Si ya en sus anteriores trabajos, las extraordinarias Amores perros, 21 gramos y Babel, Alejandro González Iñárritu se escoraba de forma no demasiado sutil hacia las delicadas áreas del folletín lacrimógeno y salía bien parado gracias a que la emotividad se imponía a la solemnidad, con Biutiful traspasa ese delicada línea y aquí el tremendismo acaba por apoderarse de la narración.
Y si en las tres citadas, los dramas (dramones) en que se movían los personajes resultaban asimilables y compartidos por el espectador, si el tormento existencial, la fatalidad, las miserias e injusticias sociales que devoraban a los personajes de sus anteriores películas y lo trágico en aquéllas historias cruzadas parecía casi elegíaco, en Biutiful todo este universo, se repite en lo argumental. Pero Biutiful se viene abajo y ese drama casi bíblico que tanto absorbe a las historias de Iñárriutu dotándolas de convicción, en Biutiful queda invalidada por la acumulación y por el exceso.
Teniendo en cuenta que el coguionista de las tres anteriores, Guillermo Arriaga, ya no aparece en los créditos de Biutiful, habrá que pensar cuánto tuvieron que ver sus aportaciones al equilibrio argumental de aquéllas, y lo que ha perjudicado su ausencia en la escritura de esta película de argumento y de personajes tremebundos, a los que, cuando ya creemos que no les puede pasar nada peor, les pasa, y cuando pensamos que de un momento a otro las historias que nos cuenta van a dejarnos un respiro por ahogamiento emocional, nos aprietan otras tuercas y nos acongojan un poquito más todavía.
El exceso acaba perjudicando seriamente la credibilidad de Biutiful y termina casi con nuestra capacidad de empatía con los personajes y la historia. En cierto momento ya sólo esperamos que esa Barcelona, que se nos aparce como la antesala del infierno, acabe ardiendo o explotando en mil pedazos como castigo divino a tanta miseria y a tanta injusticia. La truculencia acaba invalidando el mensaje y González IIñárritu acaba naufragando en este nuevo alegato sobre la fatalidad, el sufrimiento y la injusticia.
Otra vez, como en Babel, la tragedia se hace universal, implicando en Biutiful a etnias y culturas muy diferentes en un mismo drama, aunque ahora no sea necesario dar saltos en el espacio, de un país a otro, de un continente a otro. El microcosmos (o macrocosmos) de la deprimente Barcelona en que transcurre Biutiful los aglutina a todos y los obliga a ínter relacionarse, a quererse u odiarse, a corromperse o a regenerarse, a vivir o a morir, en una convivencia impuesta por la miseria y la marginación.
Europeos, africanos, asiáticos, sud/americanos... sobreviven en las cloacas de una Barcelona ciertamente aterradora, de la que no vemos ni un sólo rincón en el que vislumbrarla como la ciudad cosmopolita y próspera que nos quieren vender y que sin duda es. Esa otra Barcelona (esa otra sociedad) no le interesa a Biutiful y la ignora, hasta cuando nos ofrece alguna que otra vista de la Sagrada Familia, al fondo de un mar de tejados y azoteas desoladoramente tercermundistas.
El eje de Biutiful, de su deprimente, poética y trascendental historia de fracasos y derrotas, es un padre tocado por la enfermedad y la muerte que quiere redimirse antes de iniciar el viaje sin retorno hacia la eternidad de otras vidas, en las que cree firmemente desde sus supuestas cualidades de visionario. Este personaje doliente, atormentado y sensible, tierno e inflexible, egoísta y justo pero entrañablemente contradictorio, está interpretado con una gran emotividad y convicción por un Javier Bardem, ya definitivamente afianzado como uno de los grandes monstruos de la interpretación a nivel internacional.
Javier Bardem es la razón de ser de Biutiful, de que merezca la pena verla. Pero es justo decir que todos los actores brillan con gran intensidad en sus diferentes cometidos, siendo, con mucho lo más destacable de esta película de González Iñárrutu. Una película tocada por el exceso y el discurso grandilocuente que se queda varios escalones por debajo en los logros de la filmografía del director de 21 gramos (recordemos que 21 gramos es lo que se dice que pesa el alma), pese a contar con el apoyo en la producción de Guillermo del Toro y de Alfonso Cuarón que no han conseguido, a mi entender, la gran película que hubiera podido esperarse.
Calificación: **
Pues sí, se confirma como que ya he leído leyendo en otros sitios, así que no la veré. La que sí pienso ver es '21 gramos'.
