21/8/12

50 años de… “LAWRENCE DE ARABIA”


Intimismo, espectáculo y épica: David Lean en plena forma.

La que es quizás la obra cumbre de David Lean se alzó con siete premios Oscar en el año 1962. Mejor película, mejor director, mejor banda sonora (Maurice Jarre), mejor fotografía (Freddie Young), mejor dirección artística y mejor montaje.


Se quedaron sin premio los nominados: Peter O´Toole (se lo llevó Gregory Peck por “Matar un ruiseñor”), Omar Shariff (lo ganó Ed Begley por “Dulce pájaro de juventud”) y mejor guión adaptado.


Con el paso de los años y las sucesivas reposiciones en las que tuvo metraje añadido, Lawrence de Arabia se ha convertido en una de las películas más aplaudidas de todos los tiempos.


Recordemos que gran parte de su metraje se rodó en España: en los desiertos de Almería y en Sevilla (Plaza de España)

Quién no ha visto y ha vibrado con las imágenes cargadas de épica y la música de Freddie Young viendo esta gran película.

13/8/12

Margaret Dumont

La dama más cortejada por Groucho
Margaret Dumont no fue una actriz habitual en las crónicas de las revistas de cine. Se entiende, ya que no era una gran belleza (no era una belleza cuando alcanzó la fama) y su mayor aportación al mundo de las películas la hizo al lado de los Hermanos Marx, en calidad de contrapunto a las barrabasadas de Groucho.


La misoginia del personaje (¿un trasunto de la del propio actor?) la hizo el blanco de las humillaciones y sevicias de un Groucho que encontró en ella un filón para desarrollar sus ocurrencias más sangrantes.

Ella estuvo a la altura. Aguantó carros y carretas nada menos que en siete películas en las que su personaje era siempre el de una dama madura, aristócrata o millonaria que, sin entender muy bien el maltrato de que era destinataria por parte de un Groucho liante y seductor, se dejaba humillar desconcertadamente complacida.
Su aportación al éxito de los Marx en el cine es impagable y el espectador siempre la consideró como de la familia. “Pobrecilla, si ni siquiera se entera cómo la trata de lo buena gente que es...” Por su parte, la Dumont estuvo siempre agradecida a Groucho por haberla hecho la cuarta (o la quinta, según se mire) hermana Marx.

Margaret Dumont nació en Brooklyn en el año 1882. Desde joven se dedicó al mundo de espectáculo como simple corista. Su vocación frustrada fue la de cantante de ópera, lo que puede suponerse cuando en más de una película de los Marx lanza sus gorgoritos dando argumentos al corrosivo Groucho para meterse con ella.


Su contacto con la familia Marx fue a raíz de ser contratada como chica de coro para la representación teatral The coconauts. Al ser llevada a la pantalla -Los cuatro cocos (1930)- Groucho Marx la exigió para darle la réplica y desde entonces fue habitual en sus películas.

Ella ya tenía alguna experiencia en el cine, pero había pasado desapercibida hasta entonces. Con los Marx rodaría después El conflicto de los Marx (1931), Sopa de ganso (1934), Una noche en la Opera (1936), Un día en las carreras (1937), Una tarde en el circo (1941) y Tienda de locos (1942).

Intervino después en una serie de películas en las que aparcó su elegante vis cómica (la ausencia de Groucho como contrapunto se hizo notar) de entre las cuales se estrenaron en España Seis destinos (1942), Rumbo a Oriente (1944), Escuela de sirenas (1944), Un pequeño fenómeno (1946) y ya dieciocho años después Ella y sus maridos (1964)

Murió en Hollywood el 6 de marzo de 1965. Siempre será recordada por su incondicional amor masoquista en los personajes que interpreto para el gran Grucho Marx.

5/8/12

Prometheus

Adónde vamos, de dónde venimos
Prometheus,  precuela de Alien, es una reflexión con aparente carga de profundidad sobre los orígenes de la especie humana lastrada por un evidente tufo reaccionario que, queriendo nadar y guardar la ropa, mezcla ciencia y religión dejando puertas abiertas para que el espectador concluya que una cosa no quita la otra y que Dios y Evolución son compatibles y posibles. Puede que sea una forma tan válida como otra de ver las cosas, pero Ridley Scott no es Stanley Kubrick.
Prometheus sermonea con ínfulas de trascender su discurso, pero carece de la complejidad argumentativa y de la sutileza expositiva de 2001: Odisea espacial. Semejante planteamiento le salió a Ridley Scott bastante más convincente en la magnética y apasionante Blade Runner, pero no olvidemos que en ésta las connotaciones metafísicas eran escasas y el pragmatismo filosófico se imponía, evitando encauzar conclusiones sobre la naturaleza divina de la Creación.
Además, en Prometheus el espectáculo se come al discurso. Han pasado treinta años desde Alien y de Blade Runner. Con ellas Ridley Scott sí que sorprendió y creó escuela al dotar a los efectos especiales de sentido, y sus naves galácticas, escenarios inter-espaciales, o paisajes terrenales futuristas, deudores de la obra seminal de Kubrick que ya hemos mencionado, sí que dejaban espacio a los personajes y a sus conflictos.
Aun no habían irrumpido en el cine los efectos especiales por ordenador de la forma arrolladora con que hoy se usan en las pantallas. Ellos son los verdaderos protagonistas de las películas de ciencia ficción de ahora. Pero, por los comentarios que pueden oírse a la salida del cine, o los que hacen los espectadores cuando hablan de una película de este género, parece que eso es lo que verdaderamente importa al público actual.
En este sentido Prometheus no decepciona y puedes quedarte con la boca abierta viendo cómo se te echan encima naves gigantescas, metralla , asteroides y demás elementos inherentes al género, pero Prometheus, pese a su impactante esqueleto, ofrece muy poca chicha. Bueno, permitiéndome una pequeña ironía diré que el personaje de Noomi Rapace ofrece la suya para infinidad de peripecias en las que es preñada, rajada y cosida, como si de una muñeca de goma se tratara sin que esto le impida una increíble hiperactividad.
En contraste, está el personaje que interpreta Michael Fassbender (¡que le corten la cabeza!, como diría la Reina de Corazones carrollniana) que, cuando se la cortan, sigue largando por su boquita de cabeza sin cuerpo las más transcendentales disquisiuciones sobre las cuestiones importantes del Universo y de la Vida. Para quien no lo sepa, Fassbender hace de mayordomo robot (muy original) que en ningún modo puede compararse a los fascinates androides de la gran Blade Runner.

Calificación: **