror y el de la ciencia ficción. Su calidad y esa mezcla explosiva de géneros no pasó desapercibida para el cine que, hasta el momento, lleva realizadas tres adaptaciones a la gran pantalla (además de algún que otro intento que acabó en fracaso) y un telefilme que no llegó a verse en España.


Publicada en el año 1954, “Soy leyenda” enganchó de inmediato a millones de lectores de todo el mundo. Se cuenta que a Matheson se le encendió la bombilla y se decidió a escribirla cuando estaba en un cine viendo la película de Tod Bowning, Drácula. Pensó que si la mera posibilidad de que existiera un sólo vampiro era capaz de aterrorizar al público de aquella forma, invertir la situación sería todavía más terrorífico: un solo hombre normal sobre la tierra y toda la humanizad vampirizada, podía dar mucho juego.


Inspirándose en la llamada Guerra Fría que en aquellos años se libraba entre las dos grandes potencias; Rusia y estados Unidos, se le ocurrió que si alguna de las partes en conflicto cumpliera su amenaza de hacer estallar bombas nucleares, todo el planeta quedaría contaminado, provocando mutaciones de todo tipo en quienes lograran sobrevivir, y la humanidad quedaría en una especie de limbo entre los vivos y la muertos. Los humanos se convertirían en una de mezcla de zombies y vampiros, que ya para siempre dominarían la Tierra.


Así nació “Soy leyenda” y nada más publicarse la novela el éxito fue arrollador. La primera productora de cine en interesarse por su adaptación fue, como no, la Hammner. Matheson, que era tambien un reputado guionista, acepto su oferta con la condición de escribir él mismo el guión y con ese propósito se trasladó de Nueva York a Londres.


Aunque parezca chocante, la censura inglesa le puso serios inconvenientes a la historia exigiéndole cambios que él no estaba dispuesto a a hacer. Otro de los contratiempos fue que la Hammer le había prometido que la película la dirigiría Fritz Lang, el cual acabó por retirarse del proyecto ante las dificultades de todo tipo que retrasaban el rodaje.


En esa tesitura, la Hammer vendió los derechos a su socio en Estados Unidos el cual se trasladó a Italia, donde rehízo el guión y y le confió su dirección a un desconocido Sidney Salkow. La película que salió de todo aquello fue L'ultimo uomo della terra (1964) una coproducciópn entre Italia y Estados Unidos que interpretó el siempre eficiente en este tipo de papeles, Vincent Price.


La película estuvo muy lejos de lo esperado y no tuvo la más mínima repercusión, a pesar de la presencia de Vincent Price como protagonista, por entonces el rey del cine de terror desde que a principios de los cincuenta rodara Los crímenes del museo de cera.


En el año 1971 Boris Sagal, un director para nada vinculado al género, pues su especialidad era las comedias románticas, rodó The Omega Man (El último hombre... vivo.). La película iba a ser dirigida nada menos que por Sam Peckimpah, que en el último momento se decantó por irse a Inglaterra a rodar Perros de paja, con la que obtuvo un gran éxito de crítica y público.


Perros de paja estaba interpretada por Dustin Hoffman y Susan George y, efectivamente, fue un gran éxito mientras que The Omega Man pasó por las pantallas sin pena ni gloria. Peckimpah diría después que sintió mucho no haber aceptado dirigir el guión de “Soy leyenda”, pues le interesaba mucho las posibilidades que tenía la historia para adaptarla a su estilo y a forma de hacer cine.

The Omega man (El último hombre...vivo) acabó siendo un mero vehículo para el lucimiento de su protagonista, Charlton Heston, que por entonces se interesaba mucho la ciencia ficción, género que transitó con resultados bastante más aparentes en Soylent Green (Cuando el destino nos alcance) y, sobre todo, en la extraordinaria El planeta de los simios de Franklin Schaffer. Charlton Heston no era el actor que hubiera querido Richard Matheson para su personaje, que fue elegido en detrimento del actor que él creía más apropiado para el papel, Jack Palance. Renegó del resultado de The Omega Man y retiró su nombre del guión la película.

