Abandonado el proyecto de rodar Pompeya en Alicante cuando ya estaba bastante adelantado, Roman Polanski (director) y Robert Harris (escritor/guionista) decidieron no romper la relación de empatía laboral iniciada y se embarcaron de inmediato en una nueva aventura que sí han logrado llevar a buen puerto. Y aquí tenemos El escritor, basada en una novela de Harris (The ghost: en España, El poder en la sombra) que se inspira según avezados analistas nada menos que en el ex primer ministro inglés Tony Blair, hecho que no ha desmentido el propio escritor, que cuando ha sido preguntado por ello ha dado largas y evasivas y ha dejado la puerta bien abierta a tales especulaciones.
De todos modos, The ghost (La sombra) se debe pasar tres pueblos a la hora de referenciar ficción y realidad pues El escritor llega a conclusiones tan tremendas que si Tony Blair se hubiera dado por aludido podría haberle montado una buena querella a Harris. Pero El escritor se aleja lo suficiente de de lo que es la vida real de los Blair (la que vemos...) como para que no tengan que darse por aludidos. Quizás sería conveniente aclarar que el título original de la novela tiene bastante más sustancia que el de la película, ya que el doble (y hasta el triple) sentido del mismo extiende su significado por varias aéreas de la historia y de los personajes. La sombra puede ser el escritor que trabaja de negro para el ex primer ministro… pero hay más sombras que se proyectan detrás de más personajes y de algunos hechos de la narración.
Elli Wallach hace un entrañable cameo.
El argumento es el siguiente: un escritor (Ewan McGregor en un papel que iba a haber hecho Nicolas Cage) sin demasiado renombre, que suele arreglar autobiografías y corregir novelas ajenas -lo que se llama un negro, vamos- es requerido para que continúe con el repaso y mejora estilística de las memorias de un ex primer ministro británico, acusado de crímenes de guerra por sus implicaciones en la guerra de Irak. Tiene que sustituir a otro escritor que estaba realizando ese trabajo y que, sorprendentemente, aparece ahogado en una playa. Las autoridades dan como buena la causa del suicidio sin que nadie hasta entonces haya objetado la más mínima duda. Será para el negro sustituto el comienzo de una excitante aventura en la que irá descubriendo bastante más cosas de las que esperaba encontrar en un trabajo en principio rutinario para él.
Olivia Williams y Tom Wilkinson.
Estamos ante un argumento ideal para un director como Roman Polanski, maestro en desgranar intrigas que comienzan con una primera capa de rutinaria cotidianeidad, para ir desgajando la historia poco a poco sacando a la luz insospechadas ramificaciones y sorprendentes dobles fondos. Citar sólo dos o tres obras maestras en las que Polanski demuestra su maestría en este terreno: La semilla del diablo, El quimérico inquilino o Chinatown, con la que El escritor tiene muchísimos puntos de contacto. Estamos ante otra gran película y ante un Polanski absolutamente en forma, pese a que el rodaje lo ha llevado a cabo bajo la presión de su mediático y controvertido enjuiciamiento y dirigiendo desde la distancia, ya que durante gran parte del rodaje estuvo sometido a arresto domiciliario.
El escritor una película apasionante, narrada con el clasicismo de los grandes. Sin estridencias, dejando que la historia vaya fluyendo a base de ir enseñando las cartas poco a poco aportando pequeños datos que van atrapando al espectador en un increscendo que ya no lo deja escapar al más puro estilo Hitchcock. Los personajes guardan todos un doble fondo que intuímos por pequeñas pistas -que no nos aseguran nada y que puede que luego nos sorprendan, o que no- que nunca son gratuitas. Por supuesto y como está mandado nos vamos a llevar más de una sorpresa aunque no siempre sea de donde más las esperábamos. Como en Chinatown, el paisaje se erige en un elemento fundamental de la narración e influye en la percepción de lo que vemos. Polanski una vez más se preocupa de una puesta en escena meticulosa,donde los detalles más nimios tienen su sentido aunque no nos demos cuenta de la influencia que tienen en la historia y en cómo la percibimos como espectadores.
