29/4/11

Pierrot el loco (Pedazo de Cartel XXVII)

Cartel Fin de Semana

¿Al cartel de qué película pertenece este "pedazo de cartel"?


Pista UNO:
Enseñar español no me garantiza el trabajo.

Pista DOS: Los niños, con su madre. Me llevo a la niñera.

Pista TRES: Vale que me llamen "listo", "carablanca"... "payaso". ¡Pero no me gusta que se dude de mi equilibrio mental!

******************************
Enhorabuena a: Athena, Cine Club Hexágono-Nájera, Ciexim, Agrimensor, David, Robin, Ricard, Anelva.

Para ver el vídeo parar el MixPod

27/4/11

Christopher Lee

Drácula forever

Christopher Lee está considerado por gran parte del publico y de la crítica como el mejor actor que ha encarnado a Drácula. Opiniones aparte, no puede negarse que gracias a este personaje su nombre está inscrito en letras de oro en la historia del cine.

Nacido en Londres en 1922, Christopher Lee procedía de una familia aristocrática (es hijo de una condesa y de un teniente coronel del ejército británico) pero eso no fue obstáculo para que abandonara todo el boato de su condición social y se integrara en la vida bohemia del mundo del teatro y del cine.

Chistopher Lee comenzó a estudiar interpretación desde muy joven en contra de la opinión de familiares ,amigos y profesores. Todos le aconsejaban que no perdiera el tiempo y se dedicara a otros menesteres.

Le argumentaban que, debido a su elevada estatura (1,94 cm) y a su extremada delgadez, no iba a encontrar muchos personajes dadas sus peculiares características. Por contra, esa corpulencia fue su pasaporte a la fama, a los personajes que le darían la gloria.

Su tenacidad y la inquebrantable confianza en sí mismo dieron sus frutos cuando, tras las pertinentes pruebas de casting, fue contratado por la productora inglesa Rank que lo hizo debutar en el año 1948 en una película que en España se llamó La extraña cita, dirigida por el director que años después iniciaría la la saga 007, Terence Young.

Era un papel pequeñito en una película de corte fantástico que ya auguraba en qué género se movería el actor, para el cual demostraría años después estar especialmente dotado.

Tuvieron que pasar todavía nueve años para que le llegara su gran oportunidad, cuando , a falta de papeles mínimamente interesantes, estaba a punto de tirar la toalla y dedicarse a otra cosa.

En 1957 la productora británica Hammer decidió hacer un remake de un clásico del cine de terror de los años treinta, la famosa Frankenstein, y se fijó en el actor para encarnar al monstruo que ya le había dado la fama a su primer protagonista, Boris Karloff.

Naturalmente lo que vieron en él fue principalmente ese físico tan peculiar, en especial su elevada altura, y le confiaron el personaje.

No parecían confiar mucho en sus cualidades, pero al fin y al cabo se pasaba casi toda la película cargado de maquillaje y sólo se le exigía su corpulencia y casi una única expresión como todo registro.

La película se tituló La maldición de Frankenstein, e inauguró una nueva etapa de gloria para el cine de terror.
Sirvió también como germen de una mítica productora que produciría títulos inolvidables, dignificando un género que por entonces andaba de capa caída.

Los tres puntales del futuro éxito de la productora serían precisamente los tres puntales de La maldición de Frankenstein, el director Terence Fisher, y sus dos actores principales, Peter Cushing y Christopher Lee.

En 1950, Lee se traslada a Hollywood en busca de otras oportunidades tras haber rodado solo tres película, como secundario, en la Rank.

Pero en los Estados unidos la cosa no mejoraría sustancialmente y sus trabajos fueron casi siempre testimoniales en producciones más o menos importantes en las que él apenas contaba.

El hidalgo de los mares (1950) de Raoul Walsh, El temible burlón (1952) de Robert Siodmak, La princesa de Ëboli (1955) de Terence Young, Tempestad sobre el Nilo (1956) de Zoltan Korda, etc. lo mantuvieron ocupado pero sin que ocurriera nada con su carrera. Sus personajes eran siempre prescindibles y olvidables.

