Nadie es perfecto
Vista casi 50 años después de su realización, Bésame, tonto (Kiss me, stupid) no deja de sorprender por la carga de profundidad que la película esconde, interesada en dinamitar casi con saña las esencias más sagradas del estilo de vida americano en unos años en los que la moral y la familia eran tema sagrado a la hora de ser abordadas en el cine.
El marcarthismo había fenecido hacía ya casi una década pero todavía atenazaba con su reflujo los comportamientos y actitudes de una sociedad fuertemente puritana que, algunos años antescoincidiendo con la llegada de del Partido Demócrata al poder y con el carismático y revolucionario John F. Kennedy a la presidencia, había comenzado un espectacular cambio en la en sus costumbres.
Bésame, tonto (1964) se hizo en un contexto en el que esa ética y esa tradición puritana de una América cambiante todavía prevalecía en determinados estratos, principalmente en la américa rural, a la que se dio (y se sigue dando) en llamar la "américa profunda". En ese contexto puede justificarse el rechazo que la película produjo a los todavía persistentes sectores sociales reacios a asimilar las nuevas costumbres que se iban imponiendo en materia de moral.
Resulta como mínimo significativo que Bésame, tonto incomodara prácticamente en todos los Estados incluyendo a las áreas más desarrolladas y las franjas sociales más supuestamente progresistas.
Bésame, tonto fue un inmerecido fracaso comercial. Estamos ante otra obra maestra de las muchas que atesora la filmografía del gran Billy Wilder, enmarcada en el terreno de la comedia, desde cuyo género arremetió sin piedad contra las contradicciones y la hipocresía de un país pacato en lo sexual y en lo religioso, donde la represión, la doble moral y el disimulo era un comportamiento consecuente.
Un país que todavía no estaba preparado para que se le metiera el dedo en el ojo de una forma tan certeramente cínica, ni aunque se le molestara desde el punto de vista absolutamente festivo y desdramatizado de la comedia, género en el que reinaba ese tándem genial que fue para el cine de los cincuenta y sesenta A. L. Diamond /Billy Wilder.
Wilder nunca había llegado tan lejos como en Bésame, tonto en denunciar esa hipocresía y, conforme la película avanza, el espectador va aumentando su estupor por la osadía con que el director de El apartamento pone en evidencia las miserias de unos personajes arquetípicos a los que esta vez, y sin que sirva de continuidad, sitúa en un ambiente rural, propicio caldo de cultivo para escarbar en lo más ascentrales contradiciones y costumbres del país de las libertades.
Bésame, tonto es una comedia divertidísima y amarga (¿acaso no lo son todas las de Wilder?) en la que el director de Aquí un amigo llega mucho más lejos de lo habitual a la hora de denunciar ciertas actitudes de la sociedad americana. Es cierto que no podemos olvidar la posterior Primera plana (1974) donde quizás apretó aun más las tuercas al describir determinadas miserias patrias. Pero ya habían pasado más de diez años de la “incómoda” Bésame, tonto y América esta mucho más preparada para reirse de sí misma.
En esta historia genuinamente machista en la que un matrimonio felizmente casado acaba su sexta noche de aniversario de bodas cada uno en una cama diferente con una pareja diferente -por culpa de un marido bastante menos escrupuloso de lo que quiere aparentar en materia de moral-, Wilder (con la imprescindible ayuda de A.L.Diamond) lleva su crítica hasta las últimas consecuencias. Ni siquiera se permite un final moralizante que pudiera tranquilizar a los severos guardianes de las buenas costumbres.
De ahí que la película molestara y desconcertara al público que no supo cómo reaccionar. El sarcasmo, la ironía, la mala uva y el cinismo de Wilder no sentaron demasiado bien a nadie. Pero Bésame tonto con los años cabó siendo para su director uno de los mayores éxito de crítica y una película que ha sido reivindicada desde el principio por la crítica europea, consiguiendo ser citada como la quintaesencia wilderiana y como una de las mejores comedias de todos los tiempos. La sonrisa, la risa, la carcajada, acaban espoleando al espectador para congelarlo de pronto con un rictus, a veces de amargura, a veces de ternura, siempre de vida.
El espléndido uso de los actores es otro de los grandes aciertos de Bésame, tonto, en la que un carismático Dean Martin hace una certera caricatura de sí mismo y una sensual Kim Novak se atreve con un personaje “vulgar” (la prostituta Molly "la pistola") en un papel alejado de su anteriores grandes éxitos en Picnic (1955), Pal Joey (1957) o Vértigo (1958). Un año después de Bésame, tonto rodaría la película que puede considerarse su canto del cisne, La leyenda de Lilah Clare, a partir de la cual su carrera empezó a declinar.
Es de justicia citar las interpretaciones del resto de los protagonistas principales, Ray Walston, Felicia Farr y Cliff Osmond conformando un quinteto antológico, si bien Dean Martin lo tuvo bien fácil: sólo tenía que ser él mismo.
En España se estrenó con casi una década de retraso, en los estertores del franquismo, y aun así la película levantó las iras de los sectores más conservadores que la consideraron inmoral y ofensiva para la sacrosanta institución matrimonial. “Otro país”… (De Bésame tonto ya hemos hablado en el blog en la XII edición de la sección Pedazo de Caratel)
Calificación: *****
Por triunfar siempre se hacen cosas increibles e incluso hasta el que es moralista que es el caso se transforma maquinando cosas insólitas.Y por supuesto en España era como una herejía.
