Al menos en su primera y prometedora etapa intervino en obras muy populares y consiguió interpretaciones realmente brillantes, siempre al hilo de su particular y atractivo físico. Un físico que la condicionó y que, a causa de su encasillamiento, apagó su carrera en cuanto su atractivo empezó a declinar.
Nacida en la capital inglesa en el año 1941, desde muy jovencita se sintió atraída por el mundo de la farándula y su gran pasión era la mímica. Hacer la payasa era su especialidad en las representaciones del instituto y en cuanto se lo permitía cualquier circunstancia, como un guateque o el cumpleaños de alguna amiga, hacía su numerito.
En 1960 consigue pequeñas intervenciones en las películas Whisky y Gloria (Ronald Neame) y Extraña misión (Stuart Burge), lo que le abre las puertas para que se fije en ella el director Lewis Gilbert y le encomiende la protagonista de Despertar a la vida, junto a Kenneth Moore y Danielle Darrieux.
Ella figura con el prefijo “Presentando a…” ignorándose que ya un año antes había sido vista en las dos películas arriba citadas. Nada que objetar, pues era en realidad su primera verdadera interpretación.
El “despertar a la vida” del título español se refería a la madurez sexual de una jovencita quinceañera (aunque ella ya había cumplido los veinte) que pone patas arriba las aburridas relaciones de un matrimonio otoñal.
Su físico aniñado, potenciado por unos ojos azules luminosos y cándidos, su piel rosada y su pelito color trigo la encaminaban hacia papeles similares, hacia el encasillamiento, y ella quería demostrar que antes que una cara bonita era una actriz de verdad.
De entre las propuestas que le surgen acepta un papel de una paciente algo trastornada por los complejos de Edipo en la película de John Huston Freud, pasión secreta. Naturalmente su psiquiatra era nada menos que el doctor Freud interpretado por un Montgomery Cliff en plena decadencia, recién salido de los quirófanos donde hubo que recomponerle el rostro tras un desgraciado accidente de circulación.
La película no obtuvo el éxito esperado, pese a que la crítica fue bastante benévola con ella, quizás porque de lo que se habló esencialmente fue de cómo había quedado la cara del mítico protagonista de Un lugar en el sol. La verdad es que la cara le quedó hecha un Cristo y, desgraciadamente, ese lamentable suceso precipitó su ya por entonces evidente inestabilidad emocional y, como consecuencia, lastró la carrera del señor Cliff que sólo rodaría una película más antes de morir, El desertor, de Raoul Levy (1966).
Pero ella ya estaba encarrilada y su siguiente trabajo fue la sensacional Tom Jones, película acaparadora de oscars y de espectadores, en una versión decididamente brillante de la novela de Henry Fielding del mismo título.
Sus siguientes trabajos todavía se mantienen dentro de unos parámetros esperanzadores y así interviene en El séptimo amanecer, de Lewis Gilbert (1964), Arenas del Kalahari, de Cy Enfield (1965), Un hombre para la eternidad, de Fred Zinnemann (1966), hasta que dos años más tarde, 1968, Robert Aldrich le ofrece un papel de lesbiana en la turbadora y lúgubre El asesinato de la hermana George. Sin duda un papel de los que a ella le gustaban.
Pero su mejor trabajo lo consigue un año más tarde en una de las mejores películas de Sidney Pollack, Danzad, danzad, malditos, una amarga reflexión sobre las penurias del pueblo americano en los años de la Gran Depresión. La protagonista era Jane Fonda en su mejor momento, pero Susannah consiguió eclipsarla.
En ella es una participante en una maratoniano concurso de baile. El premio (una cantidad en metálico) será para la pareja que más aguante sin desfallecer. La crueldad de semejante competición viene remarcada en que los bailarines no tienen nada que llevarse a la boca y necesitan desesperadamente el premio para poder subsistir.
Por este trabajo consiguió su única nominación al Oscar, premio que le fue arrebatado por una principiante y pizpireta rubita de ojos azules en un papel similar a los que ella rechazaba. La ganadora fue Goldie Hawn por Flor de Cactus. Como anécdota, decir que Susannah York no pudo contenerse e hizo al respecto declaraciones fuera de tono.
La nominación al Oscar no le sirvió de mucho y tras interpretar X y Zee (Salvaje y peligrosa) junto a Elizabeth Taylor, de Brian G. Hutton (1972) y Images , Robert Altman (1974) por la que obtuvo varios premios de interpretación, entre ellos el de mejor actriz en Cannes, su carrera se estanca en producciones de mediana entidad en las que no consigue avanzar.
Sin ánimo de ser exhaustivo, decir si acaso que fue la madre de Superman en Superman I y en Superman II y, pese a que su carrera se ha prolongado hasta casi su fallecimiento, su estrella cinematográfica se fue apagando a partir de mediados de los setenta hasta convertirse en apenas visible.
El teatro fue su refugio y en su madurez consiguió al menos realizar el sueño de juventud de hacer mimo. Su última película vista en España es de 2008, Franklin, junto a Ryan Phillipe y Eva Green.
Como anécdota decir que estuvo a punto de interpretar Doctor Zhivago, pero al final David Lean se decantó por Julie Christie. Con todos mis respetos para Susannah, creo que Lean no se equivocó.
