Stella Stevens (no confundir con Connie Stevens, ya “cinebiografiada” en El Blog de Scotty), saltó a la fama de la mano del cómico Jerry Lewis con el que intervino una de sus películas más famosas y celebradas: El profesor chiflado (1963).
Había debutado en el 59 con una película titulada The blue angel, que nada tenía que ver con la que hiciera famosa en los años treinta a Marlene Dietrich. De su filmografía, muy pocas películas hemos podido ver en España.,
El motivo de que tan pocas películas suyas llegaran aquí,se me escapa, pero fueron las suficientes como para que su belleza y ciertas cualidades para la comedia la hicieran también en nuestro país uno de los rostros femeninos más conocidos y uno de los físicos más atrayentes y deseados.
Llegó al cine tras trabajar como modelo, lo que le facilitó acaparar portadas de las revistas más conocidas de la época, entre ellas, cómo no, la imprescindible Play Boy.
Aquí la vimos por primera vez junto a Elvis Presley en una comedia “playera” del especialista en el género Norman Taurog titulada ¡Chicas!, ¡chicas!, ¡chicas! (1962) y, un año después, en la ya mencionada película de Jerry Lewis, que fue la que la lanzó definitivamente a la fama.
Nacida en 1938, con veinte añitos, aunque ya no era ninguna niña, dejó las pasarelas y se dedicó al cine en cuerpo y alma.
Más lo primero, pues eso fue lo que llamó la atención de los productores que vieron en ella a la sustituta (otra más), de la ya madurita Marylin Monroe, la que, por desgracia, acabó por esos años como todos sabemos que acabó. Ninguna de sus posibles sustitutas le llegó a la suela de los zapatos.
Su físico iba por esos derroteros, pero le faltaba la contundente picardía y el sexy perversamente ingenuo de la auténtica. No cabían imitaciones.
Stella Stevens no llegó demasiado lejos, pero nos dejó algunas películas para recordarla como una de las bellezas más típicas (y tópicas) de los años sesenta.
Eso no quiere decir que haya que valorarla por debajo de lo que realmente aportaba a esas películas que iluminaba con su fresca y juvenil belleza adornada con unas peculiares comisuras labiales de lo más excitantes cuando sonreía.
A la sombre del éxito de El profesor chiflado, se estrenaron en España películas suyas anteriores como La última fuga (de 1961), junto a Jeffrey Hunter, o El noviazgo del padre de Eddie (de 1963).
En 1964 nos llegó un western de George Marshall, La furia de los cobardes, en el que intervenía junto a Glenn Ford, una comedia de espionaje, A la cumbre por las faldas (1965) de Andrew L. Stone, o Cómo salvar un matrimonio (1967)de Fielder Cook. Para entonces su carra iba en franca decadencia.
Pero todavía le quedaba por intervenir en la que es su mejor película, La balada de Cable Hogue (1970) de Sam Peckinpah, un western crepuscular que cimentó el prestigio del director de Grupo Salvaje.
Fue también la prostituta con ínfulas de gran dama que acabo engullida por el mar dentro del gran transatlántico Poseidon, en la espectacular y “catastrófica” La aventura del Poseidón justo antes de ser engullida por un cine de tercera o cuarta categoría (Cleopatra Jones y el casino de oro, Retorno desde la quinta dimensión, Rejas ardientes...) en una carrera que todavía dura en películas que ni siquiera tienen el interés suficiente para su distribución en nuestro país.
Como tantas y tantas figuras de su época, cuando llegó la decadencia se refugió en la televisión, casi siempre en apariciones estelares en casi todas las series famosas de aquellos años: Vacaciones en el mar, Magnun, Hotel, Flamingo Road, Bonanza...
Ha dirigido dos películas que no se estrenaron en España, The american heroine (1979 y The ranch (1989). Como nota chismosilla decir que se casó con sólo quince años y tuvo un hijo con dieciséis y a los diecisiete ya estaba divorciada.
Su hijo, tan polifacético como mamá, es actor director y productor. Como actor lo hemos podido ver en películas como La furia (1978) de John Carpenter, Los chicos de la compañía C (1979) por la que fue nominado a un Globo de Oro o Cosas que diría con sólo mirarla (2000) de Rodrigo Cortés.
