10/12/13

Eleanor Parker (adiós a un icono del cine)


Ha fallecido Eleanor Parker

En El Blog de Scotty ya hicimos en su día una de esas Cinebiografias (o así) que creo oportuno traer  ahora a primera página. El blog está de capa caída, pero no me olvido de él y no abandono la esperanza de empezar a rescatarlo un día de estos con una razonable periodicidad . Mientras tanto, aquí dejo el enlace...

 "Eleanor Parker, la pelirroja temperamental"

http://elblogdescotty.blogspot.com.es/2010/12/eleanor-parker.html

Saludos cordiales, amigos.


16/10/13

La herida

Caótica Ana

Una película de tan difícil digestión como La herida tiene a priori muy pocas posibilidades de atraer al público, y abordar su realización refleja la determinación de sus responsables de no dejarse llevar por los resultados de la taquilla para centrarse en lo que realmente quieren contar.

Marian Álvarez y Fernando Franco

Sorprendentemente, esta árida historia de contradicciones y soledad está interesando bastante al espectador. Los comentarios del público son muy favorables y el boca a boca siempre funciona. Que La herida haya sido premiada en el Festival de San Sebastián con el premio a la mejor actriz (Marian Álvarez) también tiene que ver con el interés que despierta.


La herida es la opera prima como director del experimentado montador Fernando Franco, curtido en el corta y pega en un buen ramillete de películas de las que vamos a destacar las muy recientes Blancanieves o Alacrán enamorado.


Realizada sin la más mínima concesión, La herida bucea en la personalidad bipolar de una joven autodestructiva que lucha por salvarse de sí misma sin demasiado éxito. Trabaja como sanitaria atendiendo el traslado en ambulancia de personas dependientes y es en este cometido donde encuentra cierto respiro para seguir soportando la carga que le supone recomponerse de sus explosiones de desesperanza.


No le ayudan las relaciones familiares, frías y protocolarias, con una madre que parece más atenta a sí misma que a las angustiosas llamadas de atención de su desquiciada hija -prefiriendo hacer como que no ve nada- ni la ausencia de un padre igualmente distante que vive su vida ofreciéndole una impostada y escasa atención.

Ana, la protagonista, tiene una personalidad dependiente pero su desquiciada bipolaridad aleja de ella tanto a las probables parejas sentimentales como a los amigos. Tan solo en las relaciones que no le suponen una implicación o entrega personal es capaz de comportarse con normalidad (las personas incapacitadas que atiende, su compañero de trabajo) y en la intimidad se castiga a sí misma con literales actitudes masoquistas.


La sombra del Michael Haneke de La pianista sobrevuela esta película difícil y compleja que sale muy airosa del reto de contar esta historia de desequilibrio y perturbación emocional de una mujer decantada hacia la autodestrucción sin que aparentemente concurran otras motivaciones que justifiquen su actitud que el entorno hostil de una forma de relaciones, familiares y  sociales, imperantes en los años que vivimos, en las que prima el egoísmo y la impostura.


El recurso de refugiarnos en las nuevas tecnologías y descargar nuestros sentimientos o nuestras frustraciones buscando consuelo y comunicación en las redes sociales solo consiguen agravar la creciente paranoia en la que ahora mismo muchos de nosotros nos vamos abocando poco a poco, imperceptiblemente. Por suerte, y para seguir adelante, siempre queda la esperanza de que todo va a cambiar de un momento a otro, aunque al final todo siga igual. ¿También para Ana?

Calificación: ***

26/8/13

Julie Harris


Mucho más que la chica de “Al este del Edén”.

Ayer nos dejó Julie Harris. Todos dicen en sus necrológicas y panegíricos que se fue una de las grandes damas del teatro americano y... “la chica que acompañó a James Dean en la película Al este del Edén. Gran verdad, pero en lo que a lo segundo se refiere, una información demasiado roma. Ateniéndonos exclusivamente al apartado cine, que es el tema de lo que va El Blog de Scotty, podemos sacar mucho más jugo, más razones, para llorar la muerte de Julie Harris.