Matheson siempre dijo que George A. Romero le había fusilado “Soy leyenda” en su película La noche de los muertos vivientes y que, tenía que reconocerlo, George A. Romero se había acercado mucho más al espíritu de lo que quiso contar él en su libro, que las dos versiones que se habían basado directamente en él.

Imágen de Mel Gibson en Mad Max y de Will Smith en Soy leyenda. Demasiadas coincidencias como para que estas sean inocentes.

A principios de 2000 Mel Gibson anunció que estaba interesado en hacer una película sobre “Soy leyenda” e, incluso, Arnold Schwarzenegger movió hilos para poder interpretar a Robert Neville, “el último hombre vivo sobre la tierra”. La película de Danny Boyle 28 días después tampoco puede ocultar sus fuentes de inspiración: por supuesto no son otras que la gran novela de Richard Matheson.

Y en estas, llegamos a 2007 cuando Will Smith se interesa por la historia. Actuando como productor e intérprete hace cambios sustanciales en el argumento e incluye el personaje de un niño para que su hijo Willow inicie una carrera que ahora, cuatro años después, no parece que vaya a tener continuidad. Los cambios en el Soy leyenda de Smith desvirtúan considerablemente el mensaje original de la novela, que abría el debate sobre las terribles consecuencias de que la maldad humana acabara predominando sobre la bondad y la sensatez y todo nuestro mundo acabara en una especie de apocalipsis final.

El Soy leyenda de Bill Smith/Martin Lawrence cae en todos los tópicos del “buenismo” más ramplón y quiere ser un canto a la Esperanza, al Amor, a la Cordura y a la Tolerancia, todo con mayúsculas, resultando un pastiche aleccionador bastante indigesto y del que sólo se salvan los buenos efectos especiales y el impecable diseño de producción.“Soy leyenda”, novela, sigue esperando la película que haga honor a lo que ella cuenta en sus páginas, unas de las mejores historias de ciencia ficción de toda la literatura mundial.

29/1/11

Los olvidados (Pedazo de Cartel XIV)

Cartel fin de Semana

¿A qué película pertenece este "pedazo de cartel"?

Pista UNO: La metrópolis y yo somos únicas.

Pista DOS: Un final alternativo, por si el público no tragaba, que no hubo que utilizar: tragó.

Pista TRES: ¡Pero si esta película es como un monumento!

***********************************

Enhorabuena a: Anelva, Trónak el Kárbaro, Jesús del Val, Cine Club Hexágono Nájera, Rick Blaine, Kinski.

**************************************

Solución a las pistas.

“La metrópolis y yo somos únicas”.

“Metrópolis”, de Fritz Lang, y “los Olvidados”, son las únicas películas de toda la historia del cine declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO:

“Un final alternativo, por si el público no tragaba, pero que no hubo que utilizar: tragó”.

El final absolutamente desolador que puso Buñuel no era del agrado de la productora que decía que el público no lo soportaría y le pidió otro por si los espectadores lo rechazaban. Pongo los dos finales más abajo. Nota: El final alternativo no permite inserción. Pongo su dirección URL

“¡Pero si esta película es un monumento!”.

Si es Patrimonio de la Humanidad... es como un monumento ¿no?.

Para ver el vídeo, parar el MixPod



**************************************
Total puntuaciones:

4 puntos: Cine Club Hexágono Nájera.

3 puntos: Rick Blaine, Jesús del Val.

2 puntos: Mr. Lombreeze, Crowley, Ricard, Cinexim, Pepe Cahiers, Trónak el Kárbaro, Kinski.

1 Punto: Lughnasad, Miquel Zueras, Pepe del Mongó, Jack, Anro, Ohoru, David, Luis Cifer, Bruno, Athena, Anelva.

26/1/11

Javier Bardem


Javier Bardem: La conquista del Paraíso

La nueva nominación al Oscar de Javier Bardem es la constatación de que estamos ante uno de los mejores actores del actual panorama internacional. Su carrera tiene todavía mucho recorrido y, al ritmo que la lleva, va camino de convertirse en unos de los grandes interpretes de toda la historia del cine.

