25/6/10

La vida empieza hoy


Mayores sin reparos

Cuesta mucho trabajo hacer objeciones a una película tan bien intencionada como La vida empieza hoy, que sería una absoluta rareza en cualquier cinematografía, pero que en la española es directamente un conmovedor ejercicio suicida, una osadía destinada sin remisión al fracaso de taquilla y un más que previsible blanco donde descargar todas las iras de los que despotrican contra los titiriteros subvencionados por el de la ceja. Nuestro dinero, tirado por los apesebrados del cine español. Las frases hechas más recurrentes para cierta prensa y para cierto sector de nuestra sociedad, siempre dispuestos a encontrar argumentos para meterse con nuetro cine, van a encontrar aquí cabida.

Veamos: Un puñado de abuelitos setentones descubren, gracias a un cursillo sobre sexualidad que imparte el centro de mayores que frecuentan, que todavía pueden sentir placer y practicar sexo con la misma intensidad y pasión que cuando fueron jóvenes. Naturalmente no es lo que espera de ellos ni su entorno familiar ni su entorno social. Ellos mismos se sorprenden al comprobar que todavía están vivos para cuestiones que ya tenían descartadas de sus vidas, principalmente, y como se acaba demostrando, simple y llanamente porque así está dispuesto por la fuerza de la tradición.

El tema, por sí mismo, no es mejor ni peor para conseguir hacer un cine atractivo y que interese a cualquier tipo de público, pero la verdad es que La vida empieza hoy aborda la puesta en escena y resuelve la realización de semejante argumento con una pobreza, no ya de medios, que también, sino de imaginación y recursos narrativos o estéticos que consigan hacer atractivos a los personajes y a sus particulares historias, haciéndolas digeribles para el espectador.

Advierto para suspicaces que no me refiero a hacer atractivos al físico de los actores, los cuales ya lo son en la medida de que todos tenemos nuestros encantos con independencia de edades o particularidades físicas. En este sentido, hay que alabar el desparpajo y desinhibición con que actúan ante la cámara en escenas que pudieran parecer incómodas para según qué edades.

Pero para qué todas estas divagaciones en las que me pierdo, si lo que pretendo decir es simple y llanamente que La vida empieza hoy es una película tan bienintencionada como fallida, que transcurre entre un decepcionante tono grisáceo, un quiero y no puedo que no llega a degradar totalmente la narración pero que no despega en absoluto y acaba interesando mínimamente. Todo en La vida empieza hoy es de una corrección frustrante. Historia y personajes están pidiendo a gritos más pasión y más osadía a la hora de describirlos. Laura Mañá parece tener miedo de pasarse y lo que hace es quedarse corta. Esa medianía contagia a todo los apartados de la película y ni los actores despuntan. Rosas María Sardá, Pilar Bardem, Mercedes Barranco, etc., actores y actrices tantas veces eficaces y hasta brillantes están aquí insignificantes.

Eso es: insignificante es la palabra que mejor cuadra a La vida empieza hoy. Una lástima, para una película que tenía posibilidades y que lo único que va a conseguir es dar argumentos a los que despotrican sobre el cine español acusándolo de anticomercial y aburrido. Lo siento de veras.

Calificación: **

18/6/10

Dorothy Dandridge

Carmen Negra

Vamos a recordar a una actriz algo olvidada hoy, pero que en los años cincuenta fue una de las estrellas más rutilantes del firmamento de Hollywood.


Dorothy Dandridge, por sus especiales características y circunstancias personales puede considerarse un punto y aparte y referencia ineludible a la hora de hablar de los actores de color en el cine norteamericano.


Dorothy Dandridge y Halle Berry

Tuvo el “honor” de ser la primera actriz negra a la que Hollywood se dignó nominar al Oscar a la mejor actriz principal en unos años en los que la segregación racial, pese a que ya empezada a dar los primeros síntomas de remisión, todavía imponía a los afroamericanos el papel de meros comparsas en el devenir de una sociedad fuertemente dominada por los prejuicios raciales.



