.
Los problemas de salud hacía ya tiempo que habían acabado con su explosiva anatomía y quedaba ya muy lejana aquella década, la de los 50, donde reinó como una estrella comparable nada menos que a la mismísima Marylin Monroe.
Marylin Monroe, Jayne Mansfield y Diana Dors conformaron en los 50 el triunvirato de las rubias platinos fatales. Y las tres acabaron con un fatal destino. No estaría de más que algún guionista imaginativo las reuniera como personajes de leyenda en una película que podría titularse “La maldición de las rubias platino”, “Oxigenado fatal” o “Demasiado rubias para vivir mucho”.
Pese a que mis comentarios pudieran parecer sardónicos, no son malintencionados. Y en el caso concreto Diana Dors, será siempre, coincidiendo con el status otorgado por elección popular, mi tercera rubia predilecta. De la segunda, Jayne Mansfield, hablaremos muy pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario