4/11/11

5 metros cuadrados

Una habitación con vistas
No cabe duda de que 5 metros cuadrados una película interesante de ver, pero al presentarse con el aval de haber conseguido casi todos los premios de importancia en la última edición del festival de cine español de Málaga uno se esperaba bastante más. Tanto reconocimiento se nos antoja excesivo, por lo que hay que preguntarse cual sería la calidad del resto de las  películas a concurso. 5 metros cuadrados se alzó con los galardones a la mejor película, mejor guión, mejor actor, mejor actor secundario, además del premio de la crítica. Con ese bagaje se echa de menos el premio al mejor director ya que algo habrá tenido que ver Max Lemcke en que la película mereciera tantas consideraciones. Consideraciones que solo pueden entenderse el el contexto de una selección de filmes a a competición más bien mediocre.


5 metros cuadrados es una película muy modesta que juega todas sus bazas a un intimismo que parece forzado por la falta de un presupuesto suficiente. Se advierte que es una película barata que tiene la ventaja de contar con un guión sólido. Pero el público que llena las salas busca algo más que una buena historia desarrollada sin brillantez. Sus guionistas (Pablo y Daniel Remón) y la dirección de Max Lemcke se toman la cosa demasiado en serio y se olvidan de que los mejores resultados para este tipo de historias se consiguen con el sarcasmo, el humor (negro, mejor) o la sátira, como ya dejaron demostrado Berlanga (El verdugo), Ferreri (El pisito) o más recientemente Miguel Albadalejo con la injustamente infravalorada Nacidas para sufrir que, por cierto, también fue rodada íntegramente -al igual que 5 metros cuadrados- en Ciudad de la Luz y en exteriores alicantinos.


5 metros cuadrados cuenta una historia sobre un tema de “rabiosa actualidad”, pese a que el problema de fondo viene de largo: las dificultades de las parejas jóvenes para acceder a una vivienda. A las películas citadas más arriba se podría añadir también El inquilino, de José Antonio Nieves-Conde, que data nada menos que de 1956, con la que 5 metros cuadrados comparte, salvando las distancias, un decidido tono amargo y desesperanzado. En Cinco metros cuadrados esas dificultades se adecuan a los nuevos tiempos y el problema al que tienen que enfrentarse los protagonistas no es exactamente a la falta de solvencia.


Álex (Fernando Tejero) y Virginia (Malena Alterio) son una pareja paradigmática de la clase media trabajadora de ahora mismo,que sólo desean casarse y tener su propia vivienda. Invierten todos sus ahorros en la entrada de un piso, pero a la paralización de las obras del edificio por infringir la ley de Costas, se unen los problemas derivados del estallido de la burbuja inmobiliaria, lo que lleva a los promotores a intentar desentenderse de sus responsabilidades dejanos a los compradores sin piso y sin dinero.


Todo el entramado pseudomafioso de ilegalidades y “pelotazos” que se mueve alrededor de la construcción en nuestro país, en el que contratistas sin escrúpulos y políticos corruptos sacan tajada -con la pasividad o complicidad encubierta de abogados y jueces- especialmente en la costa levantina, va a salir a flote revelándose ante los ojos del atribulado protagonista (un impecable Fernando Tejero), que se ve inmerso en una situación kafkiana que lo va a llevar hasta el límite de la razón y la locura. Su tenaz empeño por conseguir esos “cinco metros cuadrados” de balcón propio desde el que divisar el mar, le hará tomar decisiones viscerales. Impotente ante el abandono y desprotección por parte de la Justicia, acabará actuando de forma unilateral lo que, al final,  le  factura a todos los niveles.


5 metros cuadrados es una película bienintencionada pero su alcance crítico resulta insuficiente, pese a que todo los que nos cuenta resulta creíble y reconocible. Lo que vemos muchos lo habrán vivido y todos lo estamos percibiendo a nuestro alrededor, en nuestras propias familias, entre nuestros vecinos...Pero 5 metros cuadrados nos deja el regusto de lo fallido y quien haya visto la espléndida serie Crematorio (qué casualidad, también ambientada y rodada íntegramente en Alicante) entenderá la diferencia que hay entre contar las mismas cosas de forma anodina y aburrida o hacerlo con auténtica garra.

Calificación: **
Malena Alterio conversa con Paco Escribano (Photo by Juan C. Soler)
5 metros cuadrados se estrena el viernes día 11/11/11 en los cines de toda España.

4 comentarios:

  1. De esta peli me gustan los actores, sólo por ellos iría a verla... pero leyendo tu crítica, casi vale más la pena la otra que comentas: Crematorio -que no conocía-.
    Ahora hace tiempo que no voy a ver ninguna peli española y lo echo de menos. Gracias por tus opiniones,

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  2. Pues una lástima, compa Scotty, porque con esos "avales malagueños", esa dupla protagonista (especialmente, la Alterio) y la premisa argumental tan potente, cabía esperar que hubiera resultado una pieza que revitalizara aún un poquito más la cosecha del cine español de este año (que ya acumula varias piezas de calado, y, además, con buen paso comercial, como No habrá paz... y Mientras duermes, entre otras). En fin, qué se le va a hacer; ya habrá otras oportunidades...

    Un abrazo y buen fin de semana.

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  3. Querida t. Me haces el honor de tenerme en cuenta y eso me da responsabilidad sobre lo que pueda decir. Los actores estás estupendos y en un registro muy diferente al que le vemos en TV.

    Ah, Crematorio fue una serie de tv de pocos capítulos que se emitión hace como un año más o menos.

    Un abrazo.

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  4. Efectivamente, Manuel Márquez, el cine español tiene esta temporada un buen ramillete de buenas películas. En estos momentos hay en cartelera dos que quisiera poder ver: Eva y Verbo, por ejemplo.

    Saludos.

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