Y los actores están magníficos. Hasta el habitualmente anodino Pierce Brosnan cumple con creces. Ewan McGregor hace su primer gran papel de hombre maduro y Kim Catrall es una rubia hichcockiana casi a la altura de Eva Marie Saint en Con la muerte en los talones, Olivia Williams, a la que hemos visto hace muy poquito en Una educación, es una ex primera dama que no vamos a olvidar en un tiempo y, atención, al trabajo de Tom Wilkinson como el enigmático John Maddox. El escritor cuenta con un final electrizante y para nada convencional que está a la altura de los mejores finales polanskianos, casi tan inolvidable como el de Chinatown, por ejemplo. Recomiendo que si sólo se tiene presupuesto para ir a ver una sola película, que sea El escritor. Yo no me la perdería.
















El mal ajeno, producida por Alejandro Amenábar, tiene su sello demasiado marcado por mucho que la dirección se la haya confiado al debutante Óskar Santos, un cortometrajista que trabajó para Amenábar en algunas secuencias y en el makin off de Mar adentro. Y es de esta película y, en cierta medida también, de Abre los ojos, de las que El mal ajeno se alimenta estilística y argumentalmente hasta acabar siendo un extraño hibrido de ambas. El guión lo firma Daniel Sánchez Arévalo y aquí sí que me descoloco porque no veo por ninguna parte la personalidad del director de AzulOscuroCasiNegro o de Gordos. Echo en falta el nombre de Mateo Gil, el colaborador constante en los guiones del director de Ágora y estoy por pensar que la película hubiera sido otra cosa de haber intervenido él en la escritura de la película.
Un médico con problemas existencialistas y familiares, dedicado en cuerpo y alma a su trabajo, se esfuerza por desconectarse del dolor ajeno, el de sus pacientes, procurando mantenerse a distancia de tanto sufrimiento y de tanto drama como el que tiene que contemplar a su alrededor, en un intento de autoprotección. Bastante tiene con lo suyo. Cree que esa barrera que pone entre el dolor de los demás y él mismo le va a permitir desarrollar con más eficacia su trabajo, con el que se siente realmente comprometido. La llegada al hospital de una paciente que ha intentado suicidarse va a ser el principio de un cambio radical en su insatisfactoria trayectoria vital.
El mal ajeno intenta ser un drama en el que la enfermedad y el deterioro físico se erigen en detonante de fundamentales cambios interiores en las personas, provocando en quienes lo sufren actitudes de radicalidad y de desconcierto ante una situación que escapa de su control y los aboca a la dependencia, al dolor o a la muerte. Esto nos suena mucho a Mar adentro. Por otro lado, la alucinante aventura que le espera a Diego, entregado por entero a su trabajo en medio de una profunda crisis personal, está plagada de connotaciones irracionales, fantásticas, increíbles, sobrenaturales, que lo abocan a un desconcierto todavía mayor hasta que va comprendiendo lo que le está pasando. Una realidad (o irrealidad) que no acaba de entender por lo que ésta tiene de irracional. Esto me recuerda a Abre los ojos.
Lo mismo puede decirse de la parte en que interviene el elemento fantástico, que emparenta a El mal ajeno con Abre los ojos. Oskar santos no es Alejandro Amenábar y no logra fascinar al público que ve más bien una película desangelada en la que no le acaba interesando ni el itinerario personal del protagonista en su acusada crisis existencialista, ni en su alucinante aventura con toques sobrenaturales o fantásticos. El mal ajeno está narrada con demasiada solemnidad y se toma demasiado en serio lo que cuenta. La trascendencia la introspección y la gravedad, son tufillos que la acercan a lo beatífico. The village, la película de M. Night Shyamalan, recorría parecidos senderos pero desde luego lo hizo con bastante más convicción y brillantez.
Tom Ford recrea y ambienta la película con gran elegancia y minuciosidad Aunque su Condición de esteta Modisto y hace que el look de su acabado final aparezca en demasiados momentos bastante afectado. Decorados, vestuario, fotografía ... CUIDADOSA estan tan exquisitamente seleccionados y Lo cierto efecto distanciador de las Naciones Unidas en la Historia al cobrar excesivo protagonismo Que Producir. Es un insignificante reparo que para nada perjudica a la valoración positiva de esta película Seguramente que va a pasar bastante de puntillas por las carteleras una Pesar de la nominación al Óscar de su protagonista. No hay que olvidar Hay a los demás actores y destacar la presencia en el reparto del modelo madrileño Jon Kortajarena, que está muy, pero que muy, convincente como actor. Cotilla Nota: Kortajarena, actualmente en todas las revistas del corazón, no por su trabajo como Exitoso modelo internacional, que China Porque, según dicen, la mismísima Madonna lo está acosando para sumarlo a la colección de pipiolos que se pasa por la piedra (es La con cama de Madonna, jejej ...). También está en La Diana dicen de los cuchicheos porque, según, Tom Ford no le dio el papel no sólo por su cara bonita (o sí ...) Y se le ha adelantado con exito a la mismísima Madonna.
