26/9/11

Four lions (estreno de la semana)

Islamismo y sátira

El próximo viernes se estrena en toda España la película inglesa Four Lions. Una sátira sobre el terrorismo islámico que ha levantado ampollas en los sectores más contestatarios del país. La película viene precedida de un gran éxito en Gran Bretaña y avalada por un premio importante del festival de Sundance del año pasado. Remitido para El Blog de Scotty por la distribuidora, Alta Films, creo intersante darle cabida en el mismo. Four lions consiguió el pasado año el Bafta 2011 al Mejor Nuevo Talento Británico para Chris Morris, director y guionista, en el Festival de Sundance 2010.

Cuatro musulmanes que viven en Gran Bretaña toman la decisión de convertirse en terroristas. Omar y Waj deciden viajar a Pakistán para asistir a un campo de adiestramiento para kamikazes, mientras que Barry y Fessal se dedican a adiestrar cuervos para que transporten bombas a través de las ventanas de los edificios. A los cuatro, se une un quinto terrorista, que sin embargo termina matándose accidentalmente durante un ejercicio.

En una ciudad británica, cuatro hombres tienen un plan secreto. Omar (Riz Ahmed) está desilusionado con el trato que se da a los musulmanes en el mundo y está decidido a convertirse en soldado. Ésta es la idea más excitante que Waj (Kayvan Novak) había oído nunca. Mejor todavía, es una tontería porque Omar se guarda esa idea para él. Opuesto a Omar y a todo bicho viviente es el blanco occidental convertido al islam, Barry (Nigel Lindsay), que se habría dado cuenta de que se había unido a la célula para canalizar su nihilismo -si hubiera tenido la mitad de autoconocimiento de un pato-. Faisal (Adell Akhtar) es el hombre que está de más. Puede hacer una bomba, pero no puede volarse en ese momento porque su padre enfermo "ha empezado a comerse los periódicos". En cambio, se dedica a entrenar a cuervos para que introduzcan bombas por las ventanas. Esto es lo que Omar tiene que manejar. Tienen que dar un golpe decisivo en su propio jardín, pero ¿puede cualquiera de ellos encender una cerilla sin darse en la cara?

Esta película no es ni pro ni antirreligiosa. La comedia surge de los conflictos de los personajes, de sus excesos y errores.Crepitando con ingenio y tensión, Four lions es la respuesta esencial a nuestro fracaso para interconectar con la realidad y una apuesta por la idea de que reír es mejor que matar.

Notas del director

Estalla una bomba. Lloramos desconsoladamente. Luego tratamos de calmarnos. Cerramos la puerta a nuestro temor. Nos vamos de compras. Así que ahora nuestro temor actúa en la oscuridad. Infesta la estructura. Cambiamos nuestras leyes. Restringimos nuestras libertades. Arremetemos contra los extranjeros. Genial. Naturalmente, estamos deseando reírnos de nuestros temores, pero no sabemos cómo. ¿Dónde está la broma en el terrorismo? En realidad, como lo demuestra FOUR LIONS, está ante nosotros, mirándonos directamente a la cara. En los campos de adiestramiento yihadistas los jóvenes discuten acerca de la miel, de dispararse mutuamente a los pies, de cazar serpientes y de ser expulsados por fumar. Cuando se burlaban del secuestrador del 11-S Mohamed Atta por mear demasiado alto, culpó a los judíos por hacer las puertas de los baños demasiado finas. En su vídeo, un futuro terrorista se detiene y pregunta al cámara: "¿Puede repetirme la pregunta?".

Uno de los cerebros de los terroristas, Khalid Sheikh Mohamed, dedica dos horas a buscar ropa que no le haga parecer gordo ante la cámara. En tres años de investigación, he hablado con expertos en terrorismo, imanes, policía, servicios secretos y cientos de musulmanes. Incluso los que se han entrenado y han luchado en la yihad hablan de lo frecuente que es lo disparatado. A comienzos del milenio, cinco yihadistas planearon chocar contra un buque de guerra estadounidense con una lancha llena de bombas. A altas horas de la noche deslizaron la lancha en el agua. La llenaron de explosivos. Subieron. Se hundió. Las células terroristas tienen la misma dinámica de grupo que las fiestas de solteros y los equipos de futbito. Hay conflicto, amistad, malentendidos y rivalidad. El terrorismo tiene que ver con la ideología, pero también con los imbéciles.

Chris Morris

Durante veinte años, Chris Morris ha sido una fuerza creativa e inspiradora en radio y televisión. Como locutor, guionista, escritor satírico, productor e intérprete, ha entretenido y asombrado al público con un estilo de comedia audaz e innovador. Four lions es su debut en el largometraje, pero su primera incursión en el cine, My Wrongs 824-8249 & 117, obtuvo un Premio BAFTA en 2002 al Mejor Cortometraje.

