10/1/11

También la lluvia

Descubriendo América

Elegida para representar a España en la pre selección para optar al Oscar, También la lluvia ha dejado en la cuneta a Celda 211, una apuesta, a mi entender, quizás más convencional, pero también más efectiva a la hora de convencer a los americanos. Seguramente para descartar la película de Daniel Monzón habrá pesado el hecho de que ya el año pasado arrasara en los Goya, los académicos la consideraran ya “quemada”, y apostaran por algo de la nueva hornada. Y de paso, facilitar que cuantas más películas y más cineastas sean promocionados en eventos y festivales de todo tipo, más publicidad habrá para nuestro cine y para nuestras películas. Me parece estupendo. Obvio (y apruebo) el descarte de Lope de la terna finalista, pues me parece una película insignificante que a mi juicio no debió haber estado en ella.


También la lluvia es una película sumamente interesante que se encuadra en el genero que podríamos denominar de “cine dentro del cine” ya que va de las vicisitudes de rodaje de una película y de las influencias que este hecho va a acarrear a las personas involucradas en el mismo. Recordemos que de eso van películas como Cautivos del mal (1952, Vicente Minnelli), Dos semanas en otra ciudad ( 1962 Vicente Minnelli,) o La noche americana (1973, Fracois Truffaut), por citar solo tres de las más representativas. Curiosamente la película de Truffaut fue Oscar a la mejor película de habla no inglesa.


Pero si las tres películas citadas hablaban en un segundo termino de las vanidades, ambiciones, falta de escrúpulos y otras mezquindades, además del egocentrismo de los hacedores de películas, También la lluvia adopta un discurso decididamente social, político e ideológico, como era de esperar una vez percatados de que se trata de un guión del inglés Paul Laverty. Laverty es seguramente el cineasta en activo más politizado y comprometido con cierta forma de lucha reivindicativa desde la pantalla, siempre en constante denuncia de las injusticias que las clases dominantes y los políticos perpetran contra los estratos sociales más débiles.

Laverty tiene en el director Ken Loach un gran aliado para expandir su discurso, con él siempre a trabajado codo con codo. Pero en También la lluvia todo queda en casa y quien dirige su nuevo guión es su propia compañera sentimental, la española Icíar Bollaín con la que, como no podía ser de otra forma, guarda una gran afinidad ideológica, además de similares puntos de vista sobre el mundo en que vivimos. En definitiva, sus combativos planteamientos sobre la sociedad en que nos desenvolvemos, coinciden, desarrollándolos ambos desde un visión política progresista y radical.

En También la lluvia asistimos al rodaje de una película sobre los albores de la colonización americana. La llevada a cabo por los conquistadores españoles, con sus métodos sanguinarios de explotación indígena y de imposición de la fe cristiana a machamartllo. La crueldad de los soldados y el fanatismo despiadado de los representantes de la Iglesia contra los aborígenes, apenas encuentran oposición en una población que no conoce las mezquindades de “la civilización". Así, el Almirante Colón (en sus segundo viaje a las Indias con la bendición de los Reyes Católicos) y sus expeditivos y crueles métodos de conquista son inútilmente contestados por algún aislado representante de la Iglesia como Fray Bartolomé de las Casas o Fray Antonio Montesinos.


La crueldad y la imposición del terror como métodos de sometimiento, no impiden que afloren la rebeldía y la dignidad de los pacíficos habitantes de las nuevas tierras, a través del surgimiento de algún que otro cabecilla rebelde, pese a que el destino final de los indígenas sea el de todos conocido. Laverty y Bollaín ponen en el mismo plano de realismo y de importancia, la película que ruedan sus personajes "reales" En realidad También la lluvia cuenta dos historias paralelas, separadas por quinientos años, pero que exponen la misma problemática. En el fondo, todo sigue más o menos igual para el pueblo indígena.


También la lluvia tiene el gran acierto de yuxtaponer aquellos hechos históricos con los que ocurren precisamente en el momento del rodaje de la película en el pueblo boliviano de Cochabamba, justo en pleno epicentro de la llamada Guerra del Agua que tuvo lugar en 1990 cuando se quiso imponer a los habitantes de la región una subida del precio de la misma absolutamente abusivo llevado a cabo por oscuros intereses políticos y económicos.