Con Penélope Cruz en "Jamón Jamón"

A los 41 años y ya situado en lo más alto de su profesión, con mucha andadura todavía por delante, Bardem puede llegar a convertirse en una verdadera leyenda, a la altura de los más grandes actores de Hollywood, y situarse entre los que mas nominaciones y premios acumulan desde que los Oscar se instauraron allá por el año 1928.


"Huevos de oro"

La proeza es especialmente insólita si tenemos en cuenta que se trata de un actor que, a priori, no encajaba en los esquemas de ese engranaje de intereses que decide a quién dar los premios de cine de más fama en todo el mundo. Hasta ahora, los primeros puestos de los actores que más Oscars han conseguido, y que han sido más veces nominados, los copan siempre intérpretes del área angloamericana.


"Biutiful"

La proeza de Bardem lo es más todavía si tenemos en cuenta que los latinos, y en especial los hispanohablantes, han sido, con escasísimas excepciones, meros comparsas en el engranaje hollywoodiense y sus cometidos fueros esencialmente secundarios. Solían ser los que ponían la nota exótica y colorista en un cine que miraba el mundo de fuera de sus fronteras con una mirada eminentemente folklorista.

Es verdad que durante varias décadas, los años más significativos a la hora de valorar la historia del llamado Séptimo Arte (los que corresponden a los cuarenta, cincuenta, sesenta y setenta), el cine español poco podía ofrecer al mundo, con una industria casi inexistente de cara al exterior, desde donde nos miraban, además, por encima del hombro y minimizaban (o ignoraban directamente) a los pocos cineastas que realmente se esforzaban por demostrar que podían estar entre los grandes del cine mundial.


"Los lunes al sol"

Y si alguno llegó a estarlo, no fue precisamente un intérprete. Los casos de Fenando Rey o Paco Rabal, que tímidamente llegaron a codearse con la flor y nata de la industria extranjera, son un punto y aparte y, en esencia, debido al empujón que les dio a ambos el gran Luis Buñuel cuando los reclamaba para sus películas. Buñuel fue el único director español con verdadera proyección internacional y el que empezó a abrir puertas a los actores españoles más alla de nuestras fronteras.

"No es país para viejos"

Sería injusto olvidar que la brecha de los actores españoles en Hollywood fue abierta por Antonio Banderas, y que fue de la mano de otro director español de proyección internacional. Los directores españoles fue el gremio que tuvo menos problemas a la hora de ser reconocidos fuera y que, gracias a ellos, el goteo de intérpretes españoles a Hollywood no ha dejado de cesar desde la intervención de Fernado rey en The French Connection.



"Mar adentro"

Pero, ¿llegará Bardem a estar en las listas de los actores más veces nominados al Oscar? ¿Y de ganadores de Oscars?. Ya lo está, aunque sea en el furgón de cola. Pero tiempo no le falta para alcanzar cimas. Cimas como las conseguidas por los actores que copan el ranking y que son, como no podía ser de otra forma, todos angloamericanos. Veamos: Los actores más nominado son...

Jack Nicholson, once nominaciones y tres Oscars: Alguien voló sobre el nido del cuco (1975), La fuerza del cariño (1983) y Mejor... imposible! (1997)

Spencer Tracy. Diez nominaciones y un Oscar: Capitanes intrépidos (1937)

Laurence Olivier, nueve nominaciones y un Oscar: Enrique V (1946)

Paul Newman, nueve nominaciones y un Oscar: El color del dinero (1986)

No es país para maricas: "Antes de que anochezca" (En primer término, Johnny Depp)

A Javier Bardem, ya se ha dicho, le queda todavía mucha carrera por delante y no parecería descabellado que dentro de un par de décadas su nombre se haya situado entre que hemos citado más arriba. Una proeza para un actor hispano, un español, que hace tan solo unos cuantos años nos hubiera parecido sencillamente descabellado. Esperemos que Javier Bardem lo consiga. De momento, su contribución al reconocimiento de la cinematografía española y de los trabajadores del cine españoles, poniendo en el punto de mira a nuestra industria, está siendo impagable.