Julie Harris (es su verdadero nombre) nació el 2 de diciembre de 1925 en Gosse Pointe, en el Estado de Michigan, aunque muy joven se trasladó a Los Ángeles con su familia  en busca de su sueño de llegar ser una gran actriz. De físico demasiado corriente y sin atractivos  resaltables, tuvo que luchar a contracorriente y obviar las trabas que ello le suponía a una jovencita en Hollywood para lograr papeles interesantes en una industria -y en unos años- en que era fundamental para una chica tener atractivo para las cámaras.


Hizo muy bien en no abandonar, mirar para otro lado,  y poner sus ojos en las tablas de Broadway donde la fotogenia era cualidad que iba en segundo término al de actriz. Se preparó a fondo dando clases con Elia Kazan en el Actor's Studio donde coincidió con los que después serían grandes mitos. Ello le supuso trabajar en la película por las que todos la recuerdan Al este del edén (Elia Kazan, 1955).


Pero no olvidemos que su debut se produjo en The member of the wedding (Fred Zinnemann, 1952), que adaptaba una obra que ella misma  estaba representando en Broadway; aquí también debutaba en la pantalla un niño que después se haría célebre con Raíces profundas: Brandon de Wilde. Ella, Julie, fue  nominada al Oscar a la mejor actriz secundaria por este papel de  un chico acomplejado que asiste a la boda de su hermano con una atractiva mujer que la desplaza de sus atenciones para con él.


Tres años después ya está preparada para dar la réplica en el debut de un muchacho del que la industria lo esperaba todo y dio mucho más: James Dean. Ser su pareja en Al este del edén la marcó para siempre. Su físico, representativo de la americanita media de la época, y el que Kazan la conociera muy bien, fue determinante para su elección. Parecía que el cine iba a abrirle sus puertas a lo grande... pero no fue demasiado lejos como estrella.


 Ese mismo año (1953) tiene otra gran oportunidad: protagoniza Soy una cámara (Henry Cornelius) en el papel que después daría la gloria a Liza Minnelli (Sally Bowles) en una nueva versión que de esta historia, en clave musical, dirigiría   Bob Fosse en 1972: Cabaret. Después de Soy una cámara su carrera en el cine fue a menos, acabando como ilustre secundaria en la mayoría de las películas en las que intervino.


Ateniéndonos a las  que de ella pudimos ver en España, recordaremos: El poder y la gloria (Mark Daniels, 1961), Réquiem por un campeón (Ralp Nelson 1962) con Anthony Quinn, Harper, investigador privado (Jack Smight, 1963), Ya eres un gran chico (Francis Ford Coppola, 1966) en donde coincidió con Karen Black a la que hemos recordado en la entrada anterior; Reflejos en un ojo dorado (John Huston, 1967) junto a Liz Taylor, Monty Clifft y Marlon Brando; Tarzán en Nairobi (Álex Nicol, 1968) película realizada en España con capital español, El reparto (Gordon Fleming, 1968) junto a Jim Brown, Juventud pervertida (David Greene, 1970) junto a Eli Wallach, El viaje de los malditos (Stuart Rosemberg, 1976) con un larguísimo reparto de grandes estrellas, costumbre de moda en esos años; Gorilas en la niebla (Michael Apted, 1988) junto a Sigourney Weaver, Esposa por sorpresa (Frank Oz, 1992) con Goldie Hawn y Steve Martin, La mitad oscura (George A. Romero, 1993)...


La televisión, por supuesto, también le dio trabajo en varias tv movies (en 1963 interpretó a la Eliza Doolitle de Pigmalión) y en infinidad “apariciones especiales” en episodios de diferentes series: Colombo, Centro Médico, El virginiano, Audacia es el juego... Pero su fuerte, donde brilló como la gran estrella, la gran dama de la interpretación, fue el teatro.


