Tras el visionado de Philip Morris, te quiero quizás no sorprenda demasiado que la película haya tenido serios problemas para su distribución en los propios Estados Unidos
A estas alturas en que el matrimonio homosexual está empezando a tomar carta de naturaleza legal en diferentes Estados, venciendo así poco a poco la resistencia a la equiparación de los derechos homosexuales en las áreas más conservadoras del país más conservador, y después de que una película reciente como Brokeback Mountain haya sigo un éxito más que considerable de crítica y, lo que es más significativo, de público, no dejaba de sorprender que el veto a esta película empezara por los propios distribuidores estadounidenses. Una vez vista la película, la cosa cambia, y se puede comprender.
Parece ser que las distribuidoras se negaron a comprar el film por miedo a que pudiera molestar al público y acabara siendo un fracaso. Se adelantaban así a la censura que pudiera ejercer el propio espectador. Creo que por fin se ha vencido esa resistencia y Philip Morris, te quiero va a ser estrenada ya de forma normalizada.
No parece, de todos modos, que los distribuidores anduvieran muy descaminados y que la película, por el contrario, vaya a ser un gran éxito. Hay que tener en cuenta lo poco tolerante de un país como Estados Unidos con cuestiones que afecten a su forma de entender la vida, ya que no consiente críticas o mofas con su sagrada idiosincrasia.
Philip Morris, te quiero es además una película que se basa en hechos reales y por muy manipulados que puedan estar esos hechos, la cuestión puede resultar aun más incómoda para los puristas defensores de las esencias americanas. Estos no van a tomar a broma la irreverente gansada, cargada de vitriolo y mala leche, que es la película.
Philip Morris, te quiero no habla en última instancia (en contra de lo que pueda parecer) de una relación homosexual concreta, ni se centra, bajo una mirada condescendiente, en los tormentos íntimos de los personajes ante la aceptación de su propia naturaleza. Tampoco incide en las dificultades que tienen que superar para ser consecuentes con ellos mismos en una sociedad que los acepta o no los acepta (como en Brokeback Mountain, por ejemplo).
Philip Morris, te quiero tampoco curiosea en el divertido y extravagante mundo de homosexuales de modales extremos como los que se describen en Gracias por todo Julie Newmar, Una jaula de grillos/La jaula de las locas o La aventuras de Priscilla. Si un tema tan delicado como la homosexualidad es abordado desde una mirada condescendiente, en clave dramática o de comedia, y los personajes nos inspiran lástima o nos provocan la risa sin que se les involucre como componentes y partícipes de la sociedad normalizada, no pasa nada. En ese caso sí que somos muy tolerantes y modernos y lo consentimos todo…
Philip Morris, te quiero huye de moralismos solemnes que castiguen a los personajes, o de miradas divertidamente condescendientes que los relativicen, haciéndonos así espectadores de las aventuras de personajes que se mueven en mundos paralelos al nuestro, a los que toleramos, pero con los que tenemos muy poco que ver. En realidad la película habla de la vulnerabilidad de todo el entramado social de un país en el que cualquiera que se lo proponga puede medrar por sus entrañas aprovechando la estupidez generalizada, y la confianza ciega en ellos mismos y sus instituciones, todo ello consecuencia de creerse más o menos perfectos e invulnerables.
Philip Morris, te quiero deja al descubierto las grietas y los defectos de una sociedad atolondrada que no deja de mirarse el ombligo y lo hace utilizando como vehículo una historia doblemente subversiva. No sólo se pone en solfa lo anteriormente expuesto. También se pervierten los códigos cinematográficos que tiene como protagonistas a personajes homosexuales, despreciando el melodrama o la comedia amable, registros donde sí se tolera, y hasta se es complaciente con el tema.
La sátira, el descaro, la irreverencia, la mordacidad, son las señas de identidad de esta película divertidamente agria, incisiva, que dinamita las convenciones y los prejuicios en los que el publico normal se parapeta a la hora de sojuzgar una historia como esta, en la que todos los demás personajes aparecen bastante más deformados que el dúo protagonista, y en la que se fuerza al espectador a aceptar y comprender a personajes como los que interpretan Jim Carrey y Ewan McGregor. El primero, todo un hallazgo al que el actor de El show de Truman presta su histrionismo de forma bastante adecuada. Philip Morris, te quiero es una grata sorpresa y una película que merece la pena ver.
