Lee Remick en España: En nuestro país rodó una cosa llamada "Hard contract", junto James Coburn que no llegó a estrenarse aquí. (Arriba, con el Peñón de Gibraltar al fondo).
De ella se quiso hacer la sustituta de Marylin Monroe (otra más), pero su fuerte personalidad se impuso y no se dejó deslumbrar por el estrellato.
Se centró en papeles quizás poco glamourosos pero donde pudo demostrar sus notables cualidades para el drama.
Nacida en el año 1935 en la ciudad de Quinzy (Massachusetts), recibió clases de danza desde muy pequeña y ya en su adolescencia se interesó por la interpretación.
Tras varias representaciones teatrales en las que logró llamar la atención de la crítica local, se trasladó a Los Ángeles donde fue admitida en el Actor's Studio formándose bajo la supervisión de Lee Strasberg.
Su debut en Un rostros en la multitud (1957) bajo la dirección de Elia Kazan, fue un bombazo.
En esa película era una manipuladora majorette que trastoca la vida de las personas de su entorno movida por inconfesables ambiciones.
Según contaba, para preparse el papel se pasaba horas y horas en el jardín de la casa de sus padres practicando con el bastón y, desde luego, en la película destacó desfilando ante el conjunto de las verdaderas majjorettes que le hicieron el coro.
Su siguiente película fue El largo y cálido verano (1958) de Martin Ritt, en la compartió cartel con Paul Newman y Joaanne Woodward. En esta película Newman y Woodward se conocieron, iniciando una relación que duró de por vida.
En El largo y cálido verano hacía un papel diametralmente opuesto al de su debut ya que era una respetable ama de casa sureña que, no obstante despliega un erotismo felino y una gran astucia para crear tensiones eróticas en su entorno masculino.
Este papel le abriría las puertas para el seductor personaje de su siguiente trabajo, Anatomía de un asesinato, (1959) la gran película de Otto Preminger.
En Anatomía de un asesinato es la sensual y provocativa esposa de un militar que dice haber sido violada por un tabernero. Es una de las mejores películas “de juicios” jamás filmadas y cuenta con uno de los trabajos mas portentosos de James Sewart.
Ese mismo año rodó Duelo en el barro, de Henry Hattaway, junto a Don Murray y Richard Egan. Era un western crepuscular y shakespeariano que hoy está considerado una película de culto.
Lee remick era más bien bajita y no se puede decir que fuera exactamente guapa, pero poseía unos bellos ojos azules de mirada penetrante que insuflaba un erotismo dulce o agresivo, según conviniera al personaje.
En su siguiente trabajo, Río Salvaje (1961), de Elia Kazan, es una campesina que tiene que luchar contra los elementos y contra las autoridades del lugar por la conservación de su tierras, amenazas por la construcción de una presa. Su compañero de reparto fue nada menos que Montgomery Cliff.
A continuación rueda con el británico Tony Richarson Réquiem por una mujer (1961), una película que pasó sin pena ni gloria basada en William Faulkner. En ella es una rica heredera que, contra todo pronóstico, defiende a su sirvienta negra, acusada de haber asesinado a su propio hijo.
En su siguiente trabajo, Chantaje contra una mujer (1962) es la empleada de un banco que es sometida a un acoso implacable por un misterioso personaje que le hace chantaje, a costa de su hermana menor, con la intención de que se haga cómplice del atraco a la entidad en la que trabaja.
La película es un sensacional thriller rodado por un imprevisto Blake Edwards, hasta entonces especialista en comedias,, que realiza aquí todo un ejercicio de estilo creando un insoportable suspense, demostrando su capacidad para todo tipo de géneros.
Inmediatamente después rueda su trabajo más reconocido y por el que consiguió una nominación al Oscar, Días de vino y rosas (1962) dirigida de nuevo por Blake Edwards, esta vez abordando el género dramático con tanta solvencia como la demostrada para el suspense en en su película anterior..
En Días de vino y rosas Lee Remick una típica ama de casa que es arrastrada al alcoholismo por su propio marido, Jack Lemmon. Los dos consiguieron sendas nominaciones al Oscar.
La película fue considerada una de las diez mejores de la década al igual que la actuación de sus dos intérpretes. Con esta película también consiguió el premio a la mejor actriz en el Festival de San Sebastián de ese año.
Sin embargo su carrera no siguió esa posición ascendente y éste puede ser considerado el zénit de la misma. Tuvo que esperar hasta 1968 para conseguir un papel a la altura de sus cualidades, en el que es una esposa ninfómana en El detective.
El detective es un gran film policiaco dirigido Gordon Douglas y el detective era nada menos que Frank Sinatra en una de sus mejores actuaciones como actor.
Su carrera no remontaría, aunque tuvo un relativo resurgir cuando hizo de la madre del mismísimo Lucifer en una película fundamental sobre el personaje, La profecía.
Sus siguientes trabajos son ya de una mediocridad que no merecen ser reseñados. Si acaso citar Los europeos (1979) de James Ivory, sobre la famosa novela corta de Henry James.
Murió en 1991 en Los Ángeles, donde residía, víctima de un cáncer, después de haber desarrollado en la última etapa de su vida una larga y fructífera carrera en la televisión, medio en el que había hecho sus pinitos antes de debutar en el cine.