El nombre de Julie Harris, más allá de Al este del Edén,  quedará escrito para siempre en el libro de los grandes intérpretes  teatrales que lo fueron a lo largo de la Historia.

11/8/13

Karen Black


La bizca que trabajó con Hitchcock

El reciente fallecimiento de Karen Black (09/08/13) propicia que le dediquemos la oportuna semblanza en nuestro apartado dedicado a los actores y actrices que marcaron nuestro recuerdo. Karen Black se merece desde luego ser recordada, homenajeada y valorada como una de as actrices más interesantes de las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado.


 Intervino en un buen ramillete de películas imprescindibles que marcaron su atractiva impronta, mezcla de talento y sensualidad. Su mirada un tanto estrábica la recordamos como señal de la casa y uno de sus atractivos más evidentes.

Karen Black nació en un pueblo de Illinois en Julio de 1939. Se formó en la academia de actores de Lee Straberg debutando en el cine nada menos que con Francis Ford Coppola en Ya eres un gran chico (1966) En 1970 es nominada al Oscar secundario por su interpretación en la opera prima de Peter Fonda Buscando mi destino, año en el que también interviene en la emblemática primera pelicula de Bob Raffelson Mi vida es mi vida.


Su carrera va viento en popa y aunque nunca es considerada una estrella sí que es valorada como una garantía para defender papeles en películas de cierto empaque como la versión que en 1974 realizó Jack Clayton de El gran Gastby, película en la que todos sus intervinientes (Redford, Farrow, Lois Chiles, Bruce Dern...) pusieron grandes esperanzas y que resultó ser un fracaso de público (y más de crítica) pese a ser premiada con dos Oscar irrelevantes al mejor vestuario y a la mejor músíca. Ella fue nominada a un Globo de Oro por su papel.

Ese mismo año (74) interviene una de las secuelas de la saga Aeropuerto (Aeropuerto 75) haciendo de eficaz azafata que sabe cómo actuar ante el desastre de un vuelo accidentado. En el 75 interviene también en la que parece que por fin va a afianzar a la gran estrella que lleva dentro, Como plaga de langosta (John Schlesinger) y que, de nuevo es un fracaso de público y la deja a las puertas.


Por fin le llega la oportunidad definitiva al ser elegida por Alfred Hitchcock para la que sería su última película, La trama. Lamentablemente y pese a ser un dignísimo broche de oro para la carrera del mago del suspense, pasa por las taquillas sin pena ni gloria y ella se queda de nuevo entre Pinto y Valdemoro a la espera de su gran oportunidad.

Ya no llegaría. Cierto que el trabajo nunca le faltó pero sus películas oscilaron entre la ser B y la serie Z, de las que la gran mayoría ni siquiera se vieron en España. Tuvimos el placer de recuperarla en una insólita propuesta gore que tuvo a bien regalarnos el cantante de heavy metal Rob Zombie, La casa de los mil cadáveres. 

Rob Zombie  debutaba  aquí como director de cine de terror con un acierto que después no ratificó en películas de serie Z que desmerecieron la altura de las expectativas creadas en su debut. Ella daba miedo como la terrorífica matriarca de una familia de tarados al estilo de La matanza de Texas.


Karen Black, a pesar de que trabajaba intermitentemente, vivía al día (o ni siquiera eso) ya que alguna vez se publicó que la actriz recurría a sus fans para que le ingresaran donativos en un determinada cuenta bancaria y así poder sobrevivir. Se casó cuatro veces y tenía varios hijos entre propios y adoptados.


Algunas de las película no citadas que vimos en España: Antes amar, después matar (1969), El gran duelo (1970), Cisco Pike (1972), El rastro (1973) Mujeres treintañeras (1977), Coco Chanel (1981), El juego de Hollywood (no acreditada, 1992), Máscara (1999).