Era el año 1954 Dorothy Dandridge se coló, para pasmo de muchos norteamericanos, en las nominaciones a la mejor actriz principal en una película en la que todos los personajes de la misma, y por lo tanto, todos los actores eran de raza negra. La película, pese a que gozó de cierta popularidad a partir de esa nominación no fue el gran éxito que se esperaba y no porque le faltaran cualidades. Los americanos no estaban por la labor de acudir a ver una película en la que sólo salieran negros en roles y comportamientos considerados patrimonio exclusivo de los blancos, pero Carmen Jones hizo que las cosas empezaran a cambiar. Carmen Jones, además, era una película cantada: un musical, vamos, aunque por motivos un tanto difíles de explicar, Dorothy fue doblada... Es verdad que antes que Dorothy hubo otra actriz de color que fue nominada al Oscar, pero lo fue en un papel secundario. Recordemos a Hattie McDaniel y a su entrañable Mammy de Lo que el viento se llevó.



Carmen Jones fue la película que abrió el camino a la “normalización” de los actores de raza negra en el cine de Hollywood y después de ella el goteo de actores y actrices de color en cometidos importantes en películas importantes ya no cesó hasta lograr que dejara de cuestionarse que hicieran protagonistas absolutos. Dorothy Dandridge no obtuvo el Oscar, como estaba previsto que no lo obtuviera, que fue a parar a manos de Grace Kelly por La angustia de vivir. Evidentemente, las diametralmente opuestas características de una y otra actriz pueden llevar a pensar en qué estaban pensando los señores académicos a la hora de a qué actriz dar el voto.



Pero que no ganara el Oscar es lo de menos. Lo importante es que consiguió abrir la brecha tras la que se colarían de inmediato y ya sin posibilidad de marcha atrás tantos y tantos actores y actrices de color a los que se les fueron confiando protagonistas. No hay que olvidar que en Carmen Jones actuaba también un cantante de gran popularidad que también hacía cine, si bien es verdad que en el campo de la música los negros siempre lo tuvieron fácil a la hora de triunfar. Harry Belafonte fue un convincente don José, militar de color que tiene la mala suerte de fijarse en una empleada de su raza que trabaja en una fábrica, no de tabaco sino de… paracaídas.



Por si alguien no ha caído en la cuenta, o no lo sabía de antemano, o no lo había deducido por el título de la película, Carmen Jones es una versión de la Carmen de Próspero Merimé adaptada a los años cincuenta y con los personajes ubicados en una base aérea norteamericana. Más que en la de Merimé, Carmen Jones se inspira en la Carmen de Bizeth. Más concretamente en un musical que se representó en Broadway diez años antes y que llamó la atención del gran Otto Preminger que se decidió a adaptarla al cine y haciéndolo con la solvencia que caracterizaba al director de tantas y tantas obras maestras de las que no vamos a hacer cita aquí de ninguna, por obvias y conocidas.

Pero estamos hablando de Dorothy Dandridge y será mejor que recordemos que esta actriz comenzó en el mundo del espectáculo siendo una niña. Con sólo nueve añitos ya trabajaba formando un dúo con su hermana, cantando en locales de mala muerte donde por lo menos permitían artistas de color. Algo más creciditas sus padres, también artistas, se instalaron en Nueva York donde las chicas comenzaron a despuntar y consiguieron actuaciones nada menos que en el mítico local Cotton Club, local que serviría de inspiración y de título para una posterior película de Francis Ford Coppola.

Dorothy compaginaba su trabajo de cantante de tercera con algunas apariciones en la gran pantalla en las que no llegaba mucho más que a mera figurante, hasta que consiguió un pequeño papelito en Un día en las carreras, junto a los Hermanos Marx. A partir de ahí todo su trabajo se limitó a apariciones episódicas o muy secundarias en las que casi siempre se la veía cantando en un escenario de alguna sala de fiestas tan frecuentes a la acción de las películas que se rodaban en los cuarenta.

Así, pudo verse en películas como Cuando Muere el día (1941), de Hennry Hattaway o Desde que te fuiste (1944) de John Cronwell. Cuando Otto Preminger le ofreció Carmen Jones le abrió todo un mundo con el que siempre había soñado. Después de Carmen Jones pueden citarse como grandes éxitos de Dorothy Dandridge, Porgy and Bess, también de Preminger, y Una isla la sol de Robert Rossen.
Desgraciadamente acabó cayendo en el mundo de las drogas y en problemas personales todo tipo lo que la llevó a una gran depresión. Con sólo 43 años, en 1965 fue encontrada sin vida en el lecho de su casa víctima de una sobredosis. Como en el caso de Marilyn Monroe, no se pudo determinar si se trató de un hecho accidental o de u suicidio.