Brothers/Hermanos, la nueva película de Jim Sheridan, es un remake de una película danesa del mismo título de Suzanne Bier, reputada directora que hace dos o tres año

Pájaros de papel es un esforzado ejercicio autoral en el que Emilio Aragón echa todos los restos para conseguir una película que demuestre cuan versátil es como artista. Sólo me quedaba dirigir cine y aquí está la muestra de que tambien se hacerlo. Ese es un mensaje que capto durante todo el visionado de la película. Aragón había triunfado ya en todos los fregados artísticos en que se metió y, aparte de que le falte escribir y dirigir alguna obra teatral, creo que ya lo ha hecho todo. O tambien ha escrito y dirigido teatro y yo sin enterarme. Por triunfar que no quede el antiguamente payasito mudo de la tele es ahora un magnate al estilo de Hollywood con una productora (Globomedia) y una cadena de televisión en propiedad (La Sexta) lo que lo convierte en uno de los hombres más poderosos de la farándula en España.
Desde luego, acceder al Olimpo de los elegidos por la fortuna no le ha mermado inquietudes y aquí está atreviéndose y enseñándonos que también sabe hacer cine . Y lo hace escribiendo produciendo, dirigiendo y musicando una película. Quien Pudiera permitirse lujos. No interviene como actor (habrá creído que ya era pasarse de ególatra) pero le deja una colaboración muy especial y significativa a su papá, Miliki, que en mi opinión es absolutamente prescindible.
Pájaros de papel es un drama, pero con algunos situaciones y personajes pretendidamente graciosos para que la cosa no résulte demasiado seria. El argumento parece, y seguramente es así, sacado de los recuerdos familiares, y no es muy difícil caer en la cuenta de que Milikito puede estar hablando de historias vividas o contadas por sus mayores, ya que la película va de una compañía teatral de variedades (nada de Shakespeare y esas cosas, el público de la época no estaba para a tragedias ajenas, la gente pedía vodevil) que en la inmediata postguerra intenta resistir en una España atosigada por la dictadura franquista, que tiene que sobrevivir a todas las calamidades ya todos los peligros de ser pobres y desafectos al Régimen. Los clichés apenas pueden sortearse y al película acaba siendo un catálogo de los mismos.
Personajes icónicos , historia manida, plana realización, tendencia al sentimentalismo más ramplón, una emotividad de manual. Un quiero y no puedo que, no obstante, nunca llega a la degradación total y la película se ve sin que tengas que acordarte de que a esas horas deberías estar haciendo otras cosas diferentes que la de estar ahí perdiendo el tiempo. Algo es algo y lo es gracias a los actores, que por algo se llaman Imanol Arias, Lluís Homar o Carmen Machi. Los arropa un plantel de secundarios más que correctos entre los que se encuentra, con papel algo más destacado, El Niño de El orfanato,,,, Roger Princep que cumple bastante bien.
En definitiva, Pájaros de papel es una ópera prima que parece concebida para cumplir el capricho de un millonario que se cree un gran artista polifacético y que, hay que reconocerlo, no hace el ridículo. La película también parece concebida para regalar a la familia Aragón y para regalarse a si mismo una obra (artística) que hable de ellos y que quede para la posteridad, como ejemplo de futuras generaciones familiares de lo que fue sobrevivir a una guerra y a una dictadura desde el mundo de la farándula. Hay que ver lo que pasaron nuestros predecesores. Que quede claro que no hay ningún tono peyorativo en mis cometarios, sólo que la película es de una corrección rayana en la nulidad, que no dejará huella ni en el cine español ni en nuestro recuerdo de cinéfilos. Lo que quizás no sea del todo descalificador para el autor que, ya lo hemos dicho, es productor, co-guionista, director y músico. Menos mal que no creyó conveniente ser el protagonista. Pero no podemos olvidar que en el guión le ha ayudado nada menos que Fernando Castets, responsable de maravillas como El mismo amor, la misma lluvia, Luna de Avellaneda o El hijo de la novia, Las tres realmente emotivas .