ResponderEliminarScotty,le tengo muchas ganas a la película,me gustaron "Amores perros","21 gramos" y también "Babel",mi favorita.Si es verdad que se le va la mano con la visión trágica,me dejará algo desangelada,pues para mí ese equilibrio entre lo trágico y lo resurgente,la fatalidad y la esperanza es justo lo que más me seduce no sólo aquí,sino en el cine en general.Y en cuanto a Bardem,creo que estaba ya confirmado que un monstruo interpretativo por mucho que escueza a quienes ideológicamente más distantes se encuentran de él.Es lo que tiene mezclar ¿se dice la churras con las merinas?;)
ResponderEliminarAh!pásate cuando puedas,si gustas,por mi blog que tienes una mención como fuente de inspiración en mi último post.
bsts
totalmente de acuerdo con tu crítica Scotty... desde luego el cambio de guionista no fue una buena opción.
ResponderEliminarsaludos!
Martinyfelix, opino que si se puede ver una película de un director importante, aún sabiendo que no está de lo más inspirado, hay que que hacerlo. Otra cosa es la falta de tiempo o presupuesto. Desde luego "21 gramos" sí que hay que verla.
ResponderEliminarUn saludo.
Troyana, no está de más que veas, si puedes, esta película. Claro que Bardem ya tiene su nombre ganado. Aquí sigue demostrándolo. Puede ser, prefectamente, nuevamente canditato a un Oscar en la próxima edición.
ResponderEliminarMe paso a leer detenidamente tu post sobre Chloe (que ya he ojeado) y antes te doy las gracias por citar este blog.
Un abrazo.
La casserole rouge, veo que coincidimos en la apreciación de esta película. Seguramente Arriaga volverá a colaborar con Iñárritu en próximas acasiones. A los dos les conviene.
ResponderEliminarUn abrazo.
Iñárritu siempre ha hecho un cine preocupado por los dramas sociales, personales y existenciales. Biutiful sigue en esa línea pretendiendo conjugar con sensibilidad la tragedia interior y la exterior, la de vidas al límite, sucias, tristes y oscuras. Bardem está tan solvente como acostumbra, y no se puede negar que el director sabe cómo poner en imágenes una historia. El problema es esa misma historia, muy triste, sí, pero nada novedosa y escasamente atractiva. Larga, lentísima y soberanamente aburrida, acaba por no interesar en absoluto. Sólo cobra fuerza cuando el protagonista, viviendo en tiempo de descuento, busca su redención. Es duro condenar una película que denuncia la angustia y las condiciones míseras de tantos seres, pero esta película es un latazo insoportable.
ResponderEliminarOhhhhh!
ResponderEliminarNo queía leerte, pero lo he hecho.
De todos modos, iré a ver la peli.
Bardem es uno de mis actores (y hombres!) preferidos ;) y me gusta seguir su trabajo; además al estar ambientada en Barcelona, mi ciudad natal, es otro punto a favor de su visionado.
He vistos las tres películas que comentas del director y, aunque me gustaron todas, me quedo sin dudarlo con "21 gramos".
Te cuento después,
Amigo Scotty,, certifico plenamente lo que comentas acerca de esta peli...ayer fui a verla y francamente fue un exceso total...encima dura dos horas y media de angustia. Barden es muy bueno, pero agobia.
ResponderEliminarJoder con tus cartelitos...estuve a punto de decir el correcto (no, no es excusa) pero me pareció tan fuera de lugar que decidí no dejar ningún comentario. Otra vez será, si pones las cosas más fáciles.
Un abrazote.
Concuerdo plenamente. Iñarritu tiene todos los elementos para hacer una buena película (Rodrigo Prieto en la fotografía, Santaolalla en la música, Brocht en la dirección de arte), pero se empeña tanto en demostrar que es un artista independiente de Guillermo Arriaga, que termina por olvidar que sí necesita un guionista que estructure sus escenas. En cada secuencia se regodea en la pretensión, resultando en una cinta aburrida que lo deja bastante mal plantado como cineasta.
ResponderEliminarFran G. Lara, Totalmente de acuerdo con tu concisa (y precisa) apreciación de esta película. Tu comentario, en sí mismo, es una estupenda crítica de ella. Muy interesante.
ResponderEliminarTe espero más a menudo por aqui.
Un cordial saludo.
Querida r. esa Barcelona quizás no sea la que tú conoces. Por lo menos, espero que no la conozcas a fondo. No quiero que te tomes mis comentarios tan a pecho como para que, si te interesa de entrada ver esa película, no vayas a verla. Tus opiniones pueden no coincidir. Así que, léeme siempre, jejej...
ResponderEliminarYa me contarás que te ha parecido.
Un abrazo.