Se dice que el declive de Dorothy Dandridge se precipitó al ser descartada del rodaje de Cleopatra, de Joseph Mankiewicz, cuando ya llevaba rodado buena parte del metraje y la sustituyeron por Elizabeth Taylor. Recordemos que Cleopatra se empezó a rodar con un equipo absolutamente diferente y que el propio Mankiewicz sustituyó también al director original, Robert Maomulian.

En 1999 Halle Berry interpretó a Dorothy Dandridge en una TV Movie biográfica, por la que consiguió un Globo de Oro. Halle Berry no se olvidó de hacer un panegírico emocionado sobre la Dandridge cuando recogió su Oscar por Monster’s Ball, recalcando que gracias a Dorothy los artistas de color consiguieron abrirse camino a la normalización en el mundo del cine y que. gracias a ella, la propia Halle Berry consiguió el primer Oscar a una actriz de color.

Conviene recordar que antes de Halle Berry, un actor ya lo había conseguido en 1967 con la película Los lirios del valle. por cierto, compañero de Dandridge en Porgy and Bess: ablamos de Sidney Poitier, que en el 2001 recibió otro Oscar, esta vez honorifico.


Halle Berry es Dorothy Dandridge


Desde aquí queremos dedicar un sentido homenaje a Dorothy Dandridge, no sólo por sus maravillosos, aunque desgraciadamente escasos personajes, con los que consiguió emocionarnos. Sino también por haber contribuido de forma tan peculiar a universalizar un mito tan nuestro, tan español, como es Carmen. Dorothy, gracias a la magia del cine, los aficionados te recordaremos para siempre, generación tras generación, tal como diría Marcel Camus, como la Carmen Negra.

13/6/10

El retrato de Dorian Gray

Los excesos se pagan

"Éste soy yo, o yo soy ese..."

El retrato de Dorian Gray es una decepcionante versión cinematográfica de la novela más famosa de Oscar Wilde, firmada nada menos que por Oliver Parker, director del que podía esperarse muchísimo más si tenemos en cuenta que ya había rodado con resultados más que estimulantes sendas obras del mismo escritor, Un marido ideal y La importancia de llamarse Ernesto.

Se veía venir: con el tiempo, el cine haría que Dorian Gray acabara tirándose hasta a su propio retratista.

El retrato de Dorian Gray es una película que navega entre el drama existencialista con moraleja aleccionadora, mas algunos toques críticos con la sociedad victoriana anglosajona de finales del XIX y principios del XX (cuestiones afines al original literario), y el género pseudo gótico/fantástico que tanto se lleva últimamente. Oliver Parker se decanta lamentablemente por lo último, desbaratando así la esencia y el contenido de la obra wildeana.

Dorian apunto de ceder a los consejos de su particular Mefistóteles.

Es lo mismo que pasa con, por ejemplo las recientes versiones de El hombre lobo (Joe Joston), Van Helsing (Stephen Sommers) o Sherlock Holmes (Guy Ritchie), donde en todas se banaliza con los originales y se da protagonismo a la pirotecnia y a los efectos de todo tipo, vengan o no a cuento. Es lo que menos me esperaba de Oliver Parker pero, por desgracia, con El retrato de Dorian Gray acaba sucumbiendo a los reclamos más facilones y trillados y se aliena con el cine que banaliza obras maestras mirando antes a la taquilla que a la creatividad.

Cartel revelador de por dónde van los tiros de esta versión del personaje.

Especialmente desacertado me parece el tratamiento dado a las secuencias del proceso de degradación del retrato de Dorian, donde se desprecia la sugerencia inquietante y la ambigüedad perturbadora del original, y se opta por visualizar a una especie de monstruo revivido que actúa como cualquiera de los bichejos de tantas y tantas películas del nuevo fantástico, abriendo fauces amenazadoras, enseñando dientes y colmillos, intentando atrapara a quien se ponga a tiro sin llegar a conseguirlo por milésimas de segundo al tiempo que suelta todo tipo de rugidos.

Hurd Hartfield es hasta ahora el mejor Dorian Gray

La película está a años luz de la versión que en el año 1945 realizó Albert Lewin (que he tenido el placer de ver hace muy poquito tiempo) y donde los personajes estaban muchísimo mejor servidos por los actores Hurd Hartfield y George Sanders en los papeles que hacen aquí Ben Barnes y Colin Firth.

