Scotty sigue viendo cine
Muy frustrado por la falta de tiempo
para dedicar al blog, llevo meses sin apenas atenderlo con el
detenimiento que me gustaría. Los que lo seguís merecéis que mis
opiniones sean suficientemente periódicas, pensadas y argumentadas
más allá de que coincidan con las vuestras o no. La discrepancia ha
dado vidilla a los debates que aquí han sido y un servidor ha
procurado ser siempre sincero, lo que a veces ha hecho que mis
opiniones fueran demasiado a contracorriente.
Últimamente voy menos al cine, pero
voy. Muy mal tendrían que ir las cosas para que “Scotty” no
visitara al menos una vez por semana una sala de cine, lo que me
mantiene más o menos al día de lo “lo que se cuece” (o se
filma) por esos mundos de cámaras digitales (iba a decir por esos
mundos de celuloide, pero me ha dado un escalofrío al percatarme de
lo mayor que me estoy haciendo) y lo que veo, en general, sigue
siendo muy estimulante.
El cine sigue vivito y coleando y es en
estas fechas cuando más se evidencia. Premios y reconocimientos
anuales de Asociaciones, Academias, Festivales, Críticos... nos
ponen ante nuestros ávidos ojos cinéfilos qué es lo que mejor a
salido de la hornada del año anterior, aunque en el camino de ese
reconocimiento queden obras que, personalmente por nuestros propios
gustos, u objetivamente por la importancia de determinados autores y
obras, consideremos que dejarlos en la cuneta ha sido una injusticia.
Los premios Goya están a la puerta de
la esquina y sobre los nominados ya hay en El Blog de Scotty
un post que, no por superficial, deja de ser sincero y respetuoso con
el tema y con los lectores a los que pueda interesar. La gala de los
Oscar se aproxima inexorablemente y todavía no he visto algunas de
las que,estando nominadas,considero debería no perderme. Algunas han
desparecido de cartel y otras se están reponiendo. Procuraré
aprovechar esa circunstancia.
Este año mis preferencias no
desentonarían demasiado con la de los miembros de las Academia y no
voy a opinar ahora sobre mis discrepancias, que las hay, pero sí voy
a dar mi opinión favorable, muy favorable, sobre dos obras que me
han entusiasmado,que están entre las nominadas y con posibilidades
de conseguir premios importantes.
Amour, de mi admiradísimo
Michael Haneke,es una película cumbre de un autor cuyas películas
escalan cotas de calidad y fascinación según las va filmando. Amour
incluso traiciona al propio Haneke y y el lado perverso del ser
humano que estremece en todas sus películas aquí se recicla para
hacerse hermoso. Bergman (Igmar) habría filmado este guión y nos
habría estremecido igual, pero por otros mecanismos de revulsión.
En ese sentido, Haneke sigue siendo
fiel a una de sus premisas, la distancia, y se limita a mostrar lo
que cuenta como ha hecho siempre: mirando desde un objetivo (¿una
cerradura?) y filmando desde él par después poner los vídeos
(ahora serían los DVDs) a nuestro alcance (al alcance del
espectador) y que nos veamos a nosotros mismos desde fuera. En
definitiva, esa es la esencia del cine, del Arte en general.
La otra película con la que me quedo
es La noche más oscura, sin duda la confirmación de
que estamos ante una directora que por fin encuentra un universo
fílmico en el que sabe nadar como pez en el agua, constatando que
sus aciertos en En tierra hostil no fueron casuales. De
hecho, acabo de ir a mi entrada para esa película y me sorprendo de
que lo que allí digo vale exactamente para La noche más
oscura cambiando mínimamente las referencias argumentales...
las que, por otra parte, tanto tienen que ver entre sí.
El tiempo me devora y tengo que
terminar. Creo que sería interesante que trajera a primera plana dos
entradas anteriores en el blog sobre estos cineastas. Haneke
indiscutiblemente grande y Bigelow apunto de convencer por fin a los
espectadores más reticentes. Sabed que el cine sigue siendo uno de
los motores que me mueven por la vida y que gracias a él el mundo me
parece mucho más maravilloso.
Me permito aconsejaros que acudáis al
cine cuando algo empiece a haceros flaquear. Y cuando esteis en la
cresta de ola. Siempre el CINE. Para ver la vida con la objetividad
de un espectador que, milagro del cinematógrafo, se sitúa por
encima de ella para juzgarla como con quien no va la cosa. Dos horas
después de sentarnos en la oscuridad de una sala y de disponernos a
vivir otra vida, salimos a bregar con la nuestra teniendo las ideas
algo más claras.
Las entradas prometidas, en los post siguientes.
voy a estar atenta a la de Ozon
ResponderEliminarsaludos
http://paltaypan.blogspot.com/ ♥♥♥♥
Estoy contigo en que llevamos una temporada de estrenos de relumbrón y en que la de Haneke es una obra maestra. Por cierto, ayer ví la de Tarantino y, a su manera, también es un punto y aparte.
ResponderEliminarSaludos.
Scotty,
ResponderEliminarqué hermoso homenaje al cine que haces en esta entrada.
Estoy de acuerdo contigo en la valoración que haces de "Amor" de Michael Haneke y eso que yo nunca he conectado especialmente con su cine.
Me parece una película extraordinaria que como bien dices,podría haber rodado diferente pero igual de genial,Bergman.
Le acabo de dedicar una reseña junto a otra joyita de mi admirado Aki Kaurismäky "Nubes pasajeras" que si no has visto,pues te la recomiendo como podría recomendar cualquier otra de su filmografía,porque para mí,es genial.
Estaremos atentos a los Goyas,a los Oscar...época gozosa para el cine,los meses de invierno.
Un abrazo!