6/4/13

Tesis sobre un homicidio


Crónica de una obsesión

Thriller hispano argentino en la estela de El secreto de sus ojos que sin llegar a los fascinantes resultados de la película de Campanella sí que mantiene el tono conformando una historia de obsesión paranoide en torno a un maduro abogado, profesor de criminología, inmerso en un caso criminal del que ha sido testigo tangencial.

Un hecho que le abre la espita para desatar sus teorías sobre cómo abordar la resolución de casos en apariencia irresolubles por los caminos más convencionales, a través de la psicología que del asesino pueden desprender las pistas dejadas por el mismo.


La mano y la sombra  de la productora Tornasol y de su gestor el director  Gerardo Herrero y el “tono”  identificativo del producto encuadra la película en lo que casi se ha convertido ya en un género tras películas del mismo equipo como las mencionadas o Sangre en la nieve,  La senda, Sin retorno o La viuda de los jueves.

Tesis sobre un homicidio cuenta con un excelente dúo de actores el ya más que reconocido Ricardo Darín y un eficacísimo Alberto Ammann definitivamente conformado como un actor solvente y fiable tras su debut en Celda 211.

Merece la `pena ver esta película hipnótica, pese a su dubitativa dirección que no obstante lleva a buen puerto  un guión meticuloso con momentos fascinantes como los duelos verbales entre los dos protagonistas sobre la ética, la justicia, el arte… y pese a un final en apariencia frustrado y frustrante.


En mi caso no lo veo así y creo que durante el desarrollo de la historia se han ido dejando suficientes pistas como para que el espectador atento opte por una conclusión de los hechos que parece no quedar nada clara.

Mi conclusión es que estamos ante una excelente película que puede pasar desapercibida precisamente por ese final inexplícito y por ser en demasía deudora de El secreto de sus ojos, la  ganadora del Oscar 2010 a la mejor cinta extranjera. Recomendable.

Calificación: ***

22/3/13

Madame Bovary y Anna Karenina: Un mismo destino


La mujer en el siglo XIX

El reciente estreno de Anna Karenina  y su visionado me ha hecho caer en la cuenta de los grandes paralelismos y las inmensas semejanzas  que existen en el personaje de Leon Tolstoi  con las de otro gran icono femenino  de la literatura universal, la  francesa n Madame Bovary, de Flaubert, llevada tantas o más veces a la pantalla.

Vivien Leigh, la Anna Karenina de Clarence Brown (1935)

He caído en la cuenta también que en El Blog de Scotty ya  se escribió sobre el personaje y creo muy, muy interesante volver a leer aquella entrada, por lo que la traigo a primera página una vez más. 