Matrimonio original

Sin olvidarnos de que él no es es el único y que, precisamente la que es en estos momentos su pareja, su esposa, Penélope Cruz, se sitúa justo en la otra cara de la moneda al representar en femenino la misma proeza de conquistar Hollywood desde España. Desde Madrid más concretamente.

Suerte, Javier Bardem. Que este año consigas tu segundo Oscar.

22/1/11

28 semanas después (Pedazo de Cartel XIII)


Cartel Fin de Semana

¿Al cartel de qué película pertenece este "pedazo de cartel"?

Pista UNO: Pero si antes de que empezara este follón, yo lo había dejado todo intacto.

Pista DOS: Siete meses tranquilos para nada. Ya tenemos otra vez las mismas.

Pista TRES: Bueno, que se las apañen, ya no puedo con ellos. Ahora le dedicaré mi atención a estos intrusos.

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Enhorabuena a: Ricard, Cinexim, Mr. Lombreeze, Luis Cifer, Bruno, Jesús del Val, Rick Blaine, Athena, Kinski, Trónak el Kárbaro, Pepe Cahiers, Crowley, Cine Club Hexágono-Nájera.

*************************************

Parar el MixPod para ver el vídeo.

Total puntuaciones:

3 puntos: Cine Club Hexágono-Nájera.

2 puntos: Mr. Lombreeze, Crowley, Ricard, Rick Blaine, Cinexim, Pepe Cahiers, Jesús del Val.

1 Punto: Lughnasad, Miquel Zueras, Pepe del Mongó, Jack, Anro, Ohoru, David, Luis Cifer, Bruno, Athena, Kinski, Trónak el Kárbaro.

20/1/11

Susannah York


A propósito del fallecimiento de Susannah York hace tan solo escasos días (15/01/11) quisiera hacerle mi particular y modesto homenaje a una actriz que, sin llegar a ser excesivamente conocida, sí que tiene en su filmografía un buen puñado de buenas películas.

Al menos en su primera y prometedora etapa intervino en obras muy populares y consiguió interpretaciones realmente brillantes, siempre al hilo de su particular y atractivo físico. Un físico que la condicionó y que, a causa de su encasillamiento, apagó su carrera en cuanto su atractivo empezó a declinar.

Nacida en la capital inglesa en el año 1941, desde muy jovencita se sintió atraída por el mundo de la farándula y su gran pasión era la mímica. Hacer la payasa era su especialidad en las representaciones del instituto y en cuanto se lo permitía cualquier circunstancia, como un guateque o el cumpleaños de alguna amiga, hacía su numerito.

En 1960 consigue pequeñas intervenciones en las películas Whisky y Gloria (Ronald Neame) y Extraña misión (Stuart Burge), lo que le abre las puertas para que se fije en ella el director Lewis Gilbert y le encomiende la protagonista de Despertar a la vida, junto a Kenneth Moore y Danielle Darrieux.

Ella figura con el prefijo “Presentando a…” ignorándose que ya un año antes había sido vista en las dos películas arriba citadas. Nada que objetar, pues era en realidad su primera verdadera interpretación.

El “despertar a la vida” del título español se refería a la madurez sexual de una jovencita quinceañera (aunque ella ya había cumplido los veinte) que pone patas arriba las aburridas relaciones de un matrimonio otoñal.

Su físico aniñado, potenciado por unos ojos azules luminosos y cándidos, su piel rosada y su pelito color trigo la encaminaban hacia papeles similares, hacia el encasillamiento, y ella quería demostrar que antes que una cara bonita era una actriz de verdad.

De entre las propuestas que le surgen acepta un papel de una paciente algo trastornada por los complejos de Edipo en la película de John Huston Freud, pasión secreta. Naturalmente su psiquiatra era nada menos que el doctor Freud interpretado por un Montgomery Cliff en plena decadencia, recién salido de los quirófanos donde hubo que recomponerle el rostro tras un desgraciado accidente de circulación.