La rebelión de los indígenas, que causaron graves problemas sociales y políticos al país andino, su situación de dependencia y explotación por las grandes multinacionales, abandonados por sus propios representantes políticos, sirve de contraste con el argumento de la película que se rueda, poniéndose en evidencia que muy pocas cosas han cambiado desde la llegada de los españoles al Continente.

La toma de conciencia del equipo de rodaje, con especial relevancia del productor de la película (Luis Tosar) va tomando cuerpo a lo largo de unos hechos, la revuelta social indígena, en los que ellos mismos actúan y se comportan como explotadores de una población desprotegida y manipulable. Esa toma de conciencia les hace reaccionar y tomar partido.


Como todo el cine que lleva la firma Laverty, la fuerte carga de denuncia social lleva implícita ramalazos de demagogia y maniqueísmo que, cuando está dirigido por Ken Loach, son elementos neutralizados por el dominio del lenguaje cinematográfico del director de Mi nombre es Joe. Con Icíar Bollaín las cosas no son tan convincentes y la película adolece de demasiados momentos donde el panfleto asoma las orejas desestabilizando una película con momentos realmente impresionantes, de gran fuerza expresiva y emotiva. Casi siempre conseguidos en las secuencias de lo que podríamos llamar la parte de "cine dentro del cine".


Es la película que vemos dentro de la película lo que más interesa y lo que más conmueve, a pesar de momentos tan intensos y de gran autenticidad como la conversación del director y el productor de la misma ( Gael García Bernal y Luis Tosar) con e alcalde de Cochabamba, donde queda reveladoreamente meridiana la correspondencia entre la realidad y la ficción de todo lo nos muestra la película.


Curioso cartel en el que vemos a Belén Rueda, en un papel que finalmente hizo Cassandra Cianguerotti.

P.D. Quisiera hacer mención del trabajo de un actor boliviano, Juan Carlos Aduviri, que interpreta de forma fascinante a un cabecilla indígena que salta de la película que se rueda dentro la película, a la realidad actual que retrata la película. Hace un personaje que sigue “vivo” desde la llegada de los conquistadores, intacto, vigente, dispuesto quinientos años después a seguir la lucha por la dignidad de un pueblo permanentemente desposeído y explotado. No tengo dudas de que será nominado al Goya como mejor actor revelación o secundario. También la lluvia es sin duda una película que merece la pena ver.

Calificación: ***

20 comentarios:

  1. La vi ayer, con una cola espantosa y desde la tercera fila. ¡Bien que el cine español mueva gente! Me gustó la peli, un poco agobiante alomejor pero supongo que ya buscaba esto. La historia de Colón me aburrió mucho pero la autentica historia, la de 'quien se lleva también la lluvia' me encantó. Y un 'ole' por el personaje borracho de karra Elejalde, por mi el mejor de la peli.

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  2. Scotty,
    deduzco por tu crítica que la película te parece una digna elección para representarnos en los próximos Oscars.No la he visto todavía,pero es fácil que le ponga remedio,y que me pase después por aquí para contrastar impresiones.
    1 abrazo

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  3. Qué crítica!
    Te he leído! Eso querría decir que no estaba entre mis intenciones el ir a ver esta película, pues el tema no me atrae demasiado; pero una vez acabada la lectura y salvando el penúltimo párrafo donde haces mención que adolece de cierto maniqueismo y demás, me ha resultado interesante por cómo la cuentas, así que ya te diré.
    Gracias,

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  4. Joer pal blog, qué bueno, Scotty! Y con seguidores que se salen del plato y colaboran. Así da gusto. Ya tienes uno más.
    De la peli decir que me tira; me gusta ese cine comprometido que tiene un mensaje que darnos para concienciarnos de ciertos problemas o situaciones que airear. Si la pillo en el cine todavía posiblemente vaya a verla. Está bien apoyar el buen cine español, y Bollaín tiene hecho cosas interesantes. Por cierto: ahora me entero con eso de que son pareja sentimental Ken Loach y nuestra Icíar Bollaín. Un saludo y hasta pronto...

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  5. Marina, no es frecuente lo que te pasó. El cine a tope para ver una película española?. Buena señal. Llevas razón en que Karra Elejalde está estupendo en ese papel de actor borrachín que interpreta a Colón. En general, los actores están muy bién.

    Un saludo.

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  6. Troyana, yo creo que Celda 211 era más adecuada. Ya lo digo en mi comentario. Pero entiendo que es una película ya amortizada y optar por ésta ha sido una buen elección.

    Ya me contarás tgus impresiones.