El bombazo llegó cuando, tras el éxito de La maldición de Frankestein, la Hammer decide resucitar otro clásico del terror de los años treinta y le confía el personaje principal de una nueva versión de Drácula.

Realizada por el mismo equipo de La maldición de Frankestein el nuevo Drácula (1958) es un éxito sin precedentes. y la Hammer decide dedicarse por entero al género.

El personaje marcaría su carrera hasta el punto de que su nombre y sus rostro es el más citado cuando el público y la crítica son requeridos en las encuestas para elegir el actor que mejor ha encarnado a Drácula.

En realidad, su carrera empezaba ahí, en la Hammer, pues hasta entonces había pasado bastante desapercibido en películas donde el protagonismo lo acaparaban otros.

Quitarse de encima al personaje de Bram Stoker fue otro de sus retos. Lo consiguió a medias. A lo largo de sus más de cien películas rodadas, la sombra de Drácula planeó siempre por todas sus interpretaciones.

Recopilar su filmografía resultaría una tarea casi imposible, por lo que dejamos al lector libre para ubicarlo en según qué películas lo recuerde, que serán, desde luego muchísimas. En la actualidad sigue trabajando a pesar de haber cumplido ya los 89 años.

25/4/11

Scream 4


Vigila quién apuñala

Quince años después de Scream (Vigila quién llama), Wes Craven retoma a los personajes supervivientes de la masacre de Woodsboro y los sitúa en el mismo escenario de la primera. La excusa es la publicación de un libro sobre la traumática experiencia vivida por Sidney (Neve Campbell), que vuelve a la ciudad para presentarlo a bombo y platillo ante sus paisanos y ex compañeros de instituto.



La historia vuelve a repetirse casi punto por punto, ahora con nuevos personajes acompañando a los que pudieron contarlo en la primera aventura de la serie. Naturalmente con tres lustros encima, estos supervivientes ya no son los mismos que fueron. No importa, pues tienen el relevo en la nueva generación de alumnos del instituto.


Todo lo que puede esperarse de una película de estas características, lo encontramos en Scream 4, aunque, afortunadamente, sin el habitual deterioro que arrastran este tipo de secuelas. Scream 4 conserva algunos de los aspectos más interesantes de la primera parte (aclaro ya que no he visto las otras dos) y, además, aporta un interés añadido: cierto sentido del humor y un obsesivo empeño por aportar referencias y citas cinéfilas procedentes del género.


La mayoría de las veces esas referencias resultas impostadas pero hay las suficientes alusiones a películas y autores que aportan cierto atractivo para el aficionado. Sidney se encuentra en su antiguo instituto a un grupo de alumnos cinéfilos que han montado un cine club. Esto va a jugar un papel determinante en la trama de la película.


El afán de mimetismo con la primera entrega es evidente en el arranque de Screan 4, que repite el mismo recurso para hacer entrar en boca al espectador. De nuevo, el prólogo vuelve a ser una pequeña películita con autonomía propia dentro de la película. Esta vez, en lugar del acoso a una chica sola en una casa aislada en medio de la noche (en la primera Drew Barrymore), son dos las que se las tienen que ver con el “carafantasma” de las puñaladas. Y esta pequeña aventura de aperitivo, nos guarda una pequeña sorpresa.


El “dos por el precio de uno” no consigue igualar a aquél sensacional prólogo de la primera entrega, pero cumple correctamente con su función. Y, también, el dos por el precio de uno se repite en el caso del acosador, que ahora se duplica también. Ghostface (el nuevo Ghostface) tiene esta vez ayuda y no actúa solo.


Hay ciertas novedades en las características del nuevo Ghostface, y en sus patologías y motivaciones podemos encontrar una forma de acusación a las nuevas tendencias de las actuales generaciones que parecen anteponer el éxito y la fama a cualquier otra cosa, a costa de cualquier precio y de cualquier manera. Twitter, Facebook, vidojuegos, móviles... son las nuevas herramientas con que los jóvenes se interrelacionan. Una parte de ellos no puede superar las influencias alienantes y hasta destructivas de los nuevos medios de comunicación, de las modernas redes sociales.


