Muy corta en sus logros finales se queda Las 13 rosas. Y lo más decepcionante es que ésto pasa por su evidente apatía y falta de pretensiones. Abordar aquellos años de guerra y dar a la historia (verdadera) que nos están contando un tratamiento prioritariamente “romántico” dejando los horrores de la dictadura como simple telón de fondo, me parece un gran error. Pobres chicas… y tan jóvenes... y tan bonitas... Qué malos eran los fascistas. Ese simplista mensaje es el que se capta. La guerra civil española, la postguerra, está pidiendo a gritos que el cine muestre sus horrores con toda la intensidad que el medio es capaz de hacerlo. Esta historia podría haber sido un buen vehículo para hacerlo, pero se queda en una historia de chiquillas monísimas e inconscientes que acaban fusiladas por los malos, sin que pierdan ni un segundo un look que parece copiado directamente de una revista de modas . Su compromiso político es mostrado como de manual didáctico.
Toda la película tiene el molesto aspecto de un capítulo de serie de televisión y los actores no ayudan a alejar esa impresión, tan bien vestidos, tan bien peinados. Las presas se ven en las celdas tan frescas como rosas; todas en general, no sólo las trece (perdon por el chiste), tan limpias e impolutas… cantan y bailan en la cárcel (será por que son tan jóvenes) y reivindican mejor trato para los niños de las presas, con caceroladas. ¡Vaya susto para sus verdugos! Las interpretaciones siguen la misma pauta televisiva y quedan muy por debajo de lo que los actores deben dar en el cine. Los momentos de emoción vienen dados por la historia misma y por su dramatismo intrínseco, no por cómo se ha filmado esa historia. Y, sí, aparecen como maniqueos y simplistas unos hechos que, para más inri, son trágicamente verdaderos. Esto ocurrió de verdad, señores. Las carceleras lesbianas, el republicano traidor, la señorita de derechas víctima de la ciega revancha de los de su propio bando… historias que daban mucho juego, mal propuestas, que ni siquiera son mínimamente matizadas y que acaban siendo meros arquetipos de género.
Hay una frustrante sensación de que los que han hecho la película no han querido molestar demasiado a los que se puedan identificarse con el lado político de los que vencieron y utilizaron esa victoria para avasallar a los vencidos. Ésto sorprende más todavía cuando se piensa que los responsables de Las 13 rosas (productores, guionistas, director) se relacionaron con la izquierda más recalcitrante y combativa durante la transición y, en estos tiempos, afortunadamente, ya no de guerra y con la "memoria histórica" en pleno debate, no tiene demasiada explicación que la película sea tan tímida en sus planteamientos.
Pese a que Las 13 rosas no es una película a despreciar, la decepción es doblemente frustrante pues éste episodio de nuestra guerra civil ha llegado a pasar al imaginario colectivo como una leyenda o como un romance imperecedero, perdurable, ya instalado en el imaginario colectivo popular, y hubiera merecido otra película. Y por que se esperaba bastante más de un director como Emilio Martínez Lázaro. Claro que sus buenas películas son todas comedias ambientadas en los años en que él ha vivido sus propias experiencias vitales y Las 13 rosas es un drama que se desarrolla en años muy distintos a los que tan bien retrata el director de Amo tu cama rica.
Calificación: **
Gracias por la visita que has hecho a mi blog. Espero verte a menudo por allí que tienes las puertas abiertas. A mi esta peli no me terminó de convencer, le falta algo y no se exactamente que es de todo, pero falla.
ResponderEliminarSaludos
Nos leemos
Hola Scotty!!! como andas??? bueno.. como me dijiste q tu debilidad eran los paisajes ahí agregué mas a mi blog!!! de verdad espero q te gusten!!! dsp paso a leer bien la nueva critica!!!
ResponderEliminarnos vemos pronto!!
besos...
Gracias Cecy!. Ya echado un vistzo a tus nuevos escritos que, como tú sabes hacerlo, están pero que muy bien...
ResponderEliminarAbrazos
Opino igual que Crowley. Me gustan mucho este tipo de pelis pero a esta le falta algo, la vi un poco artificial.
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