Con este intento reivindicar un puesto de una actriz bastante olvidada y quizás no muy conocida pero que en su relativamente breve carrera cinematográfica nos dio interpretaciones por las que merece ser recordada. Hablo de Pamela Frankiln, una actriz nacida en 1950 en Japón, pero de nacionalidad inglesa, que se especializó en el cine de suspenso Pesar una era que una muchachita de apariencia inmaculada, inocente y dulce. Precisamente SEE fueron sus armas para destacar en un género en el que, a priori, se necesitaban Cualidades Opuestas. Ella era el contraste en películas con personajes degradados y argumentos viscosos. En muchas, tras su apariencia virginal, el contraste Estaba Dentro de Ella misma y escondía en su interior un una auténtica perversa, revelando una maldad insospechada tras su supuesta inocencia.
Tendría más o menos nueve añitos Cuándo fue elegida por Jack Clayton Interpretar para una Flora, La Niña de la magistral obra de Henrry James Otra vuelta de tuerca. El argumento es de todos sabido pero no está de más recordar qué se trata de un relato victoriano con grandes dosis de suspense y de terror sobrenatural. Suspenso (Los inocentes) Es una de las mejores películas de toda la historia del cine y la mejor, por supuesto, de que todas las versiones de la novela Después vinieron, entre ellas dos españolas. Creó escuela Suspenso muchas películas y bebieron de sus hallazgos. Si ir más lejos tenemos a dos muy recientes: Los otros y El orfanato.
Clayton Después dirigiría un Franklin Pamela, niña todavía, en otra película de suspenso, donde de nuevo interpretó a Otra inocente niñita con aparente lado oscuro en A las nueve, cada noche, Otra de las grandes películas del director de Un lugar en la cumbre. Ahí acabó su Relación de trabajo pero con Clayton Ya estaba lanzada como actriz infantil y Más o menos encasillada en papeles con trastienda. No es de extrañar que de nuevo, algo más crecidita, fuera una niña que no era lo que aparentaba en A merced del odio (The Nanny), Una película Hammer Dirigida por Seth Holt hoy considerada como una de los grandes logros del cine de terror y suspense. La nanny una merced del odio de semejante, criaturita, Fue nada menos que la gran Bette Davis, la más malvada en tantas y tantas películas que aquí le tocaba sólo aparentarlo, puesto que al lado de Pamela Franklin acabó Siendo como un ovejita ante un lobo disfrazado de corderita. Quién le iba a decir a "La Loba" que Bastantes años después de ser la más malévola y Manipuladora serviría de carnaza para una encantadora e inocente chiquilla inglesa.
Pamela Franklin alterno no obstante esos papeles con cosas muy Diferentes, como en Mi amigo Flipper, Una producción de Disney sobre un delfín encantador, película que acabaría generando toda una serie de televisión y dos o tres secuelas cinematográficas. Antes de crecer y Hacerse una mujercita encantadora vivió una aventura ecológica y de Exaltación de la Naturaleza en El león, Una película que transcurría en una reserva keniata. Allí era de Tina, una niña que se hace amiga de ... adivinemos de qué. Pues eso: ¡grrrr ...!
Su primer papel importante, ya de mayorcita, le Llegó con Los mejores años de Miss Brodie, No hay pecado antes haber pasado por varias producciones más bien insignificantes y por la televisión. Ya era toda una preciosa señorita. En esta película de Ronald Neame obtuvo Algún premio de interpretación, pero la gran Triunfadora de la misma fue su protagonista, Maggie Smith, que con ella ganaría el Oscar a la mejor actriz principal.
Después Intervino en películas de todo tipo, incluidas la de terror, pero no Llego a consolidarse como la gran estrella que prometían sus Principios como niña y adolescente. Se refugio, como casi todos los actores de la época A LOS que el cine les da la espalda, en la televisión. Así, intervino en Hawai 5-0, Mannix, Cannon, Centro Médico... Hasta Que A principios de los ochenta decidió Retirarse y Dedicarse a su vida doméstica. Prefirió su papel como esposa de un actor de tercera, Harvey Jason, con el que se había casado una década antes Cuando coincidieron en el rodaje de Nigromancia, Una película de terror, claro ... También en la que intervenía un Orson Welles en plena decadencia en uno de los tantos trabajos alimenticios que se vió Obligado a Hacer en el último tramo de su carrera descompensada.
