La dama más cortejada por Groucho
Margaret Dumont no fue una actriz habitual en las crónicas de las revistas de cine. Se entiende, ya que no era una gran belleza (no era una belleza cuando alcanzó la fama) y su mayor aportación al mundo de las películas la hizo al lado de los Hermanos Marx, en calidad de contrapunto a las barrabasadas de Groucho.
La misoginia del personaje (¿un trasunto de la del propio actor?) la hizo el blanco de las humillaciones y sevicias de un Groucho que encontró en ella un filón para desarrollar sus ocurrencias más sangrantes.
Ella estuvo a la altura. Aguantó carros y carretas nada menos que en siete películas en las que su personaje era siempre el de una dama madura, aristócrata o millonaria que, sin entender muy bien el maltrato de que era destinataria por parte de un Groucho liante y seductor, se dejaba humillar desconcertadamente complacida.
Margaret Dumont nació en Brooklyn en
el año 1882. Desde joven se dedicó al mundo de espectáculo como
simple corista. Su vocación frustrada fue la de cantante de ópera,
lo que puede suponerse cuando en más de una película de los Marx lanza
sus gorgoritos dando argumentos al corrosivo Groucho para meterse con
ella.
Su contacto con la familia Marx fue a raíz de ser contratada como chica de coro para la representación teatral The coconauts. Al ser llevada a la pantalla -Los cuatro cocos (1930)- Groucho Marx la exigió para darle la réplica y desde entonces fue habitual en sus películas.
Intervino después en una serie de películas en las que aparcó su elegante vis cómica (la ausencia de Groucho como contrapunto se hizo notar) de entre las cuales se estrenaron en España Seis destinos (1942), Rumbo a Oriente (1944), Escuela de sirenas (1944), Un pequeño fenómeno (1946) y ya dieciocho años después Ella y sus maridos (1964)
Murió en Hollywood el 6 de marzo de 1965. Siempre será recordada por su incondicional amor masoquista en los personajes que interpreto para el gran Grucho Marx.
Margaret Dumont no fue una actriz habitual en las crónicas de las revistas de cine. Se entiende, ya que no era una gran belleza (no era una belleza cuando alcanzó la fama) y su mayor aportación al mundo de las películas la hizo al lado de los Hermanos Marx, en calidad de contrapunto a las barrabasadas de Groucho.
La misoginia del personaje (¿un trasunto de la del propio actor?) la hizo el blanco de las humillaciones y sevicias de un Groucho que encontró en ella un filón para desarrollar sus ocurrencias más sangrantes.
Ella estuvo a la altura. Aguantó carros y carretas nada menos que en siete películas en las que su personaje era siempre el de una dama madura, aristócrata o millonaria que, sin entender muy bien el maltrato de que era destinataria por parte de un Groucho liante y seductor, se dejaba humillar desconcertadamente complacida.
Su aportación al éxito de los Marx en
el cine es impagable y el espectador siempre la consideró como de la
familia. “Pobrecilla, si ni siquiera se entera cómo la trata de
lo buena gente que es...” Por su parte, la Dumont estuvo siempre
agradecida a Groucho por haberla hecho la cuarta (o la quinta, según
se mire) hermana Marx.
Su contacto con la familia Marx fue a raíz de ser contratada como chica de coro para la representación teatral The coconauts. Al ser llevada a la pantalla -Los cuatro cocos (1930)- Groucho Marx la exigió para darle la réplica y desde entonces fue habitual en sus películas.
Ella ya tenía alguna experiencia en el
cine, pero había pasado desapercibida hasta entonces. Con los Marx
rodaría después El conflicto de los Marx (1931), Sopa
de ganso (1934), Una noche en la Opera (1936),
Un día en las carreras (1937), Una tarde en el
circo (1941) y Tienda de locos (1942).
Intervino después en una serie de películas en las que aparcó su elegante vis cómica (la ausencia de Groucho como contrapunto se hizo notar) de entre las cuales se estrenaron en España Seis destinos (1942), Rumbo a Oriente (1944), Escuela de sirenas (1944), Un pequeño fenómeno (1946) y ya dieciocho años después Ella y sus maridos (1964)
Murió en Hollywood el 6 de marzo de 1965. Siempre será recordada por su incondicional amor masoquista en los personajes que interpreto para el gran Grucho Marx.
Pues sí, yo sólo la recuerdo de las películas de los Marx, ya que no creo haberla visto en otras.
ResponderEliminarSaludos.
PD: Y esa foto de Teresa Wright?
Las películas de los Marx la marcaron. Verla de oytra guisa y en otros registros la haría irreconocible. Yo he visto Ella y sus maridos y lasreconocí porque estuve pendiente. Claro que ya era una anciana.
ResponderEliminarYa he cambiado la foto. Ha sido un lapsus. MIs disculpas.
Unm abrazo.
Viendo sus peliculas lo he pasado muy bien son irrepetible.Gracias por recordarlos fuerón únicos .Saludos
ResponderEliminarAnelva, ver esas películas es un placer antes, ahora y siempre. Un abrazo.
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