01/09/09


Madame Bovary


Abismos de pasión

Acabo de ver Madame Bovary, la versión que Claude Chabrol hizo de la novela de Flaubert, tras haber visionado no hace mucho la que a finales de los 40 realizó Vicente Minnelli, y de haber leído recientemente la novela. Antes de nada decir la profunda impresión que me ha producido la obra del escritor galo, uno de los retratos femeninos más descarnados e inmisericordes de toda la literatura universal. Flaubert hace un estudio implacable, diseccionado desde la gélida distancia del narrador y desde una posición meramente descriptiva, de una Madame Bovary que puede parecer cualquier cosa según los ojos de quien la mire: una mujer egoísta y manipuladora, una mala madre y una peor esposa, una mujer sin principios morales, una libertina... una puta.
Yo creo que Flaubert quiere que veamos en ella a una pobre víctima que no sabe protegerse en un entorno en el que la mujer está condenada a la sumisión, a la estulticia, a la astucia...Pero Emma no aprende a sobrevivir sabiendo nadar y guardar la ropa.
La señora Bovary no consigue ese equilibrio obligado en su entorno, pese a que lo intenta, y acaba arrastrada por su verdadero temperamento pasional. Al decidir que el mundo no está entre las cuatro paredes de una casa de un pueblecito provinciano, la suerte está echada y el final no puede ser otro que su perdición. Tras la tragedia, sus verdugos siguen medrando y ascendiendo en la sociedad y las personas inocentes y puras (su apocado esposo, su hija...) son arrastrados como ella/por ella al abismo.
El regusto que este relato nos deja es tanto o más amargo que el sabor del arsénico que Emma roba en la rebotica.
Creo que trasladar a imágenes una obra tan compleja y tan descriptiva del interior de los personajes nos es tarea fácil y ni la versión de Minnelli, que me pareció demasiado acartonada y en exceso sometida a los códigos del melodrama hollywoodiense, ni ésta de Chabrol, pueden considerarse de forma satisfactoria dados sus resultados.
De hecho, las dos recurren a la inevitable voz en off para decir con palabras lo que es muy complicado de decir con imágines. Con todo, me quedo con la película del director de El carnicero, bastante más adecuado que Minnelli para éste relato, habida cuenta de que Chabrol "algo sabe" de lo que se suele cocer en lo más profundo de la sociedad provinciana francesa. Y ahondar en sus secretos y miserias es especialidad de la casa.
La esencia de las cosas no transmutan y ciento cincuenta años, quizás, no hayan conseguido hacer cambiar lo más hondo de la idiosincrasia de su país.

Y, claro, Chabrol va a la esencia, como siempre, utilizando la elipse y el montaje para pasar rápidamente por los pasajes meramente descriptivos y de transición (la concisión del comienzo en el que Emma conoce al doctor Bovary, lo manipula y lo convierte en su marido, es ejemplar en este sentido) y se detiene más en los momentos en que hay que explicar el alma y los sentimientos de sus personajes. De su personaje.
La secuencia más larga de la Madame Bovary chabroliana es la del baile en la que Emma se embriaga de todo lo lo que le rodea, que no es otra cosa que lo que siempre ha estado deseando vivir: mira, escucha, toca y olfatea el entorno como reconociendo por fin su territorio, la fauna a la que pertenece. O a la quiere pertenecer ya para siempre.
Esta experiencia es el último empujón que la señora Bovary necesita para desatar todos sus anhelos reprimidos. Es la mejor secuencia de la película, muy diferente del trato que le confiere Minnelli en su versión, donde vemos un baile menos introspectivo y bastante más mundano, al estilo de, por ejemplo, los que vemos en Jezabel o Lo que el viento se llevó. En el capítulo de los actores, Isabelle Huppert está bastante más adecuada al personaje de lo que me esperaba, si bien no dejo de opinar que Madame Bovary necesitaba una actriz más pasional y menos cerebral. Huppert hace un buen trabajo, pero está dominado por un método y por un estilo.
Pienso que Jennifer Jones en la versión de Minnelli está más convincente pues sus características como actriz eran más adecuadas. Recordemos a su pasional Perla en la extraordinaria Duelo al sol, con la que la señora Bovary tiene algún punto de contacto. Jean Yanne compone un boticario perfectamente desagradable y odioso, en contraste con el enternecedor y humano asesino de El carnicero, una de las películas más turbadoras, poéticas e inolvidables de Claude Chabrol.

Calificación: ***

19/3/13

Anna Karenina

El teatro de la vida
Decepcionante adaptación de uno de las novelas más importantes y conocidas de la literatura universal. Una mezcla de representación teatral y cine que no sabe a qué carta quedarse y que en muy contadas ocasiones alcanza la altura suficiente como para considerarla una buena película. 


No obstante se ve sin demasiado disgusto principalmente por la buena interpretación y lo colorista y abigarrado de la escenografía, en muchas secuencias abrumadora hasta el punto de entorpecer lo esencial, la historia y los personajes.


En mi opinión, Joe Wright da unas pasos atrás después de las prometedoras "Orgullo y prejuicio" y "Expiación".



Oscar 2013 al mejor vestuario.


Calificación: **