Calificación: ***
Pues si dices que merece la pena... A mí me interesaba por lo que había leído sobre ella en la red, pero el trailer me echó para atrás un montón. No soporto mucho a Jim Carrey (casi nada, en realidad. No me hace gracia. Me gusta en Olvídate de mí y en El show de Truman así-así).
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, David.
ResponderEliminarA ver, te interesaba por lo que habías leído sobre ella, pero el trailer te echó para atrás.
Supongo que a estas alturas, para todos los que nos interesamos por el cine, un trailer es sólo un trailer y sabemos que puede estar manipulado. De hecho, los trailer tiene su razón de ser en la manipulación para atraer al espectador. El problema está cuando los responsables de hacerlo piensan que es este y no ese público el que les interesa atraer. He visto el trailer y, efectivamente, es para salir corriendo. parace que toda se reduzca a dos mariconas (con perdón) haciendo gracietas de lo más hortera. Esas imágenes están en la película, pero sacadas de contexto y montadas con según qué intenciones, da ese trailer que, efectivamente, echa para atrás que tumba.
Bueno, parece que te he echado una regañina por dar crédito a un trailer en detrimento de comentaristas que han visto la película enterita. De todos modos, habrá diversidad de opiniones y muchos considerarán que efectivamente es una horterada de película. Yo creo que detrás hay algo más.
Venga, no te me enfades...
Un abrazo.
Scotty,
ResponderEliminarme uno a tu recomendación, porque la peli merece mucho la pena (avisado quedas, David, jejeje).
Como bien comentas, no deja de ser curioso que no se haya estrenado aún (aunque parezca que sí se hará ahora), porque los estadounidenses llevan mejor invadir paises que reirse de ellos mismo que es, en definitiva, lo que deberíamos hacer todos.
Una agradable sorpresa fílmica.
Un saludo
Coincido con tu visión, Scotty.
ResponderEliminarUn abrazoo!
Es verdad, es verdad... Y tienes razón. De hecho, además de manipulados, son engañosos, no fiables, y a veces hasta te cuentan la película... Tomo nota de tu recomendación y la de Crowley.
ResponderEliminarAcabo de ver un trailer que pega mucho más con lo que había leído de la peli y lo que tú señalas aquí.
ResponderEliminarEl primero que vi había sido uno de televisión... así que bueno, cuando pueda la veo (vemos, que Aintzane se apunta después de que le he dicho que tú decías que estaba bien).
Un abrazo de parte de los dos.
Crowley, los americanos no dejan de sorprender. A estas alturas todavía con mogigaterías. Claro que en cuanto se sienten aludidos en algo que no les agrada, se retratan.
ResponderEliminarDavid, siempre digo que me siento muy responsable de provocar con mis comentarios que alguien vea, o deje de ver, las películas de las que hablo. Mira que si luego no te gusta y te acuerdas de toda mi familia, jajaj..
Tampoco es que la recomiende fervientemente, cosa que sí hago con, por ejemplo, El tigre de Esnapur y La tumba india.
(A los amigos que se pierdan con esta recomendación que seguramente solo entiende David, los remito a mi otro blog, Cartel Nostalgia)
Otro abrazo, a los cuatro.
Ayer la ví. Estoy de acuerdo contigo en que es una ácida crítica a la sociedad estadounidense. En cuanto uno sale un poco "más listo de lo normal" hace lo que quiere y se burla de todo y de todos. Aún así, el estereotipo de homosexual femenino, locaza y superficial ya está muy trillado.
ResponderEliminarDe todas formas, como homosexual, siempre me pone enferma que se utilice el verbo "aceptar" o "tolerar" cuando se habla de homosexualidad. Como si hubiese que tolerarnos o aceptarnos.