Helmunt Berger, el Dorian Gray de los 70

En 1970 también se perpetró otro desaguisado a esta fantástica (en todos los sentidos) novela de Oscar Wilde. El erotómano y bizarro Gerard Dallamano dirigió al actor predilecto de Visconti (en todos los sentidos), el “guapo” Helmunt Berger, que hizo un Dorian Gray absolutamente lamentable.

Calificación: *

6/6/10

Two lovers

Abordar un comentario sobre Two Lovers sin conocer la obra previa del director y habiendo ido a verla con la mejor predisposición en base a los encendidos elogios que me llegan desde distintos frentes, me hace harto difícil ser objetivo desde la más absoluta independencia de criterio. Bien es verdad que me he resistido a leer detalladamente cualquier crítica en los medios, pero es imposible no fijarse en los titulares o en las frases remarcadas que se usan fuera del texto para ilustrar sobre el contenido de la crítica.
Two Lovers ha cosechado un importante éxito crítico, sí, pero creo que no tanto de público. No me extraña si tenemos en cuenta que es una película que se atiene escrupulosamente al clasicismo narrativo de los grandes maestros del melodrama o de la comedia romántica (Two lovers es un híbrido de ambos géneros) y desprecia cualquier tentación de “modernidad” a la hora de contar su historia, pero, pese a que estemos ante una película interesante, en mi opinión está a años luz de un Douglas Sirk o de un Luchino Visconti. La cita de éste último no es gratuita...

Two lovers es una buena película que no obstante adolece de un cansino tono doliente que acaba haciendo mella en el espectador medio, que necesita algo más acción o de ritmo para no desentenderse de la historia que le cuentan, agotado de tanta introspección psicológica. James Gray no es tampoco el Martin Scorsese de, por ejemplo, Alicia ya no vive aquí. Two lovers está narrada con propiedad pero la reiteración y el estancamiento en una historia que avanza a pasos muy cortos y tomándose algún que otro descansito autoral, consiguen que a media película estemos esperando la palabra fin moviéndonos impacientes en la butaca. Quizás fuera más correcto que hablara en singular, pues parece ser que la película ha entusiasmado a más de un espectador y a más de un crítico.

Two lovers se inspira, efectivamente, en un relato corto de Fedor Dostoyevski titulado Noches blancas/Las noches blancas de San Petersburgo y si me he dado cuenta de ello es por haberlo oído y también porque hace pocos meses he tenido el gran placer de que cayera en mis manos el dvd de la adaptación que en los años cincuenta hizo de dicho relato el gran Luchino Visconti. De lo contrario, no hubiera relacionado, para nada, película y relato pues nada se dice de ello en los créditos. Y comparar el trabajo de James Gray con el de Luchino Visconti le hace un muy flaco favor al primero. Por cierto, en este modesto blog podemos leer el comentario precipitado que le diqué a las Noches blancas de Visconti.
Un joven que ya pasa la treintena (Joaquín Phoenix) que padece un trastorno bipolar, según se nos explica en el prólogo en unas secuencias meramente de presentación de personaje y conflicto-, acaba teniendo que escoger entre una mujer dulce y comprensiva a la que la familia y las circunstancias le pone en bandeja (Vinessa Saw), y una vecina con graves problemas de estabilidad emocional. La atractiva vecina (Gwyeth Paltrow), con la que el personaje se identifica y tiene más afinidades acabará poniéndole ante una disyuntiva que le va a sacudir su hastiada vida con resultados que el personaje no preveía pero que el espectador ve venir desde el principio. La ambigua decisión del protagonista, entre egoísta y cobarde, es uno de los puntos más interesantes de la historia.


El virtuosismo y la sensibilidad de la realización es pareja a la solvencia de los intérpretes y podemos decir que estamos ante una película plena de emociones y sugerencias que podrán hacer flipar a muchos, pero que a algunos nos va a perecer en excesivo mecánica. Un ejercicio de buen cine al que se le ve el andamiaje, lo que le resta veracidad, emotividad, verdad, que consigue que estemos pensando en lo bien que dirige Gray y en lo fantásticos que son los intérpretes, pero la historia nos aparece un tanto impostada. Y si en una película no ves “sólo” historia y personajes, algo no va bien.

Two lovers me hubiera inspirado un comentario menos puntilloso si no hubiera llegado a ella convencido de que me iba a encontrar con sus maravillosos logros, que es lo que había captado por ahí que opinaban opinadores de gran solvencia. Bueno, pues yo quiero ser independiente y decir que Two lovers me ha resultado un tanto cargante, algo cansina y que en verdad no hay para tanto.

