Ocho y medio + música = nueve
Cuentan que cuando a Federico Fellini le propusieron montar un musical para la escena basado en su película
Ocho y medio éste dijo que no se opondría a nada con la única condición de que no se hiciera ninguna referencia ni a su película ni a su nombre. El resultado fue
Nine, de Arthur Kopit, que se empezó a representar con gran éxito en 1982 con el malogrado Raúl Juliá en el papel de Guido. En el 2003 Antonio Banderas resucitó el libreto y lo representó con cierto éxito, pero sin llegar al que se obtuvo en el momento de su estreno. No puedo entrar a valorar si las condiciones que impuso el autor de
Las noches de Cabiria (por cierto, también convertida en musical y también trasladado a la pantalla con Shirley McLaine) se respetaron en las dos versiones teatrales. Lo que sí está claro es que, para nada, la versión cinematográfica que acaba de estrenarse respeta aquellos postulados y
Nine, película, es un homenaje directo, apasionado y emotivo a la gran película de Fellini e inevitablemente a él mismo.
Ocho y medio (película), o
Nueve (película), tienen la misma estructura argumental y el mérito del film de Rob Marshall es que para nada degrada la esencia de la película base y todos sus personajes siguen estando intactos a pesar de ponerlos a cantar y a bailar. Hay alguno nuevo como la directora de vestuario que interpreta Judi Dench o la periodista que hace Kate Hudson. Pero eso sólo hace enriquecer el relato aportando más datos sobre el personaje de Guido y por tanto sobre el de Federico Fellini. Es conocido la naturaleza mujeriega del autor de
Amarcord y la decisiva influencia que todas sus relaciones amorosas y su amor generalizado por las mujeres tuvo tanto en su obra artística como en su propia vida.
Nine desprende pasión y admiración por el personaje que retrata. Más que la propia
Ocho y medio en el sentido de que Rob Marshall está hablando “siempre” de Fellini y en
Ocho y medio Fellini “siempre” se eludía a sí mismo en una especie de choque emocional que le empujaba a ser autobiográfico y, al mismo tiempo, dominado por el pudor de exponerse abiertamente al mundo, hacer como que hablaba de otro. Guido (Marcelo Mastroianni antes y Daniel Day Lewis ahora) es Federico Fellini y Luisa (Anouk Aimèe en
Ocho y medio y Marion Cotillard en
Nine) es Guilietta Massina. El resto de mujeres pueden tener una interrelación con alguna realidad en la vida del autor de
El Jeque blanco, o no. En esencia, todas representan su obsesión por las féminas aunque una de esas mujeres sí que parece que existió realmente y que marcó indeleblemente la sexualidad del director de
La strada: me refiero, claro está a la Saraghina que en
Ocho y medio interpretaba Eddra Gale y que en
Nine da vida una sorprendente Ferguie de la que hasta ahora no sabía nada. Hay en
Nine dos formas de filmar la vida y pasión de Guido Anselmi/Federico Fellini y son la parte musical y la parte narrativa.

Cuando no se canta ni se baila
Nine es una muy digna versión de
Ocho y medio, a la que recurre en muchos momentos calcando escenas y situaciones de la misma. El viraje al blanco y negro es esencial. Más en los mejores momentos, que no son otros que los recuerdos infantiles del personaje. La Saraghina está dibujada y filmada en escenarios y desde ángulos similares a los de las secuencias originales de
Ocho y medio. Cuando las reglas del género (el musical) están exigiendo entrar en acción,
Nine se convierte en una fiesta de música y movimiento contagiando al espectador de esa vorágine visual y auditiva en la que los actores (las actrices) se revelan como inmejorables intérpretes que saben estar a la altura de todas las circunstancias. El tema musical
Take it all se utiliza de forma recurrente en bastantes momentos y en diferentes actuaciones de forma cohesionadora y siempre brillantemente interpretado por todos. Es desde luego mi preferido para el premio óscar pese a que no haya visto ni oído todos los temas nominados y
Nine es una de las películas de la que espero más de un premio. A estas alturas ya sabemos que Penélope Cruz está nominada como mejor secundaria: no me parece ninguna arbitrariedad. Nuestra "Pe" no para de dar pasitos (pasazos) hacia la cumbre de las diosas. Yo me alegro muchísimo. También de que
Nine esté siendo un gran éxito, más que nada por la dignidad con que casa musical y cine de autor en esta estupenda versión de
Ocho y medio que, recordemos, no es la única.
En 1979 se rodó, procedente de los escenarios, Esto es Jazz basada tambien en Ocho y medio y dirigida nada menos que por Bob Fosse al que Rob Marshall homenajea en algunos detalles como por ejemplo en el de la bailarina negra cuyo nombre no me voy a molestar en buscar y que es un trasunto (físico y de estilo) del personaje y de la actriz Chita Rivera, a la que Fosse dirigió en otra versión felliniana, Noches en la ciudad, que recreaba las aventuras de Cabiria trasladándolas de Roma a Nueva York. Cabiria era, lo he dicho más arriba Shirley Mclaine. Inciso: en Nine quien más me gusta cantando y bailando es Kate Hudson.
Personajes y actor/actrices en cada película. Guido: Marcelo Mastroianni/Daniel Day-Lewys. Claudia: Claudia Cardinale/Nicole Kidman. Luisa: Anouk Aimèe/Marion Cotillard. Carla: Sandra Milo/Penélope Cruz. Saraghina: Eddra Gale/Fergie. La madre: Giuditta Rissone/Sofía Loren. Peridista americano/a: Eugène Walter/Kate Hudson. Director/a de producción: Mario Conocchia/Judi Dench (los dos últimos personajes cambian de sexo).
Calificación:
***