Bruja Truca, yo creo que el estereotipo de locaza, el que adopta el personaje de Carrey "cuando le conviene", tiene aquí una función subversiva. Precisamente su desparpajo para desenvolversere en una sociedad tan "despistada", que no ve más allá de la pluma, y utilizarla a su antojo para sus intreses, es una de las cosas de la película que debe haber molestado bastante.
ResponderEliminarY, sí, el verbo aceptar o tolerar es intolerable para referirse a alguien por sus tendencias sexuales.
Un abrazo.
Scotty,
ResponderEliminarla vi con expectativas pero me decepcionó.
Al margen de que cualquier película que contribuya a remover los cimientos de las clases sociales americanas más reaccionarías,de entrada,ya cuenta con mi beneplácito,la película no tiene para mí ni hondura ni calado.Me pareció una especie de "Algo pasa con Mary" versión gay y poco más.Igual era ésa la intención y no otra, pero sinceramente,esperaba más.
Los problemas de distribución sólo dejan al descubierto los prejuicios de una sociedad hipócrita que predica libertad y ejerce según qué estados,censura y discriminación.
bss
Pues sí, yo también me uno a calificarla de "grata sorpresa". La vi con ojos completamente virginales (no sabía nada de ella) y pasé un muy buen rato.
ResponderEliminarMe encantó ver a Ewan McGregor escupir el semen de Jim Carrey por la borda de un yate.
Lo de los USA es tremendo, tienen un problema gordo con esa parte tan mojigata y fanático religiosa que puebla gran parte del país (o sea, todo lo que hay entre costa y costa).
Pero ojo, habéis visto el tráiler en España?. Da una idea totalmente distinta de lo que la peli es en realidad. Yo creo que en España los distribuidores también se asustaron un poco.
Off topic: Oiga Scotty, y el mundo gusano por qué no está enlazado en su blog?. Queja formal.
No es tan raro, Troyana, que te haya recordado a Algo pasa con Mary. Es descarada y desvergonzada como aquella (sin contar lo que dice Mr. Lombreeze del semen), pero Algo pasa... no tenia más intención que divertir y su sal gruesa y su vulgaridad empezaba y acababa en sí misma. Creo que aquí hay más intención y su provocación va más allá de de lo sexual.
ResponderEliminar-------
Mr Lombreeze, del trailer ya hablamos más arriba a propósito de un comentario de David. Esa escena del yate con la cabeza de Ewan saliendo del fuera de campo donde está Carrey tumbado y escupiendo por la borda es otra de las tantas provocaciones a los defensores de lo políticamente correcto. ¿Te imaginas si eso sale en Brokeback Mountain, con los protagonistas tumbados detrás de un pino, por ejemplo? ¡¡Adiós Oscars!!
Veré como arreglo lo del off topic, pero te recuerdo que tú también te has pasado por Cartel Nostalgia, y... jejej..
Una pequeña sorpresa, sí. La verdad es que a mí me interesó más la parte de la historia sobre las habilidades e ingenio del personaje de Jim Carrey para evadirse de prisión (o esa sensación de que era capaz de desempeñar cualquier profesión que se propusiera) que en lo concerniente a la temática homosexual.
ResponderEliminarHabrá que seguir a esta pareja de directores, que fueron también los guionistas de 'Bad Santa'.
En cuanto a lo de Ewan McGregor escupiendo el semen, un momentazo, ¡claro que sí!
Carles, no he visto Bad Santa. Tendré que buscarla, pues todo lo que oigo es positivo.
ResponderEliminarDe acuerdo en lo que dices de esta peli.
Por tu comentario deseo ver la peli, luego te comento mi punto de vista.
ResponderEliminarCariños desde Buenos Aires!
Mimí
Es un placer, Mimí Lucero, que te pierdas por aquí. Te esperamos comentando a partir de ahora. Espero que nos des tu opinión cuando la veas.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo desde España.
A mí, como a David, Carrey solo me ha gustado en "Olvídate de mí" y "El show de Truman", quizá en "Man on the moon" también.
ResponderEliminarLa película me entretuvo, no me disgustó pero me pareció entretenida sin más. Ewan McGregor se sale, clava el papel jeje