La influencia de Chris en la televisión británica empezó con la galardonada serie de humor de la BBC 2, The Day Today (1994-2004), que se burlaba del lenguaje de los noticieros. Como cocreador, guionista, presentador y coproductor de The Day Today, Chris trabajó con Steve Coogan y Armando Iannucci para producir la comedia británica más decisiva de la década. Morris estableció una estrecha relación con Channel 4, que en 1997 emitió su serie más famosa, Brass Eye. En esta redefinición del género, abordó la histeria de los medios haciendo entrevistas personales e induciendo a políticos y famosos a apoyar causas imposibles.

En 2002, Brass Eye fue preseleccionada para los premios BAFTA para televisión.

Además, Morris ideó, escribió y dirigió Jam, "la comedia más perturbadora emitida por televisión", coescribió y dirigió la comedia satírica de culto Nathan Barley (2005) y actuó en The IT Crowd (2006), también para Channel 4.

Chris Morris también ha escrito y actuado extensamente para radio (The Chris Morris Show, On the Hour y Why Brother?).

23/9/11

No habrá paz para los malvados (Rodajes en Ciudad de la Luz)

Hoy ha tenido lugar en la sala de proyecciones del complejo cinematográfico Ciudad de la Luz (Alicante) la presentación de la película de enrique Urbizu No habrá paz para los malvados que, con unas horas de adelanto al resto de las salas españolas, hemos podido disfrutar en su pase para la prensa.

José Antonio Escrvá, Helena Miquel, José Coronado, Enrique Urbizu y GonzaloSalazar (Foto:Scotty)

No habrá paz para los malvados se ha rodado casi íntegramente en Alicante, hasta donde se han desplazado, para someterse a las preguntas de los periodistas parte del equipo, formado por Enrique Urbizu, José Coronado, Helena Miquel y Gonzalo Salazar (productor) arropados por el flamante director del complejo, José Antonio Escrivá.

José Coronado, Paco Escribano, Enrique Urbizu y Helena Miquel (Foto: Juan Carlos Soler)

Las entrevistas para prensa y televisión no son mi cometido por lo que, yendo al grano, hago ya mi comentario sobre No habrá paz para los malvados.

Foto: Juan Carlos soler

No habrá paz para los malvados es un intenso thriller en el que Enrique Urbizu disecciona de forma compleja y apasionada la personalidad de un policía en plena decadencia física y existencial que se ve envuelto de forma imprevista en un triple asesinato.

Un hecho que va a sacar a relucir los rincones más oscuros de su personalidad y a remover un turbio pasado del que creía haber escapado indemne. Su prestigio como policía y su apuntalada relevancia en la escala profesional se van a venir abajo al ser arrastrado por unos acontecimientos que no va a poder controlar.

La tragedia, de tintes épicos, le está espera en el último tramo de su carrera, tanto profesional como vital, lo que le va a permitir redimirse de un pasado lleno de claroscuros. Una redención que la atormentada culpabilidad que arrastra le está pidiendo a gritos.

Foto: Juan Carlos Soler

Urbizu confiere a No habrá paz para los malvados una textura que remite al mejor cine negro de los sesenta. Ese que firmaban Don Siegel o, sobre todo, Jean Pierre Melville con el que tiene bastantes puntos de coincidencia en esta película trepidante que casa con inteligencia la acción, la denuncia y la épica del perdedor.

Foto: Juan Carlos Soler

No tan magistralmente como Melville en El silencio de un hombre (y tantas otras) o John Boorman en A quemarropa, pero sí de forma notable. Es curioso que el actor fetiche de Melville, Alain Delon, probara con fortuna el género y el “universo” Melville en una película que pudo haber firmado éste: Por la piel de un policía, con la que también podemos encontrar apuntes.

Foto: Juan carlos Soler

No habrá paz para los malvados se suma a los mejores títulos españoles del thriller y junto a La caja 507, del propio Urbizu ( también con José Coronado de protagonista), y Celda 211 conforman con suficiencia un género poco transitado por el cine español de los últimos años, dándole carta de naturaleza.

Ojalá se hagan más películas como estas y no se trunque tan prometedora vía como ocurrió en los cincuenta y sesenta con películas tan valiosas como Los peces rojos, de Francisco Rovira-Veleta (1957) o A tiro limpio (1963) de Francisco Pérez Dolz, ambas versionadas en los últimos años con resultados absolutamente anodinos.


El thriller clásico adaptado a los nuevos tiempos y a los viejos temas con renovados paisajes en donde la prostitución, la droga o la emigración a veces sirven de cortina de humo para intereses o metas más siniestras como vamos a descubrir al final.

No habrá paz para los malvados es una película llena de nervio e intensidad interpretada de forma magistral por un José Coronado cuyo personaje, Santos Trinidad, va a quedar como uno de los mejores retratos de degradación, expiación y redención (tan queridos por el thriller clásico) que el cine español nos haya ofrecido en años.