La película no obtuvo el éxito esperado, pese a que la crítica fue bastante benévola con ella, quizás porque de lo que se habló esencialmente fue de cómo había quedado la cara del mítico protagonista de Un lugar en el sol. La verdad es que la cara le quedó hecha un Cristo y, desgraciadamente, ese lamentable suceso precipitó su ya por entonces evidente inestabilidad emocional y, como consecuencia, lastró la carrera del señor Cliff que sólo rodaría una película más antes de morir, El desertor, de Raoul Levy (1966).

Pero ella ya estaba encarrilada y su siguiente trabajo fue la sensacional Tom Jones, película acaparadora de oscars y de espectadores, en una versión decididamente brillante de la novela de Henry Fielding del mismo título.

Tom Jones es la historia de un pícaro que medra en una Inglaterra dieciochesca en plena rebelión jacobita, que encumbro al actor Albert Finney y ganó para el cine comercial a uno de los máximos puntales del Free Cinema, el director Tony Richardson. Pero con esta película Susannah York se plegaba a un tipo de cine que no le gustaba. Ella quería ser una verdadera actriz en dramas turbios donde poder lucir temperamento dramático y no ojos azules, melena rubia y cándidas sonrisas.

Sus siguientes trabajos todavía se mantienen dentro de unos parámetros esperanzadores y así interviene en El séptimo amanecer, de Lewis Gilbert (1964), Arenas del Kalahari, de Cy Enfield (1965), Un hombre para la eternidad, de Fred Zinnemann (1966), hasta que dos años más tarde, 1968, Robert Aldrich le ofrece un papel de lesbiana en la turbadora y lúgubre El asesinato de la hermana George. Sin duda un papel de los que a ella le gustaban.

Pero su mejor trabajo lo consigue un año más tarde en una de las mejores películas de Sidney Pollack, Danzad, danzad, malditos, una amarga reflexión sobre las penurias del pueblo americano en los años de la Gran Depresión. La protagonista era Jane Fonda en su mejor momento, pero Susannah consiguió eclipsarla.

En ella es una participante en una maratoniano concurso de baile. El premio (una cantidad en metálico) será para la pareja que más aguante sin desfallecer. La crueldad de semejante competición viene remarcada en que los bailarines no tienen nada que llevarse a la boca y necesitan desesperadamente el premio para poder subsistir.

Por este trabajo consiguió su única nominación al Oscar, premio que le fue arrebatado por una principiante y pizpireta rubita de ojos azules en un papel similar a los que ella rechazaba. La ganadora fue Goldie Hawn por Flor de Cactus. Como anécdota, decir que Susannah York no pudo contenerse e hizo al respecto declaraciones fuera de tono.

La nominación al Oscar no le sirvió de mucho y tras interpretar X y Zee (Salvaje y peligrosa) junto a Elizabeth Taylor, de Brian G. Hutton (1972) y Images , Robert Altman (1974) por la que obtuvo varios premios de interpretación, entre ellos el de mejor actriz en Cannes, su carrera se estanca en producciones de mediana entidad en las que no consigue avanzar.

Sin ánimo de ser exhaustivo, decir si acaso que fue la madre de Superman en Superman I y en Superman II y, pese a que su carrera se ha prolongado hasta casi su fallecimiento, su estrella cinematográfica se fue apagando a partir de mediados de los setenta hasta convertirse en apenas visible.

El teatro fue su refugio y en su madurez consiguió al menos realizar el sueño de juventud de hacer mimo. Su última película vista en España es de 2008, Franklin, junto a Ryan Phillipe y Eva Green.

Como anécdota decir que estuvo a punto de interpretar Doctor Zhivago, pero al final David Lean se decantó por Julie Christie. Con todos mis respetos para Susannah, creo que Lean no se equivocó.

Lo que no implica que considere que Susannah York no haya sido una de las actrices más interesantes y hermosas del cine de los sesenta y parte de los setenta. Quizás nunca llegó a ser una primerísima estrella, pero sí una actriz que nadó entre los géneros más diversos y que llegó a conseguir estar en varias de las mejores películas de los sesenta y setenta y situarse entre las más importantes de su generación. Descanse en paz.

Susannah York en la escena más drámática de su trabajo nominado al Oscar: Danzad, danzad, malditos.

Para ver el vídeo parar el MixPod .