Lo que no implica que considere que Susannah York no haya sido una de las actrices más interesantes y hermosas del cine de los sesenta y parte de los setenta. Quizás nunca llegó a ser una primerísima estrella, pero sí una actriz que nadó entre los géneros más diversos y que llegó a conseguir estar en varias de las mejores películas de los sesenta y setenta y situarse entre las más importantes de su generación. Descanse en paz.
Susannah York en la escena más drámática de su trabajo nominado al Oscar: Danzad, danzad, malditos.
Para ver el vídeo parar el MixPod .
He mirado por encima el post para fijarme sólo si habías puesto dos de las pelis que más me gustan de ella, y creo no haber visto ninguna: El sirviente de Joseph Losey, en la que trabaja con Dirk Bogarde, y la magnífica La hija de Ryan junto a Robert Mitchum y Trevor Howard. Hasta que lo lea entero y diga algo más. Un saludo
ResponderEliminarHola, Javi. La protagonista de El sirviente (Joseph Losey) y La hija de Ryan (David Lean) es Sarah Miles. No es extraño que las confundas pues e parecen bastante e hiceron un cine parecido.
ResponderEliminarNo he puesto toda la filmografía de Susannah. Mis comentarios son más bién subjetivos, hechos desde mi punto de vista y me salto películas o directamente no me acuerdo de todo. Evidentemente hay que hacer algunas comprobaciones siempre (el Google es imprescindible) pero yo procuro que lo que diga sea "desde" mi propia percepción y lo más ajustado posible a lo que yo sé. Y hasta me puedo equivocar, por supuesto.
Un abrazo.
No conozco apenas nada de su cine, compa Scotty, pero su belleza no se puede calificar más que de tremenda, espectacular. Todo un bellezón, vaya. Y la galería de fotos que nos muestras de ella, todo un regalo (que se agradece, por supuesto...).
ResponderEliminarUn abrazo y seguimos trasteando.
Vale, creía que no la conocía pero sí que la he visto junto a Marlon Brando en las de Superman.
ResponderEliminarHola, Manuel Márquez, un honor verte por aquí.
ResponderEliminarDesgraciadamente Susannah no llegó a las cotas de popularidad de otras acrtices de sus mismas características, como las ya citadas julie Christie o Sarah Miles, sobretodo la primera. Las tres eran perfectamente intercambiables para los papeles que interpretaron.
Un abrazo. Y nos leemos...
Marcos, si sólo te acuerdas de haberla visto en los supermanes, poco conoces de esta actriz. ëchale un vistazo al vídeo que acompaño y procura ver al menso esa película.
ResponderEliminarUn abarzo.
Scotty no tienes un emoticono de alguien que se eche las manos a la cabeza? Mi madre, cómo estoy últimamente de torpe!
ResponderEliminarYo la recuerdo por Danzad, danzad malditos que es una gran película (y un gran libro si se tiene la oportunidad de leer), su aparición en los supermanes fue casi más un cameo que una aparición con algo de chicha.
ResponderEliminarEsta claro que el tiempo se lleva la belleza,Susannah York una actriz muy guapa con un gran parecido a Julie Christie.
ResponderEliminarLa recuerdo perfectamente en Superman. Hizo teatro ,televisióny escribio libros infantiles. Mujer trabajadora además de guapa y buena actriz luchadora en su vida pues tuvo que enfrentarse a un cancer que no supero.Su ultimo trabajo fué tres años antes de morir en la pelicula Franklyn.
Enhorabuena por la elección de las actrices.
Saludos
Javi, qué gracia me hace. Un emoticono con las manos en la cabeza, jejej... Primero, que yo sepa, aquí no se pueden poner, y después esa confusión es muy lógica. Mira, en esos años hubieron tres actrices en Reino Unido absolotamente inercambiables, sin con tar con una pléyade de otras más secundarias que eran igualitas. se llevaba ese tipo de físico, de mujer.
ResponderEliminarEsas actrices, a mi entender por orden de prestigio o popularidad, fueron Julie Christie, Sarah Miles y Susannah York. Para muchos papeles de entrada se barajaban los tres nombres.
De torpe, nada.
Saludos.
Raül, de acuerdo en que "¿Acaso no matan a los caballos?" es una gran novela de la que Pollack hizo quizás su mejor película. En los supermanes ya era, como Brando, casi un juguete roto. Su tiempo había pasado.
ResponderEliminarUn cordial saludo y bienvenido al blog.
Anelva, de acuerdo en que tenía un gran parecido con la Christie. Y con la Miles. Más arriba acabo de decirlo. Cierto que también escribió libros infantiles.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estupendo repaso. No me había enterado de la noticia de su muerte. DEP.
ResponderEliminarYo conocía lo de Lara y, reconociendo que Julie C. será para siempre Lara Zhivago (lo mismo que Geraldine será siempre Tonya), creo que Susannah York hubiera dado muy bien también en el papel.
Recuerdo que cuando vi Superman por primera vez una de las cosas que pensé fue "qué guapa es la mamá de Superman". Por cierto, también se llamaba Lara...