ANRO, cuando no soy muy complaciente con las películas y los cineastas que gustan tanto, me da cierto reparo parecer que voy de contestón. Pero luego compruebo que somos bastantes en ver las cosas más o menos de la misma forma.
ResponderEliminarLo de "los cartelitos" pues yo creo que hay que mojarse y no tener miedo a que, de no acertar, se cera alguien que un no es demasiado listillo. Esto es un juego. Como la caseta de tiro de una feria. Cuantos más disparos hagas, más posibilidades de darle al patito.
La próxima ves no te cortes ;)
Un abrazote.
Scotty, soy asiduo lector tuyo. Sólo que silente.
ResponderEliminarBurrougs, mi respuesta a Fra. G. Lara o a ANRO valen para tí. Tu comentario es una buen crítica a la película y me alegro que coincidamos en nuestra apreciación sobre ella.
ResponderEliminarAh, te invito a participar más en el juego del pedazo de cartel, de los fines de semana. Creo que es muy divertido y excitante.
Un cordial saludo.
Fran, creo que debes de opinar más a la vista de cómo lo haces. Aunque entiendo que no se tenga tiempo para escribir en otros blogs con la asiduoidad que uno quisiera...
ResponderEliminarNos leemos...
Scotty yo veo poco cine desde que quede sola pero me gusta mucho el actor del post ...buenas tardes y gracias por tus polabras en mi blog ...un beso alli estoy para abrirte la puerta
ResponderEliminarMarina
No es cuestión de tiempo. Creo que sólo debo decir algo cuando de verdad tengo algo que aportar.
ResponderEliminarMarina, creo que debes acudir de vez en cuando al cine, si te gusta. Puedes hacerlo con amistades e incluso, por qué no, sola. Yo no podría vivir sin leer y sin acudir a una sala de cine.
ResponderEliminarTus poesías son un mar de emoción y de sensibilidad. Las leo a menudo.
Un abeazo.
Fran, totalmente de acuerdo. Ya es un honor que te pases a leerme. Yo taambien te leo de vez en cuando, pequeño misántropo soñador ;)
ResponderEliminarNos leemos.
Efectivamente veo que tenemos puntos en común. Me ha gustado mucho tu crítica, aunque no creo que la película llegue a naufragar. Es cierto que es más emotiva (si cabe) que las otras tres, sin embargo no cae en la excesiva y ampulosa grandilocuencia de Babel y creo que eso termina manteniéndola a flote. Vivo en Barcelona buena parte del año y me gustó ver una representación de esta ciudad que me sorprendiera y no por ello dejara de ser verosímil.
ResponderEliminarTe seguiré leyendo. Me ha gustado tu blog.
Aprovecho de señalarte un pequeño detalle, sin ánimo de ser pedante, es sólo para que no quede así en tu texto: el realizador se llama Alejandro.
Hola, Mº José. Efectivamente, Babel cae en la ampulosidad, lo que la hace ligeramente pedante. Pero es una gran película que, a mí, me emocionó mucho más que Biutiful, que me acabó agobiando por saturación. La película está siendo acogida con diversidad de opiniones. Lo que sí creo es que, posiblemente, Bardem tenga otra nominación al Oscar.
ResponderEliminarYa he corregido mi despiste sobre el nombre de Iñárritu. Cosas así me pasan, no porque no lo sepa, pero soy un desastre en ese sentido. Y, además, me molesto poco en repasar y pasa lo que pasa... Gracias por hacérmlo ver.
Nos seguiremos leyendo....
Un abrazo.
Lo del oscar es de esperar, pero no le tengo mucha fe a la Académia de Hollywood la verdad. Por otra parte el hecho de que Bardem le hayan dado ex-aequo el premio de interpretación en Cannes me parece un insulto. He visto La Nostra Vita y la verdad es que tanto el filme como Elio Germano no están a la altura. (No es MAría José quien te ha estado escribiendo, soy Ignacio)
ResponderEliminarUn abrazo.
Vi la película -bueno, hace ya un mes, pero no me he prodigado mucho últimamente por aquí y no había comentado- y me cansó. Se me hizo larga, demasiado dura en las situaciones propuestas y con una Barcelona real, pero tan deprimente...
ResponderEliminarEl personaje de Bardem muy bien interpretado eso sí.
Cuando puedo, tranquilo que te leo :)
A mí me ha fascinado la fotografía, es un excelente trabajo, la actuación de Bardem también es sublime. No se me hizo larga, ni me aburrió, al contrario, disfruté cada detalle... un realismo mágico fotográfico que me hace recordar nostalgias noveleras.
ResponderEliminarUn saludo mi buen Scotty.