En los últimos años es uno de los productores más prolíficos y prestigiosos de Hollywood, habiendo producido para John Travolta (Campo de batalla: la Tierra) o Bruce Willis (Falsas apariencias).
Stella Stevens sigue todavía en activo apareciendo en películas de ínfima categoría hechas directamente para el mercado del vídeo o la televisión.
Fue una mujer preciosa, esa fotografía desnuda en la paja es de una belleza extraordinaria, ciertamente Hollywood ha tenido muchos ejemplares de esa apariencia física, han tratado de compaginar atractivo con destreza actoral, al final muy pocas han subsistido, de todas maneras Stella Stevens tuvo sus momentos de fama, quizás no se le recuerde mucho pero hay que ver que hizo una carrera en un mundo tan competitivo y en donde no todos brillan por largo tiempo. Un abrazo.
ResponderEliminarMario.
Jo! Cuando sacas las últimas foto y vemos qué huella deja el tiempo en nosotros.
ResponderEliminarEn fin...
A mí siempre me ha caído bien. Y en algunas fotos está muy guapa. Recuerdo que había una en un blog de fotografías con ella en bikini y alguien colgó un comentario que decía más o menos: "Da otro significado a Marlon Brando gritando Stellaaaaaaaaaaaa! en Un tranvía llamado deseo". Lo que me reí con aquello.
Un saludo.
A mi padre, muy seriote, le ponía mucho Stella Stevens sobre todo cuando la vio en "La balada de Cable Hogue". Creo que lo de sustituta de Marilyn le cayó más bien como una losa. Últimamente la he visto como "Special Guest Star" en algunos telefilms como CSI Las Vegas. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarscotty,
ResponderEliminarme deja una sensación de perplejidad ver las primeras y las últimas fotos de las grandes estrellas del cine que a veces cuelgas.El paso del tiempo en algunos causa estragos,otros,envejecen dignamente.En este caso,he visto un cambio muy drástico,no como en Eastwood por ejemplo o Paul Newman o Sofia Loren.
bs
Mario, por supusto que tuvo su puesto en Hollywood. Es de esas estrellas que estuvieron en lo alto pero no en la primera línea. Los cinéfilos y, en este caso, erotómanos, jejej, no la olvidarán así como así.
ResponderEliminarUn saludo.
David, es verdad que siempre que puedo pongo al final fotos de los actores o actrices de los que hablo en que se ve el paso del tiempo. Es ilustrativo y nos advierte de lo fútil que es la vanidad de creer que la belleza, para quien la tiene de joven, va a durar siempre. Al final, todos, o casi todos, iguales.
ResponderEliminarMuy buena esa anécdota del blog.
Abrazo.
Miquel, no era tonto tu padre, nooo.... jajaj.
ResponderEliminarLa verdad es que en esa peli, muy buena por cierto, se daba un baño en pelotas en un barril o especie de bañera de madera (de esa que salen en las peliculas del oeste)y, como ya estábamos en los setenta, pues se podía ver bien vista sin que la cernsura interviniera.
Un abrazo.
Troyana, el comentario a David vale para tu comentario. Estawood, Newman o Loren se conservan (o se consevaron) estupendamente. Pero la edad es la edad y se les vé como siempre... pero acartonados. La Loren, en Nine, me pareció como una figura de cera de sí misma. ¿Ha hecho algo más después?.
ResponderEliminarun fuerte y cordial abrazo.
Dos bonitos ojos, dos bonitas piernas, dos bonitas nalgas, y dos bonitas tetas. No conocía a esta actriz, pero tiene un físico agradable de contemplar. Un saludo, Scotty ;)
ResponderEliminarJavi, no te has fijado precisamente en su filmografía, jejej...
ResponderEliminarAla! a seguir contemplando, que merece la pena. :)
Un saludo.
El hijo es muy buen actor..lo he visto haciendo de psicopata en " La seduccion" con Morgan Fairchild
ResponderEliminarEl hijo es muy buen actor..lo he visto haciendo de psicopata en " La seduccion" con Morgan Fairchild
ResponderEliminarIncreible belleza...la recuerdo por "La aventura del Poseidon"...no sabia que Andrew Stevens era su hijo...gran actor sobre todo a la hora de interpretar villanos...
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