    Un abrazo.

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  7. Hola, estimada t.

    Ya te echaba de menos por aquí. Creo que no te vas a arrepentir de ir a verla. Es una buena película que además hace pensar.

    Abrazos...

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  8. Javi, gracias por tus palabras y por tu apoyo. Efectivamente Bollaín tiene muy buenas películas. Todas con un fuerte compromiso social. Aquí también político. Como ya digo, apaortación del guionista, su pareja sentimental, Paul Laverty. No me he explicado bien por lo visto. Ken Loach no es pareja suya, sino colaborador habitual de su chico. De hecho, creo que Loach no ha filmado guiones de otro.

    He pasado por tu blog y es estupendo.

    Nos leemos...

    Un cordial saludo.

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  9. Pues he oído hablar bien de esta película (además de a ti a más gente) y puede que vaya a verla.
    Muy buen post.
    Saludos

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  10. Vaya pues no lo dudaba. Icíar tiene un talento y una sensibilidad que la harán una gran directora si no lo es ya...

    Un saludo

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  11. La espero con ansias para poder verla, aunque por ahora la miro de reojo porque hay otras prioridades.

    Te mando un abrazo amigo Scotty! Perdón si me demoro en pasar por acá a veces. Tené por sabido que me encanta leer este blog.

    Saludos y te espero por el mío!

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  12. Espero verla,aunque no sea muy amante del cine español.
    Pero tremendo palo a Celda 211 ¿no?
    Saludos Scotty

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  13. MucipA, acabo de enterearme de que es, junto a Balada Triste de trompeta, la más nominada a los Goya. hay que verla ¿no?

    Un abrazo.

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  14. Dr. Quatermass, amigo, llevass razón. Bollaín es un valor seguro para el cine español tan falto de grandes directores. Ya ganó el Goya por Te doy mis ojos y ha sido nominada alguna vez más, aparte de por ésta. Sin embargo, mi preferida este año es Balada triste de trompeta.

    Nos leemos.

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  15. Amigo Palitoh (¿puedo seguir llamándote así?) es un placer verte por aquí. Supongo que la lluvia de nominaciones a los Goya será un incentivo más para que vayas a verla.

    Te digo igual, me encanta leer tu blog aunque a veces no tengamos tiempo para pasarnos por ellos todo lo que quisiéramos.

    Estamos en contacto.

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  16. Atticua, a mi también me hubiera gustado que fuera Celda 211, pero entiendo que su tiempo ya pasó. Y ésta no haría el ridículo si la eligen.

    Por cierto. Mis pronósticos sobre el "actorcito" boliviano se han cunplido. Modestia aparte, tengo muy buen ojo para oler dón de hay nominaciones seguras, tanto a Goya como a Oscar.

    creo que, si tengo tiempo, haré un post sobre las nominaciones.

    Un saludo.

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  17. No me he arrepentido de ir a verla!
    Todos los actores me han gustado mucho; la historia del agua (no demasiado conocida por mí) me ha impactado.
    Venga, vale... te seguiré leyendo, que veo que algo de conocimiento tienes en esto ;)
    Un saludo,

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  18. Hola, t.

    Bueno, los actores están nominados a los Goya. Tres, creo.

    La hostoria del agua es cierta, claro.

    Me dices. "Venga, vale... te seguiré leyendo..." ¿Acaso tenías pensado dejar de hacerlo?. ¡Mira que me enfado! ;)

    Un abrazo.

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  19. Que buen blog!!!!!!!!!!!! segui trabajando asiiiii!!!te felicito

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  20. me pareció una preciosa película genialmente filmada, no soy capaz de entender cómo no pudo haberse llevado más Goyas o por lo menos entrar en la carrera de los Oscar. Es un punto de vista social, pero nada trilado, ni pasteloso o descafeinado, y las interpretaciones son geniales, tanto de los magníficos Luis Tosar y Gael Garcia Bernal, como la de ese novedoso actor boliviano. La carga emocional de la película es tremenda, y en muchos momentos improvisada (como en la asamblea sobre las marchas que harán por el centro de la ciudad) y me gustó también mucho la forma tan elegante con la que muestra la hipocresía de los progres de bien que van de salva-muertos de hambre (Como el actor que interpreta a Bartolomé o Bernal) respecto de los que son cínicos por naturaleza y consiguen cambiar un poco sus vidas (Como Karra Elejalde o el mismo Tosar).

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