Calificación: ***

21/9/11

El árbol de la vida


2011: Una odisea a años luz

Llevo varios días mordiéndome la lengua para evitar opinar sobre la última "obra maestra" de "el gran" Terrence Malick, pero ya no puedo más ante tanta opinión epatante que estoy leyendo por algunos sitios. Voy a ser muy breve, no tengo tiempo para extenderme:

Incompresible me resulta que El árbol de la vida (qué bonito título sableado a una película de Edward Dmytryk) haya ganado la Palma de Oro en Cannes.

Pretenciosa, reaccionaria, aburrida, sermoneante (de un incómodo ultrafundamentalismo militante), incongruente... un tostón. Emula a Kubrick con resultados pésimos. Está a años luz del autor de "2001", película a la que por cierto imita (y fusila) en demasiados aspectos. Claro que decirlo no queda guay. "Malick a la altura de Kubrick". No se lo creen ni sus más acérrimos defensores.

Las deserciones de los espectadores y sus quejas en voz alta fueron lo mas estimulante de la proyección a la que asistí. Constaté que el público no se deja engañar por los críticos (no todos) que ensalzan este pestiño. Qué profundo. Qué metafísico, Qué trascendente. Cuánto lirismo... Qué gilipollez de película.

Calificación: **

15/9/11

Cine español para los Oscar

La gran carrera : Tres cineastas dejándose la piel

Las películas elegidas por la Academia del Cine como finalistas en la preselección para representar a España en los próximos premios Oscar no aportan ninguna sorpresa. Si acaso, como ya es habitual en los últimos años, se incluye una película que todavía no han visto ni valorado los espectadores, en un acto casi de prepotencia por parte de los académicos, que demuestran importarles muy poco lo que opine la crítica y el público. Ellos e bastan y se sobran para saber qué es lo más adecuado.

Lo más adecuado es sin duda el pragmatismo. Me explico: si fuera de España, el único cineasta español que parte bacalao es Almodóvar, pues mandemos a Almodóvar. Que su película sea o no sea la mejor, es secundario: hay que apostar por lo más probable y no por lo mejor. Me parece una postura inteligente. Si queremos ser premiados, él nos aporta las mayores posibilidades.

Todo esto, al margen de que La piel que habito sea la mejor película de las tres candidatas lo que, en esta ocasión, no me lo parece ni de lejos. Almodóvar lleva estancado en su “universo” temático y estilístico desde que creyó haber madurado, se puso trascendente y sus imposibles historias de personajes en constante conflicto con su sexualidad dejaron el humor y se aferraron al melodrama para expresarse.

Un cambio de registro, en mi opinión, fallido, pues la vena petarda de Almodóvar, innata en la personalidad del director más polémico y exitosos del cine español, impregna todos estos dramas que en sus últimas películas alcanzan el delirio. Nos quiere hacer creer que es capaz de emular a Bergman, Buñuel, Mankiewicz o Georges Franju, pero sus capacidades no van más allá de John Waters.

Siendo más explícitos: sus circunspectas últimas películas, que están contaminadas de ese típico estilo “plumero” (de pluma mariquita, vamos) que tanto éxito le reporto en las comedias. No es cuestionable que en cada película repita un tema monocorde (homosexualidad, travestismo, cambio de sexo), es que Almodóvar no sabe atenerse a las más elementales reglas de género y divaga dando palos de ciego. No es que en sus películas mezcle con su proverbial y evidente falta de prejuicios temas y estilos, es que no sabe hacerlo y les salen incongruentes híbridos que no son ni carne ni pescado.

No voy a extenderme en este tema ni a centrarme en un supuesto análisis de la película que, con seguridad, nos va a representar en los premios Oscar de este año. Pero diré que La piel que habito me parece tan mala como Los abrazos rotos o La mala educación, que acumula un nutrido muestrario de los peores defectos del cineasta manchego (citas cinéfilas de manual, escenas dramáticas “rotas” por involuntarios (¿) golpes de humor petardo que llegan a hacerte sonrojar (un par de muestras: Antonio Banderas intenta hacer el amor con Elena Anaya y esta le viene a decir que no le apetece porque el “tigretón” que la ha violado le ha dejado su flamante vagina hecha unos zorros; o, como enésimo recurso, esa locutora que vemos en la televisión, una señora cincuentona con pinta de “maruja”, algo que ya tenemos demasiado visto, amén de un final postizo, alargado e innecesario donde se dan explicaciones verbales de lo que ya sabemos porque lo hemos visto).

Me sorprendería mucho que la elegida fuera Pa negre, descartada entre otros motivos por ser catalana y, como La voz dormida, tratar de la postguerra... Ya sabemos cómo se las gastan los contrarios a “los de la ceja” con el tema del cine, de la postguerra y de Cataluña. Mejor no provocarlos.

Tengo puestas muchas esperanzas en La voz dormida por estar firmada por ese director que tan certeramente retrata los sentimientos como es el Benito Zambrano de Solas, Padre coraje (TV) o Habana Blues. Me da igual que la manden o no a los Oscar. Yo quiero verla cuanto antes.