Calificación: **


2/6/10

El Capitán Trueno

Trueno siempre dispuesto a defender "a capa y espada" a su amada nórdica.

Parece que la adaptación cinematográfica de El Capitán Trueno va a ser por fin una realidad. Según las últimas noticias, confirmadas por el entorno del complejo cinematográfico Ciudad de la Luz, el rodaje de El Capitán Trueno y el Santo Grial dará su primera vuelta de manivela a finales de Julio o primeros de Agosto próximos.

Echamos en falta quién va a interpretar a Crispín.

Es algo de lo que nos congratulamos todos los seguidores del mítico cómic valenciano, que desde siempre hemos soñado con ver a nuestro héroe en la gran pantalla y a todo color.


No sólo va a ser así, sino que, además, el cine español inaugura con esta película el nuevo sistema 3D en una producción de ficción con ínfulas de acontecimiento internacional.


Los personajes de Víctor Mora, que tan bien supo interpretar con sus plumillas Ambros, seudónimo del gran dibujante Miguel Ambrosio Zaragoza, van a ser animados en imágenes con todas las garantías para conseguir la más digna plasmación a la gran pantalla.Después de varios años en que el ambicioso proyecto ha ido dando tumbos y apareciendo y desapareciendo de los noticiarios cual un Guadiana de cine cualquiera, el rodaje va a ser ya una realidad.


La Pataky es sin duda una buena elección para Sigrid.

El director elegido para dar movimiento a los personajes del que es sin duda el cómic español más leído de toda la historia, ha sido Antonio Hernández, del que cabe esperar un trabajo en consonancia con el proyecto, si nos fijamos en películas suyas tan potentes como Lisboa, En la ciudad sin límites o Los Borgia, con la que, en cierto modo, El Capitán Trueno y el Santo Grial puede tener afinidades.

Sergi seguro que estará estupendo, pero yo me hubiera inclinado por Javier Bardem

El reparto se anuncia por fin cerrado. Después de hablarse de que Trueno sería encarnado por Álex González, actor principalmente conocido en televisión, pero que ya llamó poderosamente la atención en el cine por su trabajo en Segundo asalto, con la que consiguió varios premios, el papel ha ido a parar a Sergio Peris-Mencheta.

Los tres personajes fundamentales del cómic: Sigrid, Trueno y Goliat.

El actor ya intervino en Los Borgia, por lo que se presume que las cosas van a resultar fáciles para Antonio Hernández a la hora de dirigirlo.


Peris-Mencheta en Los Borgia.

Todos sabemos que el personaje de Sigrid no ha sufrido alteraciones desde que se anunció el proyecto por primera vez y que Elsa Pataky fue siempre la elegida sin discusión.


Bueno...

Goliat va a ser interpretado por el atleta lanzador de peso Manolo Martínez, elegido después de demostrar sus cualidades interpretativas en la sugerente Estigmas, del alicantino Adán Aliaga.



Dibujo apócrifo y pseudoerótico de Sigrid, adecuado a una foto de Elsa Pataky

No sabemos a quién le tocará interpretar al joven escudero de Trueno, Crispín, algo que me sorprende, ya que es un personaje fundamental en el cómic. Esto hace presumir que en la película puede quedar reducido a muy poca cosa, lo que sería realmente decepcionante para los que conocemos y amamos las historietas de Trueno .


¿Hubiera sido Álex González mejor opción que Peris-Mencheta?. No creo...

Se anuncia una rival para Sigrid. La va a interpretar Natasha Yarovenko recientemente vista en Habitación en Roma, película de la que hago comentario más abajo.


Manolo Martínez parece una opción fantástica.

La fotografía, algo que considero fundamental para dar a El Capitán Trueno el estilo y la estética de aventura medieval que tan bien se consiguió en el cómic, correrá a cargo de Javier Salmones, del que podemos recordar, por ejemplo, su magnífica exposición de la Galicia rural de los años 30 en La lengua de las mariposas.


Natasha Yarovenko no creo que pueda con la Pataky.

Esperemos que por fin sea la definitiva, y El Capitán Trueno y el Santo Grial acabe siendo la película que sobre el personaje y sus aventuras hemos estado esperando y soñando durante años, todos los seguidores del cómic español más famoso. Y el más querido en España y fuera de España.