Antes de visionar la última película de Manoel de Oliveira, Belle Toujours (hablaré de ella en unos días), creo conveniente volver a ver Belle de Jour y poder tener así frescas todas las claves de la película para intentar entender las intenciones y los logros del director portugués afincado en Francia, cuando decidió comprobar, al realizar Belle toujours, qué hacía Sèverine cuatro décadas después. Por suerte, la copia de Belle de jour en VHS que hay en mis estanterías está en perfecto estado y puedo recrearme viéndola perfectamente relajado y satisfecho, disfrutando de una de las películas más polémicas del realizador de Calanda y, desde luego, la más exitosa (de público) de su carrera con distancia de las demás.
Belle de Jour es un Buñuel cien por cien en sus constantes temáticas (las marcas de la represión sexual, la transgresión a las normas impuestas por una cultura y una moral judeocristiana castrante y represora, las embestidas a una burguesía en vías de descomposición…) pero no lo es tanto en sus formas y con Belle de Jour Buñuel inaugura una etapa más convencional en lo narrativo, sin que ello suponga una merma en la corrosividad de sus mensajes ni en sus logros estilísticos o artísticos. Cualquiera que no haya visto su filmografía anterior puede decir que de convencional Belle de jour no tiene nada... y es verdad. Los toques surrealistas siguen presentes y la realidad y la fantasía se difuminan a menudo sin que acabemos por decidirnos qué es lo que estamos viendo en más de una ocasión. Sigue habiendo escenas enigmáticas que nos esforzamos en encontrarles significado.
Pero lo que impacta en Belle de jour es el retrato de una mujer dentro de otro retrato implícito, el de su entorno social (alta burguesía francesa) mostrado certeramente como propicio caldo de cultivo para el desarrollo de una personalidad tan degradada como la de Sèverine. La forma franca y ruda (Buñuel puede llegar a ser incluso brutal) con que se nos expone el proceso de perversión de esta mujer (en lo aparente, modelo ideal de lo que debe ser su comportamiento dentro de la clase social que representa, la alta burguesía francesa de aquéllos años.
Es comprensible la polémica y el impacto que la película tuvo en la Europa (en el mundo) de hace cuarenta años por las cosas que dice y con la mala leche con que las dice, pero no se entiende demasiado que su León de Oro en Venecia fuese tan discutido y cuestionado. O sí. Precisamente por esa evolución estilística de Buñuel (que ya siguió desarrollando en toda su posterior filmografía, óscar incluido), que pudo desconcertar a más de uno y, sobre todo, por las ampollas que debió levantar en ciertos sectores ideológicos, busgueses y católicos.
Nada nuevo tratándose de Buñuel, por cierto. Belle de Jour es una película tan perversa como la doble vida de su protagonista y de un erotismo tan turbador e inquietante que, sintiéndonos conmocionados por eso mismo en bastantes momentos de la película, llegamos a creer que tampoco nosotros somos trigo limpio en la materia. Buñuel pone el dedo en la llaga de nuestras debilidades más inconfesas, nos hace ruborizar y consigue que nos sintamos incómodos. La elección de Catherine Deneuve es otro golpe de gracia de la película.
Nadie como ella hubiera podido hacer una Séverine con un aspecto tan impoluto y distinguido, tan angelical en apariencia y tan pervertida y degradada en su traumática personalidad. Su trabajo en Repulsión debió abrirle las puertas para que, a través ella y no de otra actriz, Buñuel nos introdujera en el alucinante mundo de los lupanares de lujo parisinos de la época donde algunas damas distinguidísimas se convertían en prostitutas de día y, de noche, en ejemplares señoras representantes de el discreto encanto de la burguesía.
Sèverine no debía ser la única..
Calificación: ****
Si puedes no te pierdas "EL último guión" de Gaizka Urresti y Javier Espada, descubrirás un Buñuel diferente y cercano. Abrazos
ResponderEliminarHola Jose... en cuanto tenga la oportunidad la veo. A mi ciudad no ha llegado. Gracias por tu recomendación.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Scotty
BELLE DE JOUR,fué una película que me gustó en su tiempo y que vista hace poco todavía mantiene su encanto.Catherine está estupenda.Buen reportaje,Scotty.Saludos
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