Su última actuación para la pantalla (pequeña) Fue en 1977, es una película para televisión sobre el presidente Roosevelt, que se llamo Franklin y Eleonor (Mira por dónde ...), que Tuvo un gran éxito y Ganó varios premios Emmy. Actualmente Pamela Franklin vive retirada del mundanal ruido en su casa de Los Ángeles, California, cuentan y que no quiere hablar para nada de su carrera cinematográfica y que se Niega entrevista a Cualquier Conceder.
Lo que no podra y Evitar la Seguramente Hará feliz saberlo es que los espectadores que Todavía vemos sus películas la consideremos como la niña mas encantadora e inocente que mejor supo ocultar sus secretos más turbios en su debut genial en la de cine con el gran película Los inocentes.
Quedo muy gratamente sorprendido con Una educación, película de la que apenas sabía más allá de que su protagonista estaba nominada al Oscar y que ya había ganado el Bafta a la mejor actriz. El hecho de que casi lo único que se hable de ella sea de su protagonista, me hacía suponer que se trataba de una película corriente con una interpretación destacada del personaje principal. Una educación es mucho más y estamos ante una sensible y esforzada mirada a una serie de personajes que, a través de ellos, radiografía unos años que fueron de transición para una sociedad, la de los primeros sesenta, que intentaba sacudirse las puritanas convenciones culturales y sociales que arrastraba desde el final de la segunda guerra mundial.
Una educación alude no sólo a la educación de la muchacha protagonista, sino a la de toda una sociedad que tiene que prepararse para los cambios sociales que ya despuntan y que se instalarán definitivamente pocos años después tras el mítico mayo del 68. Desde luego, el personaje de Jenny (Carey Mulligan) tiene que sortear una serie de pruebas hasta alcanzar una madurez no ya sólo física sino también en lo personal y en lo social. Pruebas en la que ha tenido que ir sorteando escollos a base de impulsos y dando palos de ciego absolutamente perdida en las contradicciones de unos valores que les están siendo inculcados desde los tres frentes fundamentales de una educación que estará a punto de destrozar su vida: no ya la meramente instructiva, sino la social y la familiar.
Estamos en el Londres de 1961 y una brillante e inteligente jovencita de clase media se esfuerza por conseguir una beca para estudiar en la Universidad de Oxford, y lo hace con óptimos resultados hasta que acaba conociendo a un hombre que le hará moverse en otros ámbitos y le hará conocer otros modos de vida diferentes a los que está acostumbrada. Ese nuevo mundo al que se asoma hará que arrincone sus proyectos de futuro y sucumba a la tentación de lo convencional: casarse y abandonar toda inquietud de superación. Como cualquier proceso de aprendizaje, la educación de Jenny le va a deparar alguna sorpresa imprevista.
La película tiene una ambientación exquisita en la que se cuidan todos los detalles de vestuario, peluquería, decorados, etc. y el uso del color en tonos pastel nos remite a películas de la época, principalmente a los melos de Douglas Sirk, ambientación perfectamente recreada tal como ya hemos visto en otras producciones como Lejos del cielo o la muy reciente Un hombre solo. La dirección de Lone Scherfig (Italiano para principiantes, Wilbur se quiere suicidar) es meticulosa y se detiene en casi todos los personajes para darles comlejidad y hacerlos reconocibles y vivos, lo que desde luego se consigue con una serie de actores todos estupendos . Mención especial, aparte de Carey Mulligan cuya nominación al Oscar está justificadísima, para Alfred Molina y para Emma Thompson.
Una educación está basada en un pequeño relato autobiográfico de la periodista Lynn Barber que incide bastante más crudamente en la parte sexual y dibuja unos personajes bastante más inmorales que los de la película. Al decir inmorales me refiero a la calaña humana y ética de los mismos. Todos, incluso la protagonista, tienen actitudes que ya presagian el avance del liberalismo, en las que los métodos y modos para trepar o prosperar social y económicamente relativizan el respeto a las normas y la propia ética. Casi todo puede valer si nos lleva a la inmediata consecución de lo que queremos. Algo que ahora está a la orden del día.