Screan 4, dentro de su aparente mediocridad formal, mantiene el tipo y aporta suculentas anotaciones sobre los tiempos actuales y sobre las nuevas generaciones, formadas e informadas por las nuevas tecnologías.


Todo ello dentro del típico espectáculo de acosos y puñaladas, muchas puñaladas para justificar otra vez el por qué la serie se llama precisamente Scream. Los aficionados a las formas más elementales del género tendrán amplia satisfacciones y, los más exigentes, encontrarán las suficientes referencias para creerse un poquito más inteligentes y preparados para entender los abundantes guiños cinéfilos que la película ofrece sobre el género.


Comprobar las huellas del paso del tiempo sobre los actores y y sobre los personajes (Neve Campbell, David Arquette, o Courteney Cox), además de lamentar íntimamente el insignificante peso en los repartos que tiene en la actualidad la oscarizada niña de El piano, Anna Paquin, puede ser otro de los alicientes más o menos cotillas o nostálgicos que nos puede motivar a la hora de decidirnos a ver Scream 4.

Calificación: **

22/4/11

Calle Mayor (Pedazo de Cartel XXVI)

Cartel Fin de Semana
¿Al cartel de qué película pertenece este "pedazo de cartel"?
****************************************
Pista UNO: Aquí nunca pasa nada. ¡Qué aburrimiento!
Pista DOS: Gastar bromas a la gente puede ser una salida.
Pista TRES: En qué lío me he metido por contentar a estos "inútiles".
***************************************

Enhorabuena a: Ricard, David, Cinexim, Luis M. Álvarez, Jesús del Val, Diego Fernández,Athena, Cine Club Hexágono-Nájera, Robin, Anelva, Marguis, MucipA, Lughnasad.

Para ver el vídeo parar el MixPod

19/4/11

Jesucristo en el cine




Para estar a tono con estas fechas, creo oportuno hacer un breve inventario, nada exhaustivo, a los carteles del cine religioso. Más concretamente, al cine que, de forma directa o indirecta, aborda la vida de Jesús.



Principalmente al que utiliza la Pasión de Cristo como eje central, o con una fuerte importancia dentro de la historia que se cuenta.



Es, sin duda ninguna, uno de los temas, si no el que más, a los que el cine ha recurrido a lo largo de su historia para atraer al publico y emocionarlo.



La Pasión y Muerte de Jesucristo ha si una cuestión que ha interesado a todas las culturas, a todas las religiones, a todos los pueblos.



Se sea creyente o no, de Oriente o de Occidente, cristiano o islamita, todos estaremos de acuerdo en que Jesucristo y su paso por la tierra marcó la historia del la humanidad en un ante y un después.



El cine convirtió la historia de Jesús en espectáculo, en tema de reflexión, también.







Alguna vez el cine hizo humor con su tragedia. No fue un juego irreverente. Fue simplemente una broma que lo tomó como modelo.




El cine también cantó su gesta. Lo hizo sin recurrir a los cánticos religiosos al uso. Acercó su figura y su mensaje a los jóvenes airados de una generación que no quería mirar atras con ira.



Y nos enseñó con imágenes fascinantes, magnificadas, realistas o hiperrealistas cómo fue su particularismo calvario.





En cada una de estas películas aprendimos algo nuevo, diferente, o vimos lo que ya todos sabíamos según nos habían enseñado de niño.



Muchas veces esas enseñanzas fueron modificadas por nuestro raciocinio al convertirnos en adultos. Pero siempre nos apasionó su historia.



El cine que tanto amamos nos influenció sin duda ninguna de una forma determinante a la hora de sacar nuestras propias conclusiones sobre acontecimiento tan magnífico.







Todos tenemos, gracias al cine, nuestro particular imaginario de la que es la historia más grande jamás contada, según el feliz título de una de las películas que abordan la vida de Jesús.




Estos carteles son un pequeño homenaje, muy insignificante, pero sentido y respetuoso con la figura del Hombre que cambió el mundo.



El cine, en fin, regaló las imágenes de su época en una y mil historias de los tiempos de Cristo.