ResponderEliminarAyer estuvé viendola , no tiene desperdicio se siente verdaderamente nostalgia por aquel cine.
No se puede añadir más ,enhorabuena por la reseña.
Saludos
Comedia genial del genial Wilder. Qué bien se metía, y con que habilidad, con los valores morales de una sociedad americana carca y fanáticamente conservadora e inmovilista. A mí me hizo muchísima gracia el personaje del marido de Kim Novak: siempre sospechando y alerta. El peligro se había colado en su entorno y su mujer podía espabilarse demasiado y darse las de Villadiego ;-)
ResponderEliminarMuy buena comedia de Wilder, punzante y como dices adelantada a su tiempo.
ResponderEliminarCreo haber leído que el protagonista debía ser Peter Sellers pero sufrió un ataque al corazón a medio rodaje.
Claro que también puedo estar equivocado.
Saludos
Divertidísima creación, una vez más, de Wilder con su fondo amargo (tienes razón, todas la tienen... hasta Irma la dulce) Y Dean Martin creo que siempr eestaba bien porque precisamente su baza era interpretarse a sí mismo, en efecto. Lamentable la acogida que tuvo, tanto en nuestro país como en el nuestro. Saludos!
ResponderEliminarAdoro este filme apesar de não ser considerado dos melhores de Wilder. Saudações de Portugal.
ResponderEliminar¡Bonito blog!, películas como esas ya no se hacen, siempre es grato recordarlas.
ResponderEliminarTe sigo
Un cordial saludo
Verónica
Recuerdo que cuando la estrenaron en España la censura eclesiástica la calificó como "Extremadamente peligrosa". Dean Martin está aquí genial parodiándose a sí mismo. Borgo.
ResponderEliminarGracias, Anelva. Casualidades ¿no? que la vieras un día antes... La doble moral que refleja la película no gustó a nadie. Al menos a las clases dominantes que no eran otras que las más reaccionariamente conservadoras.
ResponderEliminarUn beso.
Es verdad, Javi. El marido celoso de su gallinita va a meter la zorra en su propio gallinero. Un gran sarcasmo todo lo que ocurre después. Dsde luego pesan más sus intereses (del tipo que sean) que su celo por salvaguardar la virtud de su amada. Lo pero es que no hay castigo para nadie después de todo lo que pasa. ¡Todos tan contentos! (y con el cuerpo bien arreglado) Quién a dicho que aquí ha pasado algo. Esa falta de un final moralista es lo que más molestó de la película.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sese, has oído bien. En realidad el protagonista iba a ser Jack Lemmon (¡cómo no iba a pensar en él el maestro Wilder!), pero para las fechas de rodaje estaba comprometido con otros proyectos: Cómo matar a la propia esposa (Richard Quine) y otra que no recuerdo. Wilder, para involucralo, le prometió que el papel de su esposa lo haría la esposa de Lemmon en la vida real, Felicia Farr, y fue ella la que lo hizo aun sin él. Al no poder estar Lemmon en el proyecto se contrató a Peter Sellers y se comenzó a rodar con este actor. Tuvo problemas de salud (tampoco recuerdo de qué tipo) y se paralizó el rodaje. Como la cosa se prolongaba, se tuvo que empezar de nuevo volviéndose a rodar cantidad de escenas ya con el actor definitivo, Ray Walston, tambien habitual en las comedias de Wilder.
ResponderEliminarsaludos...
Efectivamente, Marcos Callau, fue un fracasol de taquilla. Ten en cuenta que aquí llegó ya desfasada y supongo que, aparte de que al público no le gustara la moraleja de la peli (ya hemos dicho cuánto le gustó a la Administración) al ser en blanco y negro y transcurrir la trama en un lugar tan poco glamouroso (ese poblacho desolado en medio del desierto) en unos años en que ya el color se había hecho imprescindible para atraer al público, pues la gente se echó patrás (sic).
ResponderEliminarSaludos.
Carlos Natálio, gracias por pasarte, es un honor. Tu blog está pero que muy bien. Muchos consideramos "Kiss me, stupid" de lo mejorcito de Wilder, lo que ya es decir..
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Verónica, gracias por lo de bonito blog :) Yo tambien te sigo. (hasta el fin del mundo si hace falta....) Permíteme la broma... ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
Miquel Zueras, claro... La censura eclesiástica, por tanto la gubernamental, la calificó con un 4 (gravemente preligrosa. O sea, que verla era un pasaporte para el infierno. Qué tiempos!
ResponderEliminarSaludos.
Yo también creo que te sigo. ;-)
ResponderEliminarSaludos.
Julieta D.
Deliciosa película de Billy Wilder.Que se desconocía su verdadero valor por la censura.Es una de mis favoritas,a parte de CON FALDA Y A LO LOCO.
ResponderEliminarMagnifica tu reseña.Te sigo.Saludos
Hola, Julieta. Cómo es que dudas... ¡Adelante! ;)
ResponderEliminarAntonio, efectivamente, yo tambien me quedo además con "Con faldas y a lo loco". Gracias por tus palabras. Yo tambien te sigo y veo a menudoi la magnífica colección de carteles que atesoras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Respondiendote el comentario de mi blog, te diria que te recomiendo mucho la pelicula, es muy hermosa, estoy segura que si la vez te va a encantar! Saludos
ResponderEliminarTe seguire :) asi podemos estar en contacto
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